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El cantante Jon Careaga dándolo todo. Ania López

Los Travellin' Brothers celebrando su vigésimo aniversario en una Sala BBK con llenazo

La EITB emitió por su plataforma Guau un concierto alegre y variado del ochote de Leioa, muy musical y americano, con una interpretación genuina desde el góspel al swing, aunque con chocantes palabrotas en las presentaciones de las canciones

Domingo, 25 de mayo 2025

Previamente a proceder al panegírico sobre una banda que nos gusta (y a menudo nos emociona), que mejora y sabe variar artísticamente de temporada en temporada, arranquemos esta reseña reprochándoles que soltaron demasiadas palabrotas en el espectáculo que nos ocupa, algo inconcebible sobre todo si ellos blasonan de que a sus conciertos acuden muchos niños: «y así vienen también sus padres, sus abuelos y todos; somos unos negociantes…», soltó una vez el líder, el jefe, el guitarrista Aitor Cañibano, este sábado en la Sala BBK.

El concierto lo emitió la EITB, y si se usaran pitidos para tapar los tacos, parecerían problemas técnicos recurrentes sin solucionar de tanto piiiii... piiii..., piiiiiii. Si en sus entrevistas los futbolistas, otros a los que deberían poner pitidos en sus declaraciones, están o se sienten 'jodidos' a todas horas, los Travellin' Brothers, más concretamente sus dos portavoces, Aitor y el cantante Jon Careaga, podrían haberse ahorrado en sus presentaciones entre canción y canción términos como 'host…' y 'mier…'. Una de dos: o pecaron de excesiva campechanería, o quizá estaban nerviosos por la emisión en directo, lo cual no sirve de excusa.

Constatado lo cual, contemos que este sábado en la Sala BBK llenísima (sólo se quedaron 3 entradas sin vender de un aforo de 550 personas en pie, que tenían barra con cervezas; o sea que se vendieron cuatro más una vez comenzado el concierto, pues Aitor en su primer parlamento informó de que se habían quedado a siete tickets del 'sold out', del entradas agotadas -Ramoncín esa misma noche agotó las 600 del Antzoki-), los Travellin' Brothers de Leioa celebraron su vigésimo aniversario en el único concierto que darán este año 2025 en Bilbao (en febrero le vimos tocando unas canciones en un festival solidario por Sáhara Occidental en el Campos), aunque como confesó Aitor, había dos trampitas, dos trolas: el aniversario en realidad lo celebraron en 2024 (no importa, siguen con la misma gira, no son los únicos que estiran las fechas), y, ejem, van a actuar de nuevo en Bilbao este 2025, el jueves 10 de julio en el Azkena, pero sin usar su nombre y como banda de acompañamiento del afrobluesman americano de 250 kilos (Careaga lo dijo) Sugaray Rayford (en una minigira que continuará en los festivales de blues de Bejar y de Arrasate-Mondragón, aquí el sábado 12 de julio; ¡manda cojones, en los mismos días del BBK Live!; ya ven: con un solo taco a cuento es suficiente).

Con las dos coristas, Inés y Noa, en 'Tennessee whiskey'. Ania López

El concierto lo ofrecieron con las cámaras de la plataforma Guau de la EITB emitiendo en directo, y el show ya está colgado en Internet (hay que registrarse para poder verlo, pero es fácil: lo he hecho yo solo ahora mismo). Duró 104 minutos para 15 temas (entre ellos, los 10 más escuchados que tienen en Spotify ahora mismo), sonó muy bien, mejor que lo que muestra la emisión digital (que no se oye mal, ¿eh?, pero no es lo mismo, no solo por la pegada y el volumen de un concierto eléctrico -que no se celebre en el Teatro Campos, claro; hala, haciendo amigos, como cuando Aitor dijo que entre el público solo veía frentes despejadas y canas, que la edad media era alevada-), y los Travellin' Brothers & Sisters (las dos coristas, Inés y Noa, respectivamente lideresas de sus grupos Mississippi Queen y The Hell Drinkers), o sea en ochote (con el pianista suplente Ander Unzaga, que era el original pero por los estudios se mudó a Pamplona y ahí sigue; se alternan a los pianos muy bien Ander y el titular donostiarra Mikel Azpiroz, tanto, que en las grandes ocasiones tocan los dos en la misma alineación), facturaron góspel, blues, soul y hasta sonidos country y ritmos de Nueva Orleans. Y ya al poco de empezar pensamos que lo hacen mejor que la mayoría de los naturales de ahí, de Estados Unidos, sean blancos o negros (ah, también Aitor Cañibano informó que el año que viene volarán a USA a grabar su próximo disco.

El arranque del show fue muy Nueva Orleans, con soul melódico suavemente coreografiado ('A better day'), swing con punteo muy Johnny Copeland ('Sweet Corrine'), una de las tres cimas de la cita, la gótica y muy cinematográfica 'Angel Cry' (era la tercera del repertorio, tuvo una intro de contrabajo jazz, ahí constatamos que los Travellin' no se atascan en una misma fórmula año tras año, y concluimos lo dicho, que son mejores y más genuinos que muchos americanos profesionales que vienen de gira por aquí), y el tema favorito del saxofonista de ocho años Jon, presente en la sala, que es el mambo 'Creole Queen' (a lo Big Bad Voodoo Daddy, óyelos, chavalín, que seguro te gustan; por cierto, en este mambo un desatado Alain Sancho, profesor del Conservatorio de Bilbao, el que hizo dar un salto de gigante a los Travellin' cuando ingresó en el grupo, se salió de todos los parámetros con un solo de soprano muy jazz fusión y muy bien encajado; para flipar, oigan).

El saxofonista Alain Sancho y el jefazo Aitor Cañibano. Ania López

Tras el inicio satisfactorio y brillante, con Jon Careaga quejándose en broma (o no) de que el paso de los años les impide tocar veinte canciones seguidas como antaño (él acabó sudado hasta las mangas de la camisa y físicamente rozó el abismo, el colapso, pero cumplió de sobra deambulando por el tablado para azuzar a los travellin' y hasta bailando delante), llegó por sorpresa el momento más coreado, la ranchera improvisada y a capela 'El rey', en plan los sanfermines. Ésta dio paso a una arrastrada y muy sureña (y auténtica, no lo olviden) 'Oh my river', que desembocó en góspel esperanzado. 'Magnolia Route' fue otro swing señero con dinamismo a espuertas, luego emularon a Johnny Cash y asumieron el Texas shuffle, y la segunda cima de la terna, muy emotiva ella, fue su versión del 'Tennessee whiskey' de Chris Stapleton, que acabaron cantando al borde del tablado y con el público enchufado a sus pies.

A lo Blues Brohers cruzados con los Temptations sonaron en el soul 'Everything to me', no se dejaron en el tintero su único tema en castellano, el grabado en 2024 para celebrar su vigésimo aniversario 'Si tuviera un día', la tercera cima del set fue 'Soul shine' de Warren Haynes, que interpretaron vía el soul de Eddie Hinton (aquí a modo de presentación Jon Careaga aseguró cual predicador que «el alma da fuerza, lo veo cada día»), y por el epílogo hubo más góspel como 'The power of your love' y en el bis (que no disfrutamos in situ porque corrimos a ver a Ramoncín en el Antzoki, pero lo hemos chequeado a toro pasado en Internet) 'Love, joy & happiness', algo así como amor, alegría y felicidad. Que no falten.

Ya nos gustaría ver a los Travellin' con Sugaray en julio en Bilbao o en Mondragón, pero lo tenemos jo..., o sea como los futbolistas.

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