Patricio Barandiaran
«El Parkinson no está tan presente y se nota en el nuevo álbum»El músico bilbaíno presenta 'La Magnífica', su quinto disco y el primero tras recuperar la movilidad que durante años la enfermedad le limitó
Barandiaran habla con calma, una calma que recuperó hace cuatro años cuando una operación le devolvió parte de su vida. Su voz tiene la misma ... serenidad que destilan sus canciones, esa cadencia que parece que se queda flotando un segundo o más de lo que dura cada palabra. Llega a la entrevista elegante, pero con un aire juvenil que suaviza la formalidad de su ropa y con una sonrisa sencilla, nada impostada. Es el mismo chico que empezó a tocar con trece años, solo en su habitación, de manera autodidacta. Había en su casa tradición familiar. Su abuela, según cuenta, era pianista profesional de clásico y su padre componía al piano. Hasta que llegó la enfermedad, en forma de párkinson precoz, y lo alteró todo. Era 2015 y solo tenía 34 años. Ahora, diez años después, presenta 'La Magnífica', su quinto disco, y en cierto modo, el primero de una vida nueva.
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El camino hasta aquí no ha sido fácil. Todo comenzó de forma extraña, con un pie que un día dejó de responder. «Se bloqueaba, no entendía qué pasaba. Pasé por consultas en Euskadi, en Inglaterra… y nadie daba con la tecla», recuerda. La respuesta llegó en Bélgica, de la mano de una especialista que desveló el misterio: párkinson juvenil y genético. El golpe fue duro.
Durante casi una década, la enfermedad condicionó su manera de estar en la música. «No podía tocar y cantar a la vez, tenía que llevar músicos, y los conciertos se reducían por el cansancio. Era duro. No es como romperte un brazo y esperar un mes, son muchos años con limitaciones», explica. Aun así, nunca dejó de componer: grababa en el móvil las melodías que se le ocurrían al piano y luego escribía la letra. «Siempre he sido constante, aunque estuviera en silla de ruedas».
La rabia de aquellos años quedó plasmada en su tercer álbum, 'Un rayo me atravesó'. Con el tiempo, sin embargo, la mirada cambió: «El presidente de la asociación de pacientes de Lieja me dijo que algún día vería el párkinson como una suerte. Me enfadé, lo maldije… y ahora entiendo a qué se refería. Te obliga a replantearte todo». El gran punto de inflexión llegó en 2021, cuando un implante cerebral le devolvió la autonomía perdida. «De repente me sentaba al piano y podía escribir durante horas. Cambiaron las tornas. 'La Magnífica' surge de ahí. De la libertad recuperada, de la energía, de ese sol que aparece después de la tormenta».
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El álbum refleja ese renacer con canciones como 'Por los pies', que marcan la apertura de una etapa luminosa, alegre, vitalista y optimista. Otras, como 'Morir en la orilla', buscan rozar la eternidad de las baladas clásicas. «Quise hacer un tema a medio tiempo que pudiera sostenerse en el tiempo, como los de Juan Carlos Calderón o Manuel Alejandro. En el estudio no hubo discusión, esta canción tenía que estar sí o sí».
Pero entre todas, hay una historia que sobresale por lo inesperada: la del bolero Ariadne. La chispa surgió en un aeropuerto. «Vi a Ariadne Artiles pasar y me pareció bellísima. Su nombre era tan musical, con tantas vocales, que empecé a escribir la canción allí mismo, en una cafetería. No puedes hacer un bolero que se llame Josefina, es muy difícil de cantar —bromea—. Pero Ariadne tenía música en cada sílaba».
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La dedicatoria tiene raíces en otra anécdota que le marcó. Con 22 años conoció a Noelia Afonso, la Miss Europa canaria a la que Augusto Algueró dedicó la canción Noelia, inmortalizada por Nino Bravo. «Me contó que esa canción había sido para ella y pensé: algún día yo también haré algo así. Pero claro, tiene que ser alguien que te inspire tanto como para que quieras cantar su nombre dentro de treinta años. Con Ariadne me pasó eso. El nombre, el aura, el momento. Cuando le mandamos la canción lo agradeció públicamente, fue muy bonito».
La vida cotidiana, los amigos, el cine y los viajes son las fuentes habituales de inspiración de Barandiaran. «Siempre pienso en imágenes. Mis canciones son muy cinematográficas. Si hablo de un aeropuerto, me imagino a una persona andando. Si escribo sobre las Galápagos, veo las islas como si fueran una postal. Quiero que quien escuche pueda ver lo que yo vi».
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El público ha recibido 'La Magnífica' con entusiasmo. «A muchos les sorprende el cambio. El Parkinson ya no está tan presente. Mis discos anteriores eran más introspectivos, más ligados al diagnóstico. Este es más optimista y eso se nota. Yo disfruto de la música melancólica, pero entiendo que no se pueda estar siempre ahí abajo».
Dopamina Cero
El presente de Patricio Barandiaran no se limita a los escenarios. Su vida ha inspirado el cortometraje 'Dopamina Cero', dirigido por el argentino Rodrigo Marini y protagonizado por Juan José Ballesta, ganador del Goya 2001 por 'El Bola'. «Cuenta la historia de un músico con Parkinson, desde el diagnóstico hasta cómo la música logra salvarle. Habla de la enfermedad. sí, pero también del poder curativo de las canciones».
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El propio Barandiaran ha compuesto la banda sonora junto al director musical de Luz Casal, con dos temas originales que verán la luz a finales de este año. «Nunca había compuesto una banda sonora y ha sido una maravilla. Recibía el metraje y componía la música como si estuviera pintando».
Mientras tanto, prepara la gira de 'La Magnífica', que en noviembre pasará por Madrid, Barcelona y Bilbao. «Seguiré presentando el disco, la banda sonora, y quién sabe, quizás con la sorpresa de que Ariadne aparezca en alguna presentación«, dice entre risas.
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