La madrileña Natalia de la Vara y el asturiano Xulián Suárez. Óscar Cubillo

Quinteto Galerna: Musikénikos en el Muxikebarri

La formación internacional de alumnos de viento del Musikene adaptó desde Ravel hasta D'Rivera en el ciclo matinal sabatino getxotarra M4

Sábado, 15 de mayo 2021

Meditando sobre la reciente declaración de la directora de orquesta mexicana Alondra de la Parra (apellido adecuado para el nombre, y viceversa), sobre que la ... música clásica en este siglo XXI sigue moviéndose por parámetros establecidos en el siglo XX, la mañana del sábado nos animamos a acudir a la sala Areeta del Muxikebarri de Algorta, al teatro municipal getxotarra, donde se está cursando el ciclo M4, con cuatro conciertos de alumnos del Musikene donostiarra, el Centro Superior de Música del País Vasco, de donde salen tantos instrumentistas que catamos en el Bilbaína Jazz Club, esos 'musikénikos' como les llaman los del club de jazz.

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Entre el 8 y el 29 de mayo, durante cuatro sábados consecutivos, en este M4 actuarán formaciones completadas por alumnos españoles y extranjeros: de Francia, Chile, Estados Unidos, México y Bielorrusia. Abrió el pasado sábado 8 el Rafale Dúo, hoy ha actuado el Quinteto Galerna (lo que les contamos en esta pieza), y quedan dos dúos, para el 22 Dvadúo (la acordeonista bielorrusa Maryia Arol y la pianista gallega Raquel Fernández García) y para el 29 Öme Ollin Ensemble (con la flautista María Rabasco y el guitarrista Fabián Martínez revisando el folk). Las entradas cuestan 3 euros.

Este mediodía de sábado, ante una treintena de melómanos de amplio abanico de edades (de niñas a mayores), ha actuado el Quinteto Galerna o Galerna Boskotea, de viento y formado por, de izquierda a derecha, la flautista madrileña Natalia de la Vara, el clarinetista asturiano Xulián Suárez, el trompista canario Francisco Pérez, la fagotista chilena Claudia Briones y la oboísta neoyorquina Kelly Smestad. Los cinco hablaron al público durante las presentaciones de un encuentro de 5 piezas en 63 minutos un tanto menguantes, pues la segunda parte bajó un tanto (primero por ejecución en las salomas y segundo por la fuerza de la composición de Paquito).

El quinteto de viento en las salomas. ÓSCAR CUBILLO

Bien conjuntados los cinco, con un nivel de alumno superior, su onda más que decimonónica (lo que critica la citada Alondra de la Parra) evolucionó cinemática, pues muchas evocaciones visuales se percibieron en el repertorio. La primera parte fue notable y estuvo abierta por 'Tzigane ', una partitura escrita en 2011 por la afroamericana Valerie Colmena, fundadora del quinteto de viento Imani Winds, que inspirada en los gitanos de Europa Oriental sonó cual banda sonora, y estuvo rematada por la 'Pequeña música de cámara' del musicólogo alemán Paul Hindemith, cinco movimientos así descritos en la presentación por la flautista Natalia de la Vara: «El primero serio y cerebral, el segundo satírico, luego hay un interludio, el cuarto es muy breve de solo 23 compases, y el quinto es más poderoso. Notarán el aire burlón y del jazz». Lo que percibimos fue a Michael Nyman en el quinto movimiento.

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La segunda parte comenzó bien con 'Pieza en forma de habanera' del francés Maurice Ravel, en arreglo para quinteto que más que a Cuba apuntó por su exotismo a Andalucía y a lo moruno. Y menos brillantes resultaron las dos postreras selecciones: la calma chicha se impuso en las tres salomas (canciones marineras) del a veces vanguardista inglés Malcolm Henry Arnold, compositor de la BSO de la película 'El puente sobre el río Kwai' (los Galerna parecieron fallar en la segunda saloma), y se cerró con tres 'Aires tropicales' del saxofonista cubano Paquito D'Rivera, alborada, son y, como colofón, una contradanza dinámica, tan evidentemente superior que la repitieron en el solicitado bis.

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