«No soy políticamente correcto»
El cantante americano protagoniza el sábado en el Euskalduna 'Los cuentos de Hoffmann',de Offenbach, que abre la temporada de la ABAO
Se toma dos cafés de una tacada en un bar céntrico de Bilbao antes de charlar con EL CORREO, aunque se le ve muy despierto. ... Lo primero que hace es preguntar por el Concierto Económico de Euskadi y también tiene curiosidad por el rey emérito. «¿Cuándo volverá a España?», interroga Michael Fabiano (Nueva Jersey, 1984). Personalidad no le falta, dentro y fuera de los escenarios, al tenor que este sábado protagonizará en el Euskalduna la primera ópera de la temporada de la ABAO. No es la primera vez que canta 'Los cuentos de Hoffmann', de Jacques Offenbach (1818-1880), y se muestra muy seguro de sí mismo, con una voz más llena y rotunda que antaño. Ha aprovechado los tiempos muertos del último año para reajustar su técnica vocal. Además de tenor, es piloto de aviones y sabe que conviene cuidar la maquinaria para llegar a lo más alto.
- ¿Qué tal la experiencia con 'Los cuentos de Hoffmann'?
- Hombre, si le soy sincero, me he sentido incómodo en los ensayos. Es una versión distinta a la que canté en París el año pasado.
- Pero eso también sucede con otras óperas, como 'Don Carlos', de Verdi. ¿No se acostumbra uno a lidiar con distintas versiones?
- No, no. En el caso de 'Don Carlos', la música no varía tanto. En 'Los cuentos de Hoffmann' hay muchas modificaciones. Ha sido casi como empezar de cero. Pero, bueno, no pasa nada. Lo he conseguido. ¡Misión cumplida!
- Su personaje, el poeta Hoffmann, va enlazando relaciones eróticas. ¿Le parece lógica su evolución psicológica?
- Sí, sí. Según las versiones, puede variar el orden de sus amantes. En este caso estoy conforme. Primero se siente atraído por una chica joven y bonita, sin cerebro ni discurso. Al terminar la relación, modifica el enfoque y se enamora de Antonia, una mujer sensible e inteligente. Es su gran pasión, aunque esté mortalmente enferma. Muy, muy triste.
- Y todo para que, al final, se vea arrastrado por el atractivo de Giulietta.
- Efectivamente, ella es una, una...
- ¿Cortesana?
- Una puta, con todas las letras. Hoffmann la desea, le atrae su sensualidad. Pero ella lo desprecia.
- ¿Qué le queda a Hoffmann?
- La verdad es que no lo sé. Son varias las opciones. No tengo claro su destino. Igual muere. O se marcha con la cantante Stella, que contiene en sí misma a esas tres mujeres (la joven, la artista y la cortesana). O quizás se va con la musa, que es su eterna acompañante, o... ¡quién sabe! Sinceramente, no le puedo responder.
«Una soprano negra debería poder hacer de japonesa (Butterfly), igual que yo maquillarme para ser Otello»
libertad para interpretar
- ¿Qué piensa de la corriente de lo políticamente correcto que censura la mayoría de argumentos de las óperas por machistas o racistas?
- Yo no soy políticamente correcto. Me parece absurdo el rumbo que está tomando este movimiento en Estados Unidos y se está extendiendo por todo el mundo. ¿Qué se busca? ¿Quemar obras de arte y libros? Hay que respetar la libertad de creación. Imponer ideas, en una dirección u otra, es fascismo puro y duro. Yo creo en la democracia en todos los ámbitos y en el mundo de la ópera debemos dar ejemplo. Es el arte total y lo único que debe promocionar es el talento.
- Entiendo que usted no censuraría 'Carmen'.
- ¡Por supuesto que no! Nosotros reflejamos la naturaleza humana, con sus luces y sus sombras. En este mundo se asesina a mujeres y hombres. Negar o prohibir su representación me parece absurdo.
- También le parecerá una locura que los artistas blancos no puedan maquillarse para meterse en la piel de Otello.
- ¡Es una tontería! Los intérpretes debemos tener la libertad de asumir el papel que mejor nos convenga. Poner el foco en la raza o el sexo de la gente es contraproducente. Solo sirve para dividir. Insisto: lo fundamental es la capacidad de las personas. Hay que promover el talento, nada más. Una soprano negra tiene todo el derecho del mundo a cantar el papel de una japonesa como Madama Butttefly y lo mismo pienso de mí mismo en el caso de Otello.
Identidad sexual
- ¿Echa en falta obras con temática homosexual?
- ¿Por qué iba a hacerlo?
- Para sentirse más identificado.
- No. Me siento orgulloso de ser gay, pero no es lo que me define.
- ¿Qué es importante para usted?
- La identidad sexual está claro que no. Para mí es una obviedad. En eso, me siento como cualquier ciudadano. ¿Qué es lo realmente importante en nuestra sociedad? ¿Cuáles deberían ser las prioridades de nuestros líderes? Muy sencillo: preocuparse por las inquietudes reales de las personas. La gente quiere comida en la mesa, dinero en la cuenta corriente, educación de calidad para sus hijos... Eso es lo fundamental.
- Tengo entendido que le tienta la política.
- Actualmente estoy bien como estoy. Eso sí, me gusta estar informado y comprometerme. Más allá de mi actividad como tenor, estoy pendiente de mi fundación ArtSmart -que procura clases de música gratis a niños de entornos desfavorecidos en Estados Unidos- y también tengo una empresa de tecnología.
- ¿No le basta con ser cantante?
- Adoro mi trabajo, pero necesito variedad. Por eso, entre otras cosas, también soy piloto de aviones y fui árbitro de béisbol.
- ¿Qué le pide usted a un tenor?
- ¡Cojones! Cojones y corazón.
- ¿Quiénes son sus favoritos?
- Sobre todo, Pertile. Y también Del Monaco, Lauri-Volpi, Corelli y Vinay. Entre los españoles, Fleta, Carreras, Domingo... Todos ellos tienen voces que identificas al segundo. Ni dos ni tres segundos. ¡Basta uno!
- Como artista, ¿cuál es su objetivo?
- Causar impacto. No le puedes gustar a todo el mundo, eso está claro y cuento con ello. Pero sí busco dejar huella.
días 23, 25, 27 y 29; más el 1 de noviembre
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Intérpretes. Michael Fabiano, Jessica Pratt, Elena Zhidkova, Simón Orfila... Más el Coro de Ópera de Bilbao.
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Orquesta. BOS, bajo la dirección de Carlo Montanaro.
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Direc. de escena. V. Huguet.
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Producción. Ópera Nacional de Burdeos.
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