La «rara experiencia» de un concierto en vivo

Al grupo vizcaíno Belako la pandemia le pilló justo a punto de lanzar el álbum 'Plastic drama'. De ahí que pusieran más empeño que de lo normal en poder organizar directos para promocionar el trabajo. Nada más comenzar con la desescalada, y en un claro afán de «buscarse la vida», vinieron con la idea de hacer una gira en distintos autocines del Estado. «Teníamos claro que era o hacer algo así o no hacer nada. Lo organizamos todo nosotros, palmamos algo de pasta, pero sirvió para sacar la cabeza y respirar. Fue una experiencia muy catártica. Fue súper bonito volver a ver a la gente. Estaba regulado pero no tanto, y conseguir lo que nos propusimos fue gratificante», relata la vocalista y teclista, Cris Lizarraga.

Después de esos tres bolos, sin embargo, les tocó un verano «parado», pero donde destacó su actuación en el Palacio Euskalduna. Lizarraga lo recuerda como «un teatro que impone mucho. El público estaba muy centrado en el espectáculo y muy quietos, como que se retroalimentaban a ellos mismos. Pero a pesar de que estuviesen sentados, nos transmitieron mucho». La artista tiene claro que, tal y como están las cosas, «hay que priorizar la salud de las personas, pero también hay que darse cuenta de lo esencial que es la cultura». «Es necesario seguir celebrando conciertos, aunque sea de este modo. Nosotros nos adaptamos a lo que sea», afirma. Con esa actitud han viajado hasta Cáceres y Valladolid, y en las siguientes semanas lo harán en varias localidades de Euskadi.

Pello Reparaz siempre ha encontrado un modo u otro para dan conciertos desde que era adolescente. Empezó a los doce en los gaztetxes de su zona mucho antes de dedicarse a la música de forma profesional, pero nunca ha sentido en su vida la necesidad de reinventarse como ahora. Su proyecto más reciente, Zetak, fue un bombazo cuando se presentó al público, y el 2020 se acontecía como un año cargado de conciertos. No ha podido ser así, pero Reparaz se muestra positivo, «porque para finales de diciembre podremos decir que hemos dado una treintena». Su música electrónica y la energía que desprende sobre el escenario choca con el hecho de que el público esté sentado. «Es una música muy bailable. Antes de la pandemia dimos seis bolos y la entrega del público fue bestial. El contraste es duro y es una experiencia rara. A veces no lo puedo evitar. La semana pasada toqué en la Sala BBK en Bilbao y le pedí al público que se levantara. Fue como un aperitivo de lo que va a ser cuando todo esto pase, porque con toda las ganas acumuladas se va a liar», cuenta. A pesar de sus ganas, se esfuerza en mantener todas las medidas sanitarias para la celebración de estos eventos, que los ve necesarios, porque «ya el hecho de ir a un sitio, hacer una prueba de sonido... Es algo grande que me hace sentir vivo».

No son muchos los grupos que hayan dado sus primeras actuaciones en plena crisis sanitaria, pero hay excepciones, y una de ellas es la del grupo de pop Bulego de Azkoitia. La formación se subió por primera vez a un escenario el 6 de marzo, en la sala Kutxa Kultur de Tabakalera. Una semana más tarde, se decretó el estado de alarma. Pero esta banda, que publicó su primer trabajo a principios de año, no se resigna y ha buscado cualquier oportunidad que se le haya presentado para hacerse ver y oír. «Es verdad que es raro que todo el mundo esté sentado y con mascarilla, pero sabemos que no va a ser para siempre, y que va a volver lo de antes. Nosotros estamos con muchas ganas y muy positivos», confiesa el baterista, Xabi Arrieta.