«A veces nos venimos muy arriba con las creencias e ideologías que tenemos»

- ¿Cómo surge la idea de fusionar el folclore vasco con la electrónica?

- Cuando me mudé a Londres empecé a reflexionar sobre qué aporto a la escena, y me di cuenta de que tengo que mostrar más de mi ser y de esas cosas que me pueden diferenciar de otros. Cuando Zetak comenzó a hacer música en euskera, teníamos un idioma que ya nos diferenciaba de otros miles de proyectos musicales. Pero con este disco he hecho un ejercicio más profundo aplicando una identidad sonora que representa a la tierra en la que vivo. Este disco solo se podría haber compuesto en Arbizu. Y es allí donde me encuentro con sonoridades como la alboka, la txalaparta, una campana de iglesia, los irrintzis… que hemos mezclado con la electrónica.

- ¿Qué significa para usted este álbum?

- 'Aaztiyen' es un álbum al que le he ofrecido tres años de mi vida. Es el más conceptual y serio que he hecho en toda mi trayectoria. Desde que comencé el proyecto Zetak quise centrarme en los detalles. La gente quiere conocer la historia que cuenta tu canción.

- Aaztiyen en Arbizu significa 'hace poco', ¿por qué la elección de este nombre?

- Siento que a veces nos venimos muy arriba con las creencias e ideologías que tenemos. Hay ciertas creencias ancestrales que tenemos muy interiorizadas porque nos las han inculcado desde pequeños. El título, 'hace poco', hace referencia a que quizás estas creencias y estas afirmaciones con las que muchas veces se nos llena la boca no vienen de hace tanto. Por ejemplo, algunos instrumentos tradicionales vascos como la trikitixa o la alboka vienen de fuera. Hay ciertas cosas que las sentimos muy nuestras, y si investigas un poco te das cuenta de que no es tan inamovible.

- ¿Que sea algo de hace poco significa que es menos nuestro?

- No, en absoluto. Este análisis crítico convive en 'Aaztiyen' con la aplicación de estas sonoridades. Por ejemplo, en la canción 'Aralarko Dama' se hace alarde del sistema de creencias que había en Euskal Herria antes de que llegara el cristianismo. Esta contradicción es muy interesante, que el propio disco en sí ponga en duda ciertas cosas, pero luego las utilice a su favor. Por el hecho de que haya llegado hace poco no quiere decir que no tenga valor. Pero es importante que seamos conscientes de que no es algo innato.

- En este nuevo disco tiene tres colaboraciones, ¿cuál es el motivo de haber elegido cada una de ellas?

- En este caso se ha hecho de una forma muy conceptual. Hemos contado con Marala, que son tres chicas: una mallorquina, otra valenciana y otra catalana. Con Fillas de Cassandra que son gallegas. Y con Neomak que son seis guipuzcoanas. Compartimos con ellas la inquietud por las raíces, la lengua y el arte. La colaboración de tantas mujeres enriquece muchísimo el álbum, son voces que cuentan cosas que yo no puedo, que no puedo representar.

- Teniendo en cuenta la similitud en el estilo musical, ¿le gustaría colaborar con Rodrigo Cuevas?

- Qué curioso. Es algo que no he dicho nunca. Pude hablar con él en los Premios de Música Independiente en Burgos y desde entonces he tenido cierta relación con él. Hace poco le escribí manifestándole mis ganas de poder hacer algo con él algún día.

- Durante el disco menciona en varias ocasiones el año 2009.

- Soy un defensor de la ficción. A la hora de trabajar el detalle de estas canciones no me pongo límites, no las relaciono con vivencias de mi vida. Es un universo paralelo. Ciertas cosas que pasan en mis canciones tienen conexión entre ellas; no es casualidad que mencione el mismo año, es para fomentar que el propio oyente también haga esa conexión.

- ¿Cómo está siendo la acogida de este nuevo álbum?

- No me caben las palabras de agradecimiento en la boca. Veníamos de un disco muy popular, 'Zeinen ederra izango den', pero no era tan complejo como este. Teníamos miedo de que no lo entendieran, pero ha sido todo lo contrario. Lo están escuchando en bucle y los números de este disco ya han superado a los del anterior.

- En muchas de las salas del 'tour' ya están las entradas agotadas, ¿se lo esperaba?

- Nunca había hecho una gira en salas tan grandes. La Totem de Iruña, la Jimmy Jazz de Gasteiz, la Apolo de Barcelona, la WiZink Center de Madrid, la Santana de Bilbao… son una apuesta importante. El hecho de haber vendido más de 10.000 entradas de golpe es una auténtica locura. Incluso hemos tenido que sacar nuevas fechas. Sé que voy a vivir noches espectaculares que no podré olvidar jamás.