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Este lunes, con el doble de asistencia de la habitual (más de 111 ya estaríamos; la entrada era libre), se celebró en el auditorio del Conservatorio de Bilbao (pegado a la estación de metro de Sarriko) la octava sesión del 31º Encuentro de Música Contemporánea, o sea del ciclo Kuraia, que propuso una actuación híbrida entre la percusión y la electrónica del vitoriano Sinkro Ensemble. La próxima propuesta en Sarriko tendrá lugar el lunes 3 de febrero con el italiano Icarus Ensemble.
Este lunes el vitoriano Sinkro Ensemble vino en formato demediado, reducido a dúo, con Guillermo Lauzurika al mando de la electrónica (entre otras labores es profesor de música electroacústica en el Musikene donostiarra), y el bilbaíno Jabi Alonso a cargo de la percusión (tiene un master en Yale y es profesor de percusión en el Musikene). Jabi Alonso fue quien anduvo en escena utilizando 4-5 sets de percusión, con txalapartas, vibráfonos, una marimba, tubos, gongs, tambores, bombo… En 64 minutos se interpretaron 5 piezas (dos de estreno absoluto), explicadas antes por Lauzurika (no pusimos el crono en marcha cuando intervino él, ¿eh?, o sea que la cita duraría unos 70 minutos).
Como siempre la música tuvo marchamo experimental y pareció apta para acompañar películas de cine también experimental. Las dos piezas más atractivas para los oídos generalistas fueron el cénit de la cita, 'Stream A', de Lauzurika, «que nace de la improvisación, de sesiones grabadas que luego se convierten en obra fijada en partitura y audio», según explicó el autor lo que al poco Jabi Alonso reprodujo desde el fondo del escenario, desde una caverna oscura, mediante vibráfono surrealista por el eco añadido mediante la electrónica, un eco de mágico sónar submarino, y la última pieza del repertorio, 'La céleste', «una obra de vibráfono y bombo surgida de la unión de otras dos obras anteriores», la única que tuvo un vídeo de apoyo (imágenes de Venecia), y que al vibráfono tímbrico le puso una coda de bombo tronante.
El resto del repertorio, las otras tres piezas, fueron 'Herren' de Jon Esnaola, el primer estreno absoluto, «con electrónica y txalaparta de tres materiales, piedra, metal y madera, y con un guiño a Joxean Artze, txalapartari y poeta que sacó del declive a la txalaparta», según explicó el autor, Esnaola, presente en la sala, un tema donde Alonso reveló su técnica magistral a la percusión; 'Resonances' de Aitor Bartolomé, el segundo y último estreno de la velada, «un tema tranquilo, sereno, concentrado en los timbres», arrancado con electrónica espectral como si el Conde Orlock de 'Nosferatu' invocara lúgubre desde el más allá (comparación literal porque llegábamos de ver la película en el cine, un film largo y reiterativo con tanto aquelarre y exorcismo y que acaba con el vampiro olvidándose de mirar la hora, ¡qué ridículo!) y rematado a base de vibráfonos oníricos; más 'Umbélulas' de Alfonso García de la Torre, «el alma mater del Sinkro Ensemble, que ha hecho una música delicada con realimentación entre la percusión y la electrónica», y en ésta sonó la marimba y Alonso volvió a revelar su maestría digital a las percusiones, aunque fue la pieza más difícil de oír.
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