The Lemon Twigs, hermanos de voces celestiales, en Bilbao
Los neoyorquinos Brian y Michael D'Addario, músicos orfebres beatlenianos y vocalistas abducidos por los Beach Boys, llenaron el Kafe Antzokia en la gira de su reciente álbum 'A Dream Is All We Know'
Sólo quedaron 20 entradas sin vender este miércoles en el Kafe Antzokia para ver al cuarteto neoyorquino The Lemon Twigs, capitaneado por los hermanos veinteañeros Brian y Michael D'Addario, hijos de un músico de folk y de una neurosicóloga. Ambos fueron músicos precoces, desde niños, y ahora son multiinstrumentistas: dominan guitarras, bajo, batería, teclados, trompeta, violín… De hecho, en concierto cambian también sus instrumentos con sus dos músicos de apoyo, que han de ser también polifacéticos y versátiles: Danny Ayala (bajo, teclas, voces…) y Reza Matin (batería, guitarra…).
Publicidad
Los hermanos Brian y Michael D'Addario andan de gira española (Madrid, Bilbao y Zaragoza) presentando su ultimísimo álbum, 'A Dream Is All We Know', editado el 3 de mayo, que tiene 12 temas y unos 9 sonaron en su vivificante y escasamente retro concierto de 23 canciones de pop sesentero en 86 minutos en los que el gentío que llenó el Antzoki sonrió constantemente y coreó bastante feliz de la vida. Había al menos siete fotógrafos, y además muchos melómanos subieron a las redes las fotos disparadas con sus móviles acompañadas de frases laudatorias suscritas por sus amistades digitales.
Sí, fue un concierto que cumplió las expectativas, que no decayó en ningún momento empero el peligro de tornarse reiterativa la fórmula sesentera, que superó al sonido de sus discos (¡como debe ser!), y que obsequió un momento mágico, de plena comunión con el Antzoki a oscuras. Fue cuando Brian D'Addario reapareció en solitario para el bis colgando una guitarra acústica con la que cantó tres temas bonitos, de folk de cantautor como el de esa película de los Coen.
Y lo dicho, The Lemon Twigs modelan como orfebres pop sesentero algo psicodélico, pero no suenan puristas, añejos. Y eso que sus influencias son clásicas y evidentes: los Beatles de pe a pa (de Lennon al bajo de Macca), los Beach Boys de las armonías vocales surferas (falsetes a lo Brian Wilson, riqueza armónica con solo tres voces porque el baterista no hacía coros…), y los Byrds no sólo por las guitarras (una Rickenbacker y una Gretsch de 12 cuerdas). También hubo un par de piezas muy The Kinks, algún rock and roll con glam, y concomitancias con la Costa Oeste al ejercer de estilistas en búsqueda del estribillo perfecto.
Los cuatro flacos y con pelazo (bolas afro, tupés esculpidos de isla de Pascua, las melenitas de los brothers), con cierto dinamismo escénico (no sólo al intercambiarse los instrumentos) y con el hermano benjamín Michael D'Addario, un poco achispado y alocado como los primeros Sidonie, The Lemon Twigs, comenzaron aleando a los Beatles con los Beach Boys ('My Golden years'). En su repertorio optimista también reservaron hueco para los temas serenos y cabeceantes ('If you and I are not wise' en plan los Kinks reflexivos, de seguido la balada muy Bee Gees 'Any time of day'), rocanrolearon como los Beatles ('Foolin' around'), y la primera cima de la cita fue un 'How can I love her more?' superior a la versión grabada en el flamante álbum 'A Dream Is All We Know'.
Publicidad
Insistieron en los Beach Boys en el tema casi titular ('A Dream Is All I Know'), versionaron a los londinenses The Keys ('I don't wanna cry'), emularon a los Byrds ('Sweet vibration', con guiño final al 'Turn, turn, turn') y se despidieron en falso con la expansión rocanrolera de 'Taylor made', que fue la segunda cima de la cita (con 10 segundos puro Status Quo). Y en el bis Brian hizo los tres temas acústicos a solas (el más bonito, 'Corner of my eye').
Ya en quinteto Michael preguntó si nos gustaban los Beach Boys y los cuatro (solo ellos, con tres voces) se marcaron una versión del 'Good vibrations' que fue la tercera cima y que el experto en este grupo Óscar Esteban calificó de 'perfecta' («han hecho la versión rara, la del 'Smile'», valoró), antes de despedirse con otro rock and roll, 'Rock on (Over and over)', y dejando a las 600 menos veinte almas más alegres de lo que habían entrado. Un espectador aún flipado, obnubilado, vaticinó en Facebook: «un concierto que recordaremos dentro de 30 años». Si llegamos, claro.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión