Liher: «Sacar adelante un cuarto álbum ha sido como ir a terapia»
El grupo donostiarra presentará el 26 de noviembre en Amurrio su último trabajo, 'Eta hutsa zen helmuga'. «Empezamos un ciclo nuevo con cada disco»
Se podrían contar prácticamente con los dedos de la mano los grupos vascos con una progresión tan potente como la de la banda Liher. Tanto en cifra de seguidores como en número de conciertos que iban sumando a sus agendas en los últimos años. Sin embargo, la pandemia impactó de lleno en sus planes. Semanas antes del confinamiento de marzo de 2020 habían sacado 'Hemen herensugeak daude', uno de los álbumes del año en el que firmaban algunas de sus canciones más memorables como 'Thelma & Louise' o 'Teloia'. Su recorrido en directo fue limitado y, en el mejor de los casosm con el público sentado. Ahora sale a la luz 'Eta hutsa zen helmuga', un cuarto trabajo que recupera un sonido más directo y crudo. La banda formada por el guitarrista Iñigo Etxarri, el batería Ander Berzosa, la cantante Lide Hernando y el bajista Joshka Natke lo presentará en la sala Burubio de Amurrio el próximo 26 de noviembre.
– Que una banda aguante cuatro discos resulta hasta sorpresivo hoy en día. ¿Están ya afianzados?
– Iñigo Etxarri: Creo que cada trabajo es como empezar de cero. Partes de un escalón, de experiencia y trayectoria con gente que te conoce, pero…
– Ander Berzosa: Con este disco sentimos que ha sido como empezar de cero. Con el anterior disco teníamos la sensación de que dábamos un gran paso en el que invertimos mucho en diseño, audiovisuales y económicamente. Ahora es como decir vamos hacia atrás para impulsarnos porque el anterior trabajo no funcionó como quisimos. El recorrido que pensamos que iba a tener el anterior disco no se ha podido cumplir como queríamos y empezamos un ciclo nuevo.
– Las primeras críticas coinciden en que este disco es más directo y más crudo.
– I.E.: Nos lo han dicho y en una crítica nos dijeron que habíamos hecho el disco para salir del paso, pero no es así. Tanto este disco como el anterior han tenido una preproducción de meses, de grabar premaquetas, maquetas y darle muchas vueltas en el local. El sonido sí es más crudo porque hemos trabajado con Kaki Arkarazo (ingeniero de sonido) que tiene una forma de trabajar diferente a Santi García, productor del anterior disco. Kaki jugaba con cada cacho de canción y no paraba hasta que sonaba como en su cabeza.
– A. B.: Es, además, algo que hemos buscado, esa sinergía y descubrir en el estudio hacia donde queríamos ir.
– Sacaron el disco anterior poco antes de la pandemia. ¿Hay algo de rabia en este disco por haber tenido que cambiar todos los planes que tenían?
– I. E.: Creo que estamos de vuelta de la rabia. Hemos pasado por varias fases cada uno en el grupo. No lo hemos vivido de la misma manera. Por ejemplo, al principio de la pandemia yo estaba en fase de negación, pensaba que no se podía parar el mundo, mientras que Lide estaba más contenida. Y luego ocurrió al revés y Lide no veía el final. Y después de haber invertido tanto tiempo, energía y dinero en el disco anterior, en esta ocasión las letras de Lide hacen un repaso de todo lo vivido.
– A. B.: Ha sido también como una terapia para el grupo. Al final tuvimos que tomar una decisión y teníamos que elegir entre esperar para presentar el disco anterior o aprovechar para hacer otro.
– ¿Veían claro grabar un cuarto álbum tan seguido?
– I. E.: En la pandemia mi terapia fue crear. Desmonté el estudio que tenía y lo llevé a casa. En esa fase hice 15 temas, pero no les enseñé nada al resto de la banda porque acababábamos de sacar el disco y tenía un poco de miedo de saber cómo se los iban a tomar. Al final han quedado once temas.
– A.B.: No lo veíamos claro, pero estaba claro que algo había que hacer y no podíamos parar.
–Hay una canción que se llama 'Kintsugi', un término japonés para referirse a la belleza de lo roto. ¿Tiene relación con el parón que ha vivido el grupo?
– I.E.: Sí, el disco nos ha servido de terapia. Somos felices tocando, girando, ensayando y en el estudio. Pero si nos quita una de esas ramas como es el directo supone un palo enorme. El término viene de esa filosofía oriental sobre arreglar cerámicas y tiene que ver también con la psicología cuando se invita a hacer valer las experiencias y traumas. De alguna manera reconocemos que esta pandemia ha sido un trauma, pero salimos de lla. No sé cómo, pero vamos a salir…
– A.B.: A Lide le vino ese concepto a la cabeza y sí o sí lo quería meter en el disco. También lo relacionó con Oteiza y su visión del vacío como algo que da profundidad. Va por ahí… Incluso el 'kromlech' que aparece en la portada con piedra rota en cuatro partes tiene que ver con ello.
– ¿Han podido actuar ante un público de pie?
– I. E.: Sí, ha sido como volver dos años atrás y saber que en parte era por eso por lo que seguíamos tocando. Casi se nos olvidaba. Hemos hecho Castellón, Valencia, Burgos y Salamanca. Aunque los conciertos sean con mascarilla, la gente estaba de pie. El último concierto de la anterior gira fue con la gente sentada en el Iradier (Azkena Special Edition).
