«Cuanta más oferta de música hay, mejor. El público sale ganando»

- El sábado, quinto aniversario. ¿Qué balance hace?

- Yo creo que es positivo. He repasado un poco lo que hemos hecho y me salen unos 100 conciertos al año, unos 400 o 500 en total. Y habrán pasado más de mil bandas. Con el lío de la pandemia no me di cuenta de que cumplíamos cinco años hasta que me llamaron para la revisión del gas. Les pregunté que cuánto fue la última vez y me contestaron que hace cinco años, 'cuando abristeis la sala'. Entonces me di cuenta. Y pensé 'pues bueno, vamos a celebrarlo'. Hemos organizado una jornada calcada a la primera vez. Con Lobo y Carmine en el vermú y un grupo de tributos.

- Una actividad apabullante. ¿Con qué se queda?

- Me quedo con los momentos buenos, que los hemos tenido. Y con la posibilidad de haber podido descubrir bandas. Seguimos en ello. También ha habido malos ratos, sobre todo en la pandemia, cuando ya teníamos programas cerrados y había que cancelarlos o cambiar, cerrar la sala, distanciar las mesas... Pero fue muy triste. Eso ha pasado y yo casi todas las semanas me llevo alguna satisfacción. Ver que la gente sale contenta... eso llena mucho.

- ¿Se siente especialmente satisfecho por algo?

- Pues hay varias cosas, pero traer una banda nueva y acertar es muy gratificante. Que me haya gustado el concierto. A veces lo pasas muy mal porque ves la sala vacía de público, pero con el concierto se me olvida y me quedo con ganas de seguir.

- ¿En algún momento concreto ha planteado seriamente cerrar?

- Pues hace muy pocos meses. Salimos de la pandemia y pensamos que los conciertos en salas se iban a reactivar, pero apenas cogimos actividad cuando llegó el verano. Esta es una época mala para nosotros porque hay festivales y música gratuita por todos los sitios, verbenas, en la calle, fiestas de pueblo... Ahí no trabajamos las salas. No hubo una reactivación para nosotros. No iba nada. Ha sido un verano muy duro y hubo un momento en el que nos planteamos dejarlo. Pero dijimos, 'seguimos a ver qué pasa'. Ahora que empieza octubre, a ver si nos recuperamos del verano.

- O sea, que están con mucha incertidumbre.

- En la pandemia no se podían hacer cosas, pero había unas reglas, ajustamos la plantilla y salimos. Pero ahora, como esperábamos ir hacia arriba, volvimos a contratar gente, hemos arriesgado... Y encima han subido los precios de todo. La verdad es que tenemos más problemas. En realidad, no sé si ha existido una época de bonanza.

- Se han consolidado como una sala potente en Vitoria. Cuando empezó no lo tenía tan claro.

- Sí, pero en Vitoria no había un lugar de música de este estilo, el heavy. Y también nos hemos consolidado en toda Euskadi. Estamos muy contentos porque las bandas también tienen una referencia de dónde van a tocar. Ya nos tienen en cuenta, nos conocen. El balance es muy bueno. Pero a lo largo de estos años nos hemos abierto también hacia otros estilos de música.

- O sea, que en Vitoria sí hay 'masa crítica' pra tres salas de conciertos habituales.

- Creo que cuanta más oferta de música hay, mejor. El público sale ganando. Si solo hay una sala de cine, una película, la gente no tiene dónde elegir. Han llegado los multicines y hemos ganado todos. Con las salas de música veo lo mismo. En Vitoria hay público para todos, Jimmy Jazz, Hell Dorado y los que se quieran apuntar. La cuestión es que tú lo hagas bien y puedas programar buenas bandas de tu franja. Hombre, a veces hay mala suerte porque se solapan buenos carteles.

- ¿Tiene contactos con otros programadores de salas para evitar duplicidades?

- No, no hay una coordinación. Nosotros ya estamos con la programación de mayo del año que viene.

- ¿Con tanta antelación trabajan?

- Sí, sí. Antes no se trabajaba así, pero ahora se puede hacer y es bueno, Acarrea mucho trabajo, pero si eres organizado, dentro de lo posible, te sale un programa bueno. Creo que somos la sala que más programa.

- Vitoria carece de un auditorio musical de tamaño medio-grande, para unas 1.500 o 2.000 personas. El Iradier no vale. ¿Si lo tuviese se animaría a programar ahí?

- Bueno, no sé si con regularidad. Es un riesgo. Tendrían que ser bandas con más caché y la inversión es mayor. Sí tenemos en mente un proyecto más importante, pero aún no está madurado. Nos va a exigir trabajo extra, pero inquietudes no nos faltan.

- ¿Puede avanzar de qué grupo se trata?

- No, todavía es pronto.

- ¿Cuál es su grupo favorito de heavy histórico?

- Judas Priest.

- ¿Y de bandas de ahora?

- Pues hay muchos, no sabría quedarme con ninguno. Mira, mis gustos son el heavy, pero en la sala nos hemos abierto a más estilos y ha venido gente muy interesante. Hemos descubierto grupos alucinantes y me he quedado muy satisfecho del resultado.

- ¿Lo dice por una satisfacción personal o por el público?

- Por los dos. Esa es la recompensa.