Olatz Salvador rompe con la corrección en su nuevo disco 'Zainak Eman'
El tercer trabajo en solitario de la cantante donostiarra, juega con sonidos electrónicos e incorpora sintetizadores y autotune
Olatz Salvador ha sentido siempre que vive a contracorriente. En tiempos de consumo rápido y ritmo frenético ha querido tomarse su tiempo para crear 'Zainak Eman', su tercer álbum en solitario. Sus primeros borradores, escritos en 2020, sufrieron una transformación brutal en el estudio catalán Olivera. Los productores Pau Brugada y Vic Moliner «jugaron con las melodías» para obtener un disco que rompe con lo anterior. La delicadeza que la caracteriza no ha desaparecido, pero los diez nuevos temas tienen muchas texturas. Sintetizadores, gritos, delays y versos con autotune engrandecen las letras. «No entiendo la vida sin cambios», remarca.
Amante de los juegos de palabras, Salvador nombra su disco con una expresión llena de significado. «Zainak eman significa intuir, pero zain tiene muchas ramificaciones que nos han ayudado a escribir el disco: es vena, espera, cuidado, eje, raíz...».
En la creación sintió «un bloqueo» para el que contó con la ayuda varias compositoras. También ha estado acompañada ante el micro por sus amigas Alba Moreno, «que pronto dará mucho de qué hablar» e Izaro, con quien desde algunos sectores intentaron enfrentarla. «Inventaron una especie de competición por ver quién es mejor, como si solo hubiera espacio para una, cuando nos admiramos y nos queremos».
Apela precisamente a la unión entre mujeres al ser preguntada por las declaraciones del cantante de Gatibu Alex Sardui en las que afirmaba que no había discriminación en la música. Se disculpó y Salvador pide que no se personalice el problema en una persona concreta porque es algo estructural. «Las artistas estamos más unidas que nunca. Ahora nos protegemos unas a otras porque sabemos que todas hemos sufrido lo mismo. Quienes no lo vean es porque están en un lugar privilegiado y no se han interesado en escucharnos».