La Oreja de Van Gogh afronta otra encrucijada

De momento no está claro cuál de las dos partes queda en una situación más complicada. Por un lado, Leire Martínez está en condiciones de iniciar una carrera en solitario que, alejada en principio de macrofestivales y grandes eventos, podría compaginar con actividades en otros campos, como presentadora de televisión o incluso intérprete.

Más delicada parece la situación en la que queda el grupo donostiarra, no exactamente en la casilla de salida en la que se vio hace diecisiete años tras la marcha de Amaia Montero. Precisamente, son muchas las voces que apuntan a un retorno a la cantante irunesa al seno del grupo con el cual se dio a conocer, pero no está claro en qué formato: hay quien afirma que sería puntualmente y para un concierto en un gran estadio o una pequeña gira en ese tipo de recintos y otras, las menos, las que apuestan por un retorno permanente. En este segundo caso, la salida de Leire Martínez habría sido obligada. En el primer supuesto, ese salto a los estadios con Montero como cantante puntual habría sido el detonante de la ruptura.

Y después, ¿qué? Es la pregunta obligada, porque La Oreja de Van Gogh ya preparaba los temas del que habría de ser su próximo disco antes de embarcarse en esta última gira por festivales de música que ha tenido al grupo ocupado durante los últimos meses. Descartada Leire para la grabación, sólo quedarían dos opciones: o con Amaia Montero en las voces o con la tercera cantante en los casi treinta años de historia de un grupo cuyo primer escenario, según cuenta Pablo Benegas en su libro 'Memorias', fue el de un bar de la calle San Bartolomé, «antes de conocer a Amaia» y cuando «no teníamos ni nombre ni cantante. Por eso nos echó una mano nuestro amigo Asier, del grupo Oh Glaucón». Corría 1995.

Hace poco más de seis meses, el propio Benegas anunciaba que el próximo disco del grupo se publicaría en 2025. «Estamos escribiendo las canciones cada vez más despacio, luchando contra la sensación de que repites lo que ya has escrito. Nos mantenemos en la exigencia de mejorar, ser más finos en las letras y en las músicas, descartar muchísimo. Pienso que se editan discos y libros con demasiada velocidad, y así es imposible que todo sea de calidad. En el mercado hay una apuesta por la cantidad frente a la calidad, y hay que ir más despacio». Sin embargo, a día de hoy todo lo relacionado con LODVG parece que ha quedado en un 'stand by' inevitable.

Pese a que los rumores, que se remitían incluso a «fuentes bien informadas» sobre la vuelta de Amaia Montero, han coleado durante cuatro meses, la crisis en el grupo ha estallado en un momento en el que las nuevas generaciones habían comenzado a reivindicar un cancionero que el grupo ha defendido durante todo el año en el circuito de los festivales de todo el país y en donde han compartido escenario con bandas como Green Day, Amaral, Two Door Cinema Club, Arde Bogotá, Vetusta Morla o Viva Suecia.

Mientras tanto, los usuarios de las redes sociales continúan vertiendo sus opiniones sobre la noticia que el lunes sacudió el panorama musical y que, pasada la primera ola, ha dado lugar incluso a chanzas. Entre los fans de La Oreja predomina el desconcierto y también el enfado, no tanto por una separación que algunos ya se barruntaban, como por las formas empleadas para anunciarla.

Y también por lo que interpretan como falta de apoyo explícito a la cantante frente a la creciente rumorología de los últimos meses y que llevó a la propia Leire Martínez a declarar en Navarra Televisión. «No me gustan las faltas de respeto. Que se diga que Amaia vuelve al grupo no me afecta, lo que no me gusta es que se me ningunee a mí (...) A mí lo que no me gusta es escuchar y ver determinados comentarios de 'ah, pues bien, qué maravilloso que vuelva'. Pero bueno, ¿y yo, qué?'», se preguntaba entonces la ya excantante de La Oreja.