Rubén Blades: «La política no corrompe, la política desenmascara»
El 'poeta de la salsa' encandila al auditorio en la última jornada del BIME: «Cuando bailas no importa tu color de piel ni tu apellido»
Estrella de la salsa, poeta, intelectual, activista... Rubén Blades (Ciudad de Panamá, 1948) lo ha sido casi todo en esta vida, incluso ministro de Turismo ... de su país, pero siempre será recordado por sus tonadas de baile y por discos como 'Siembra', con el que abrió la música latina a todo el planeta a finales de los 70 junto a Willie Colón.
Ante un auditorio abarrotado y enfervorizado, grabando todo con sus móviles, este ilustre panameño ha repasado este jueves en la última jornada del BIME Pro su trayectoria vital, músical y política, tratando de sentar cátedra sobre diversas cuestiones, entre ellas, las relacionadas con la democracia, que han centrado buena parte del coloquio guiado por el periodista Fernando Navarro.
«La política no corrompe, la política desenmascara», ha resumido sobre su paso por las instituciones en la primera década de siglo. «Si tú aceptas dinero, el problema lo tienes de antes, no es que la política te haya corrompido. Yo en cinco años de ministro no robé un real, fui a trabajar», ha añadido.
Por ello, anima a la juventud a que se involucre en los procesos democráticos: «Salí de la política convencido de que un Gobierno de gente que piensa en su patria puede cambiar a su país de forma positiva, pero el problema es que no hay voluntad». En esa línea, respecto a las ideas extremas y los populismos, ha recordado 'el poeta de la salsa' que no hay que respetar la opinión de los demás, sino su derecho a opinar.
«Si a mí me dices que tu opinión es que hay que matar a todos los negros, los judíos o los latinos, yo no tengo que aceptar tu estupidez. Pero yo pelearé para que tú tengas derecho a decir tu estupidez», ha defendido un Blades que ha pecado quizás de sentirse en todo momento de su intervención en posesión de la razón suprema y ha incurrido en cierto paternalismo hacia la audiencia que, en cualquier caso, no ha parecido notarlo y ha respaldado con cerrados aplausos cada afirmación del artista.
En el plano musical, Blades ha hablado de sus inicios en Nueva York trabajando para las incipientes compañías de salsa en los 70, una época de pura eclosión musical en la Gran Manzana, con la salsa, el punk o el hip hop.
Un 'cantador de historias'
«La salsa en Nueva York evitaba el racismo y el clasismo, la gente iba a bailar y ahí no importa tu color de piel, tu apellido, si eres rico o pobre. Es algo parecido al deporte», reflexiona uno de los nombres estelares de esta edición del BIME, al que no le gusta nada que le consideren 'el intelectual de la salsa': «¿Qué pasa, que acaso el resto de músicos de salsa son unos salvajes?».
Así, prefiere ser recordado como 'cantador de historias', tal y como se refería a él Gabriel García Márquez. «Yo lo que me siento es un cronista, es lo que he hecho siempre, y no me siento ni mejor ni peor que nadie. Siempre he escrito por empatía, por solidaridad y tratando de evitar el yo, yo, yo», ha zanjado Blades, aclarando también que «mis temas no son necesariamente coemrciales, siempre intenté huir de eso».
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