«En los últimos 20 años he sido como un ratoncillo en una rueda, ahora he cambiado»
Experto en Donizetti, ofrece esta tarde en el Euskalduna la versión íntegra en francés de la ópera 'La favorite', nunca representada en España
La noche anterior le metieron tres goles al Inter y se le tuerce el gesto al recordarlo. «No me pierdo los partidos aunque me hagan ... sufrir», reconoce el director de orquesta Riccardo Frizza (Brescia, 1971), antes de atacar un pintxo en una cafetería céntrica de Bilbao. Sus lealtades empezaron a definirse muy pronto, cuando solo era un chaval de un pueblo del norte de Italia que estudiaba piano y perdió la cabeza al escuchar el 'Réquiem' de Mozart en un viaje a Viena. Nunca imaginó que llegaría tan lejos. En la actualidad es responsable musical y artístico del Donizetti Opera Festival de Bérgamo, así como director titular de la Orquesta Sinfónica y del Coro de la Radio Húngara.
Ha dirigido entre 2005 y 2022 ocho títulos en las temporadas de la ABAO, casi todos del repertorio italiano, con la excepción de 'La clemenza di Tito', de Mozart, que abordó hace tres años. Hoy, al frente de Euskadiko Orkestra, vuelve con una novedad: la versión íntegra de 'La favorite', de Donizetti. Se trata de un montaje con el sello de la directora de escena argentina Valentina Carrasco y un elenco liderado por Silvia Tro Santafé, Ismael Jordi, Vladimir Stoyanov y Simón Orfila.
- ¿Qué tiene de especial esta versión de 'La favorite'?
- Es la única verdadera. Donizetti la estrenó en París y nunca aprobó la traducción al italiano. Nosotros vamos a ofrecer la versión completa, sin cortes, y en su lengua original. Así se apreciarán todas sus virtudes de 'grand opéra', al estilo de Meyerbeer o el Rossini serio. Es sofisticada, con cuatro actos, ballet, escenas corales... Es la primera vez que se representa en España.
- ¿Algo que le haya sorprendido mientras la estudiaba?
- La introducción del acto cuarto parece de un joven Wagner. Y hay momentos en la ópera que me recuerdan a Schumann.
- ¿Se complica o simplifica el argumento en esta producción? Los amores de la amante de Alfonso XI con un monje siempre han resultado un tanto... incomprensibles.
- En la versión francesa todo se entiende mejor. El monje, por ejemplo, ya no es el hijo del prior del monasterio.
- Ajá, no deja de ser una mejora.
- Todo cuadra y tiene lógica. El público entenderá perfectamente la historia. También creo que el trabajo de la directora de escena Valentina Carrasco tiene mucha calidad.
El arco de la vida de una mujer
- ¿Qué le parece la idea de fichar como figurantes a mujeres de entre 57 y 80 años para representar el papel de las examantes del rey?
- Muy bien. Es algo que debatimos juntos con tiempo, antes de su estreno en Bérgamo hace tres años. La propuesta de Valentina pone en el tapete temas importantes. ¿Qué ha sido de ellas? ¿Cuál es el destino de una mujer en el arco de su vida? Nacen y crecen, se convierten en jóvenes deseadas, tienen su trayectoria personal, luego son madres y abuelas. ¿Y luego? ¿Y luego? Es muy interesante el enfoque de este montaje. Las examantes quieren que Leonor acepte su futuro, pero al final ella muere y se rompe la cadena.
- Llama la atención que estas 22 mujeres, que no son bailarinas profesionales, protagonicen el ballet del segundo acto.
- Es una propuesta muy interesante. En Bérgamo y Burdeos también lo hicimos. Se recluta a mujeres que no han bailado nunca, gente de la calle, y los espectadores captan el mensaje.
- Usted conoce bien a la Euskadiko Orkestra. ¿Está centrada después de la abrupta salida de su titular, Robert Treviño?
- El ambiente es positivo, muy bueno. Estas dinámicas pasan muchas veces en las orquestas y no deben notarse a la hora de trabajar. La concentración es absoluta. Imprescindible en una ópera difícil y larga como 'La favorite'. Todos estamos motivados.
- Hablando de nuevos horizontes, desde que usted cumplió 50 años ha retomado su viejo amor: la música sinfónica. ¿Qué siente?
- Estoy contento. Desde 2022 soy titular de la Orquesta Sinfónica y Coro de la Radio Húngara. Lógicamente, no he tardado en hacer realidad el sueño de dirigir los poemas sinfónicos de Richard Strauss y la obra de Mahler.
- ¿Le ayuda su bagaje operístico?
- Mucho. Yo he crecido como músico contando historias. Eso refina tu ritmo y el sentido del equilibrio. Las pausas dramáticas, la fluidez y la expectación son fundamentales en una ópera. Y lo mismo sucede en la música puramente instrumental. También tienes que plantearla como una historia. Ahí está el encanto de todo. El don de saber contar historias es fundamental, también en la música. No se trata única y exclusivamente de tocar notas, sino de desarrollar un relato.
- También hay historias que nunca querríamos oír. ¿Conoce usted personalmente a Juanjo Mena?
- No, pero siempre le he tenido admiración. Y ahora más todavía. Hay mucha valentía, reflexión y lucidez detrás de su decisión. Me impresionó verle en ese vídeo que grabó en su casa, revelando que sufre alzhéimer.
- ¿Le ha dado que pensar el impacto de la noticia?
- Claro, es inevitable. Yo mismo he cambiado desde el pasado verano. Descubrieron que tenía la tensión muy, muy alta. Siempre pasa lo mismo. Crees que siempre vas a estar bien, con fuerza y salud, y no tienes nada garantizado. En los últimos 20 años he sido como un ratoncillo corriendo en una rueda giratoria sin parar. Ahora he cambiado. De vez en cuando, salgo de la rueda y si las cosas no salen como yo quisiera, no me lo tomo tan a pecho. La salud es lo primero. Tengo 53 años, por lógica con menos futuro que pasado, y quiero seguir disfrutando de la vida. No hay que dar nada por sentado.
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