Muere Manuel de la Calva, la mitad del Dúo Dinámico, a los 88 años
El músico y cantante fue coautor junto a su compañero de temas como 'Resistiré', 'La, la, la' o 'Me olvidé de vivir'
Manuel de la Calva, la mitad del Dúo Dinámico, ha fallecido este martes a los 88 años de edad en el Hospital Anderson de Madrid. Ha sido Ramón Arcusa, su inseparable compañero, quien ha informado de su muerte en la cuenta oficial que la formación tenía en X. «Manolo de la Calva, mi amigo del alma, más que hermano, compañero de cien aventuras y de mil canciones nos ha dejado hoy. No lloréis por él, no le gustaría. Fue el alma de Dúo, siempre alegre, optimista, positivo. Cantad con él en esta despedida. Gracias por tanto, amigo. Ya eres eterno. Cuídate allá donde estés. Te vamos a echar mucho de menos», ha escrito.
Pasaban los años y a veces el dúo aún tenía que aclarar quién era quien. «Él es el alto y guapo, y yo, el bajito y feo; pero una vez me confundieron con Miguel Ríos», solía contestar divertido Manuel, siempre animoso, jovial y bailarín sobre al escenario. Al fin y al cabo, él no estaba limitado por la guitarra que blandía su amigo y compañero de fatigas.
Manuel era la pulsión, el ritmo y el nervio, y juntos escribieron la banda sonora de varias generaciones de españoles a lo largo de los más de 65 años en los que han permanecido en activo. Creadores de un sonido propio, un pop fresco y moderno que coloreó la gris España franquista, entre ambos sumaban casi 1.200 obras registradas en la SGAE, 766 de las cuales pertenecían a Manuel. Éxitos imperecederos con hitos como 'Resistiré' y temas hiperpopulares como 'Quince años tiene mi amor', 'Quisiera ser', 'Perdóname', 'Mari Carmen', 'Esos ojitos negros', o 'Amor de verano'. Con ellos conquistaron a los y, sobre todo, las jóvenes de los años sesenta y setenta del siglo XXI, y luego a las hijas y nietas de aquellas fans que seis décadas después seguían disfrutando de su mítico repertorio. «Somos patrimonio de la humanidad española», apuntaba certero Manuel, que se jactaba de que a sus recitales acudían a veces hasta cuatro generaciones.
En realidad pasos de Manuel de la Calva (Barcelona, 1937) no iban encaminados hacia la industria musical. Campeón de España junior de natación de 100 metros y titular en el equipo de waterpolo del Club Natación Barcelona, con apenas veinte años, el catalán entró a trabajar como mecánico tornero en la Empresa Nacional de Motores de Aviación Elizalde de Barcelona y allí conoció a Ramón, tres meses mayor que él. Sería en la fiesta navideña que la empresa organizó en 1958 cuando ambos unirían por primera vez sus fuerzas para animar la noche. La cosa debió ir muy bien porque al año siguiente ya se presentaban en los saraos como The Dynamic Boys hasta que un presentador de radio no muy ducho con el inglés castellanizó su nombre en directo como Dúo Dinámico.
Ahí se inició la singladura musical de estos dos catalanes que cambiaron las herramientas por la guitarra, los micrófonos, los estudios de grabación y los escenarios. No fue un camino fácil, como recordaba a este periódico De la Calva: «Yo nací en plena Guerra Civil, por lo que soy muy consciente de lo que me ha costado llegar hasta donde estoy. Ha sido una carrera dura y larga, pasito a pasito. Recuerdo que a mí me gustaba la natación, pero mi padre rápido me enseñó que había que trabajar para ayudar a la familia».
Noticia relacionada
'Resistiré', el himno del Dúo Dinámico contra el coronavirus
Ni siquiera la mili cercenó la incipiente carrera musical, pues ambos fueron destinados a Zaragoza. El dúo recibía unas 3.500 pesetas, unos 21 euros, por los conciertos que daban en las bases americanas imitando a artistas como Chuck Berry o Paul Anka. Poco a poco fueron creando su estilo, con pantalones blancos y chalecos de color, dando algo de calidez a una España oscura y fría, que intentaba recuperarse de la Guerra Civil. «Éramos pobres, pero felices», recordaba De la Calva que comenzó a construir una amistad que ya jamás se rompería. «Somos como hermanos. Hemos tenido cosillas de jóvenes, a veces por alguna chica, pero nada importante», contó en alguna entrevista.
A finales de 1959, la pareja dejó definitivamente su trabajo y se lanzó a probar suerte con la música. Grabaron con la compañía del gramófono Odeon su primera canción, 'Recordándote' y un año más tarde ya habían registrado la friolera de 36 discos con cuatro temas cada uno. El éxito fue descomunal y ambos se convirtieron en pioneros del fenómeno fan en España. Un fenómeno al que miraban desde la más absoluta humildad: «Surgió de manera espontánea, y salieron cientos y cientos de clubs, y logramos componer temas juveniles muy de nuestro tiempo. Creamos un estilo y, aunque no cantamos muy bien, juntos resultamos». Pero no solo se les quería sobre los escenarios, también en los platós. Entre 1960 y 1964, Manolo y Ramón protagonizaron cuatro películas: 'Botón de ancla', 'Búsqueme a esa chica', 'Escala en Tenerife' y 'Una chica para dos'.
Más allá del Dúo Dinámico, ambos formaron un tándem poderoso a la hora de realizar composiciones y arreglos para otros artistas. Al dúo pertenecen la melodía y la letra del 'La, la, la' con el que Massiel conquistó el primer festival de Eurovisión para España en 1968, pero también otros títulos de calado que configuraron la carrera de Julio Iglesias como 'Soy un truhan, soy un señor' o la adaptación al español de 'Me olvidé de vivir'. «Nunca nos hemos creído nada, no hemos ido de lo que no éramos, y todo ha sido al 50% porque, aunque unas veces hacía uno la canción y otras el otro, pues siempre las firmábamos los dos», apuntaba Ramón Arcusa.
Quizá el mayor éxito de su carrera fue 'Resistiré', canción a la que el propio De la Calva se aferró cuando en 2007 un cáncer de colón estuvo a punto de acabar con su vida. Convertida varias veces en himno, la última fue durante la pandemia de coronavirus, cuando miles de personas la coreaban durante las horas de encierro. Las reproducciones de la canción en Spotify se crecieron casi un 500% en aquellas tristes fechas. «Me halaga -diría De la Calva en estas páginas-, pero no estoy atento a eso. Tanto Ramón como yo somos gente de la calle, tipos muy normales que vamos al mercado a hacer la compra y hablamos de nuestra vida con el pescadero o el frutero. Es lo que me gusta. Fuera del escenario no quiero saber nada del artisteo».
El año pasado el dúo recibió la Medalla de Honor de la SGAE, la mayor distinción de la institución, un reconocimiento que se sumaba al Premio de la Música (1999), la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (2010) y el Grammy Latino a la Excelencia Musical (2014).