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Mr. Sipp, alias de Castro Coleman. Carlos García Azpiazu
Mr. Sipp toca que se sale

Mr. Sipp toca que se sale

El guitarrista de Mississippi se quitó el cansancio, repartió sonrisas y alegró la mañana a los parroquianos de Oñate, donde acabó su gira española de diez conciertos

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Lunes, 18 de marzo 2019, 15:04

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El domingo rompimos nuestras sanas costumbres y madrugamos para estar a las 12.30 (de la mañana, sí) en Oñati para ver al guitarrista de blues Mr. Sipp cerrando su gira española en el Gazteleku. No hubo más fechas europeas, pues voló únicamente para este tour de 10 bolos, con sólo un día libre, e intercaló tres metas vascas: martes 12 en San Sebastián, jueves 14 en Gernika y esta del domingo 17 en Oñati. Este lunes ya estaban volando de vuelta hacia Estados Unidos.

Condujo hasta el concierto el incansable Azpiazu, quien pasó cerca de tantos gaztetxes donde ha vivido conciertos: Durango, Abadiño, Elorrio, Oñati... Vio un cartel en la barra del Gazteleku, al lado de otro cartel «del puto Che Guevara», como le llamó hace poco Albert Pla en el Arriaga, y comentó Azpi señalando: «En ese festi estuve yo. Hace muchos años, con Josu Distorsión, Penadas Por La Ley… Duró unas ocho horas»).

Al entrar en el Gazteleku nos sumergimos entre las 250 personas en pie del público muy transversal: desde poteros veteranos y varios vecinos africanos hasta niños que comían gusanitos sentados en el suelo y mirando admirados a los tres oficiantes afroamericanos. Estos llegaron desde Madrid: salieron a las 7 de la mañana, a las 11.15 ya estaban en Oñati y bajaron de la furgoneta con pinta de derrotados. Lo que le costó al baterista montar su instrumentos, nos contaron.

Los tres sureños (bajista de Jackson, Mississippi, baterista de Baton Rouge, Luisiana, y el líder, Mr. Sipp, alias de Castro Coleman, nacido en McComb, Mississippi, 42 años ha) se marcaron un bolo creciente de 12 canciones en 85 minutos, sin bis y con tres versiones: la sexta, 'Thrill Is Gone' de BB King (al menos dos veces antes ya habíamos pensado en que su guitarra resonaba a ese tema), la décima, la balada dulce 'You send me' de Sam Cooke (en plan estilista), y el adiós con el 'Little Wing' de Jimi Hendrix que, según avisó Mr. Sipp, lo tocarían como está incluido en su último disco, 'Knock A Hole In It', el cual invitó a comprar en el puesto de merchandising (y al hit hendrixiano le acopló una coda punteando el standard 'Over the rainbow').

Bailando en 'No es asunto de nadie'.
Bailando en 'No es asunto de nadie'. CARLOS Gª AZPIAZU

Los tres tipos arrancaron su show matinal brillantes y profesionales, aún atenazados por el viaje, el cansancio (era el último día de la gira, no lo olviden) y quizá la juerga. Pero a la tercera ya estaban sonriendo viendo la positiva respuesta del respetable heterogéneo. Mr. Sipp, alias también 'The Mississippi Blues Child' (child significa niño en inglés), es un bluesman eléctrico y modernista pero clásico, un guitarrista naturalísimo que toca que se sale e hizo medrar todas las canciones durante sus punteos vitalistas, espectaculares, consiguiendo que ritmos básicos alcanzaran un feeling especial: por ejemplo al riff arrastrado escuela Jimmy Reed lo elevó mediante punteos west side a lo Luther Allison o Magic Sam (en una piezal titulada 'Hey pretty lady' o algo así).

El trío sureño abrió boca con tumbao blusero a lo Stevie Ray Vaughan ('Gotta Let Her Go', donde Castro cantaba ya no me quiere…), siguió con un híbrido entre Albert King y el Kinsey Report agraciado con los arpegios de su guitarra Epiphone (donde cantaba ella no me quiere como yo…), se puso sofisticado y elegante en la sedosa 'If Loving you is crazy', dotada de solo de bajo, aires bibikinescos y las primeras sonrisas, sonrisas ya asentadas y habituales a partir de la cuarta, 'Bad Feeling', un blues moderno y dinámico a lo Little Jimmy King y con solo estupendo del baterista.

Ya se les había quitado el cansancio y hasta el final reinó la fiesta. A veces Mr. Sipp punteaba danzando como si le resbalaran los pies, y en la canción 'Nobody's Business' (la de no es asunto de nadie cómo me gasto el cheque, el dinero, y frotaba los dedos para explicitarlo) se puso a bailar coordinado y perfilado con el bajista y, feliz de estar triunfando, logró rascar coros gospel y palmas del público, que les ovacionó contento. Y la cima de la cita fue el blues lento 'Mrs. Jones', cuando Castro Coleman se puso a puntear delante del escenario, un tablado del que esa mañana nunca a bajó a tocar entre la gente, pues se trataba de una tarima bastante elevada para afrontar arriesgados esfuerzos físicos. El próximo fin de semana Mr. Sipp tiene dos fechas en Memphis, Tennessee.

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