«Hemos llegado aquí con trabajo, identidad propia y transmitiendo buen rollo»

Apoyando campañas de rescate cultural, el cuarteto de Gernika contemporizó durante el confinamiento con puntuales conciertos acústicos virtuales un tanto frustrantes («una mierda», apunta sin tapujos Alex ) y registrando en Tarragona el EP 'Musikak salbatuko gaitu', que ligaron con canciones rescatadas del repertorio acumulado desde su debut 'Zoramena' (Ohiuka, 2002) grabado con Robe Extremoduro y Fito Cabrales en los estudios de Iñaki Uoho en Muxika. Nueve discos en dos décadas en las que, con el euskera bizkaiera (vizcaíno) como seña de identidad, se han convertido en uno de los grupos más populares del panorama musical euskaldun,

- Después de tres aplazamientos sucesivos, han acabado encadenando cuatro conciertos en dos días. Toca trabajar más para ganar lo mismo o menos, ¿no?

- Sí, ha hecho falta mucha paciencia y sobre todo organización por el tema de los aforos, que han ido cambiando y que ahora en el Euskalduna están limitados a 400 por sesión, el 25 %. Si antes trabajábamos mucho para ganar poco, pues ahora cuatro veces más. Imagínate si a cualquier trabajador le pidieras trabajar cuatro veces más para ganar lo mismo o menos, va el sindicato y te revienta. Pero así andamos. Al final, un grupo es una empresa con gente detrás y es lo que toca.

- Será una experiencia nueva para el grupo. ¿Cómo la van a encarar? ¿Serán las sesiones de mañana y tarde iguales?

- Hemos tocado en situaciones de todo tipo, incluso sin público, pero cuatro conciertos seguidos con matinales de vermú, nunca. No sabemos aún qué haremos, lo veremos en los ensayos de las vísperas y luego un poco sobre la marcha, porque no sabes lo que conviene tocar ni cómo va a reaccionar la gente. Habrá que improvisar un poco. Es una época extraña de aprendizaje para todos. Ver a la gente sentada en un concierto de Gatibu ya es algo raro en sí mismo.

- Su forma de entender el rock es sobre todo bailable y festiva.

- Efectivamente, es lo que nos sale y lo que nos pide el cuerpo aunque no parece que sea lo que más interesa ahora.

- De hecho han apuntado en otras direcciones en su nuevo disco 'Musikak salbatuko gaitu'. ¿Creen en el poder curativo o redentor de la música?

- Se dice que es el disco más íntimo, pero también hay temas muy nuestros como 'Egurre emon'. Hemos hecho lo que nos ha salido incluyendo otro tipo de canciones que para nosotros tenían sentido porque expresan el momento en que estábamos. La música siempre es un salvavidas en los malos momentos y creo que para mucha gente ha sido de gran ayuda durante el encierro.

- En estos conciertos celebran 20 años de trayectoria en los que han conectado con un público amplio e intergeneracional. ¿Lo ven como su mayor logro?

- Nos queda la sensación de que hemos sobrevivido y superado todas las dificultades gracias a ser casi como una familia durante 20 años que han sido una buena parte de nuestra vida. Es lo que nos ha hecho ir adelante con éxitos y algunos fracasos Nadie nos ha regalado nada. Nuestro primer single ('Musturrek sartunde', de su debut 'Zoramena', 2002) ya funcionó muy bien pero luego hay que defender eso 20 años en los que la música ha cambiado mucho. La gente joven ni siquiera consume ya discos, pero nosotros los seguimos sacando. Hemos llegado hasta aquí con trabajo y más trabajo, no hay más secreto. Eso y tener identidad propia y conectar con la gente transmitiendo alegría y buen rollo.

- Su proyección mediática en ETB habrá ayudado.

- Hombre, no vamos a negar que algo habrá influido, pero siempre lo he visto como una actividad al margen del grupo, parecida a la que otros pueden tener en otros terrenos. Solo que parece que no se me ha dado mal.