Milladoiro bucólicos y festivos en el 40º Getxo Folk
El grupo gallego de folk celta celebró sus 45 años de andadura dando un concierto creciente que rascó palmas y provocó alaridos entre el medio millar de almas que acudieron al Muxikebarri
Jueves, segunda de las cinco sesiones de abono en el Muxikebarri del 40º Festival Internacional de Folk de Getxo, que se prolongará hasta el domingo, con conciertos de Buika, Susan Santos, Rodrigo Cuevas, Esne Beltza... La cita del jueves la protagonizaron los celtas gallegos de Milladoiro, que atrajeron a 490 almas que vibraron progresivamente con más pasión durante su intervención de 17 piezas en 93 minutos de música eminentemente instrumental, aunque no toda, y sirva como contraejemplo la versión, 'insólita' según sus propias palabras, de 'Sweet Thames flow softly', del folk singer inglés Ewan McColl, «una balada sobre dos enamorados que van paseando por la orilla del Támesis» y cantada como un vernáculo por el violinista Harry C. (¡tocó en los 90 para La Frontera!).
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Según explicó Xosé V. Ferreirós (gaita, oboe, tin whistle, mandolina y bouzouki, miembro fundador allá por 1978), «somos casi coetáneos del festival de Getxo (40 años), nosotros somo un poco más viejitos (se hallan celebrando la gira de sus 45). Recorriendo el mundo y mostrando la música de nuestro país, Galicia». Y Milladoiro oficiaron al principio en sexteto, luego hubo una pieza a dúo de cámara umbría para introducir a la joven violinista Ilduara Vicente Franqueira, y hasta el final oscilaron entre el septeto y el sexteto.
La sesión comenzó bien y fue a más. El sonido mejoró y el repertorio se fue animando como una bola de nieve bajando creciente por la ladera, aunque hubo momentos lentos e introspectivos intercalados, caso del marasmo de 'Mar antigo', algo new age y con un solo de violín de una lírica absoluta a cargo de Harry C.
Milladoiro arrancaron como pintando la banda sonora de 'Braveheart' ('Balada-Cantiga-Foliada de Elviña'), siguieron con un bailable casi vals como fue la alborada 'Abrente en Ortegal', y a la tercera, la marcha oskorriana titulada 'Carballesas', Nando Casal (gaita, clarinete, tin whistle, cromorno, otro fundador; el tercer fundador que aguanta en la alineación es el percusionista Moncho García Rei) se puso a dar palmas que con efectividad repitió el respetable como si estuviéramos en una plaza al aire libre.
'Solsticio de invierno' llegó bucólico y húmedo y fue muy ovacionado, y 'Corcubión' irrumpió claramente céltico, tanto que Óscar Cine se puso a dar taconazos y preguntó: «¿no te apetece una pinta de Guinness?» (el muy cinéfilo informó antes de entrar: «Milladoiro se llevaron el Goya musical en la primera edición de los premios, en 1987»; sí, por la banda sonora de la película 'La mitad del cielo' de Manuel Gutiérrez Aragón). Y destaquemos otro de los mejores temas de la velada, 'Polca dos campaneiros', puro La Bottine Souriante.
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La cita marchaba a ritmo vertiginoso (¡13 temas en la primera hora!) y la fiesta se iba infiltrando en las epidermis: 'Cencia do adro' tuvo coros y aires junkerianos, 'Rebordelos' fue folk galaico bucólico para la evocación y la evasión, el punto bajo fue 'Estreliña do luceiro', entonada sin vigor por la violinista, y tras ese cierto vacío todo cursó monumental: la variada y larga 'Suite 45', la citada balada emotiva 'Mar antigo', la muñeira 'Traiñas na Riveira' que tuvo el empuje de unos Wolfstone sin electrificar, y la triada postrera con un supercéltico 'Gran Sol', la fiesta popular de su paisano Carlos Núñez en 'Terranova', y las jotas junkerianas previas a bis que se adentraron en espirales en modo drones que llevaron al alarido jovial a numerosos espectadores.
Muy buen concierto. Dos de dos en este arranque del 40º getxo Folk.
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