Kutxi Romero, líder de Marea: «El rock es una batalla perdida»
La banda navarra concluye mañana en un Bizkaia Arena lleno su masiva gira 'Sin riendas' con la que celebran sus 25 años de trayectoria
Josu Olarte
Viernes, 24 de noviembre 2023
En vísperas de un último ensayo («es lo que tiene nuestra falta de talento», bromea) asaltamos en su domicilio de Berriozar a Kutxi Romero, el ... vocalista y compositor con porte de patriarca gitano que, desde hace un cuarto de siglo, ejerce con su bastón de mando de tío la vara del rock al frente de Marea. El quinteto navarro celebra esta temporada sus 25 años de «inmovilista» trayectoria con 'Los potros del tiempo', álbum con su tradicional rock de encaste duro, tozudo y transgresivo que desde hace siete meses vienen presentando al completo junto a temas 'obligados' de sus siete discos previos. Completando tantos conciertos llenos como años de andadura y haciendo fraternal tándem con el grupo telonero Bocanada. Este sábado ponen en broche a su gira 'Sin riendas' en un Bizkaia Arena que agotó su aforo hace muchas semanas.
– ¿Con qué sabor de boca llegan después de siete meses?
–¡Cojonudo, cómo nos vamos a quejar si hemos llenado en tantos sitios! Pero al mismo tiempo te das cuenta de que, aunque tenga el mismo aguante, el público va envejeciendo con nosotros y que, afortunadamente, nos sigue porque, en contra de lo que piensa la industria, es difícil de engañar, Pero somos ya como de otro tiempo, como neandertales de un rock en vías de extinción. Volver a Bilbao es cualquier caso siempre especial. Suena a tópico pero es cierto, lo sentimos como nuestro. Acabar en el BEC empieza a ser una tradición.
– Se ven como supervivientes de un rock urbano y castizo que ya no se estila.
–Es que somos los últimos de una forma de hacer rock que arrancó con Leño y Rosendo y de la que ya no queda casi nadie. En este país, el rock urbano nunca ha sido la voz de la calle, aunque lo hayamos considerado en casos puntuales. Nunca lo he sentido así y menos ahora en que nos han adelantado por todos lados. Y para bien, igual nos lo merecemos por pollaviejas. Nuestra generación tampoco quería saber nada de la música de nuestros padres. Es normal que no haya relevo. Es una batalla perdida.
- Al menos, Marea tiene algo de continuidad familiar. Ha cantado en directo con su hijo Aaron, que tiene su propia banda, Linaje, y se llevan de telonero a Bocanada, la banda de su hermano Martín.
Sí, esta es una gira familiar. En Bocanada no solo está mi hermano, el guitarrista es mi primo y mi otra hermana lleva el merchandising. Y viajamos con toda la saga, en total somos como 40; parecemos un gran circo ambulante de gitanos, somos como una endogamia borbónica (risas) además todo queda en casa porque siempre nos autogestionamos las giras a través de El Dromedario (oficina y sello impulsado por el batería Alén Ayerdi).
-¿Cómo será su concierto? ¿Habrá invitados en el concierto final de la gira?
-En principio no tenemos nada previsto. Llevamos un montaje de luz y sonido muy guapo. Haremos el nuevo disco entero que hemos sacado a pasear, aunque, después de tantos años de farándula, siempre tienes la sensación de que la gente quiere escuchar y cantar 'Corazón de mimbre', 'Que se joda el viento' o 'El perro verde'. Es inevitable.
– Su nuevo álbum 'Los potros del tiempo' es continuista, suena a los Marea de siempre.
– Siempre intentamos hacer un disco novedoso pero, por suerte, no hay manera. Somos un grupo inmovilista por nuestras propias limitaciones como músicos. Lo que sí hemos logrado es que hacer cada vez mejor la misma canción y el mismo disco que, por resultar reconocible o recordar a otros grupos de nuestro pelo, ha caído en gracia. Solo cambiamos la portada, el envoltorio. Hacemos pequeños cambios en un cuento que sigue gustando. No es algo raro en el rock, hay grupos como AC/DC que no quieres que cambien.
– Su título sugiere que el paso del tiempo les ha dado algunas coces.
– No había pensado en ello, pero es una buena forma de verlo ya que algunos accidentes sí que hemos tenido. Que saquemos un disco es siempre algo un poco increíble porque nunca hemos hecho planes de ningún tipo. Hemos ido tomando las decisiones sobre la marcha. Nunca hemos tenido grandes ambiciones, más allá de grabar el primer disco e ir tirando. No podíamos fracasar porque no esperábamos nada; por suerte el rock nos ha dado de comer, pero nunca lo hemos visto como un trabajo, porque no lo es. No es como trabajar de peón. Al final estamos cobrando por hacer lo que nos gusta.
– La alineación de Marea tampoco ha cambiado desde el primer ensayo, algo casi milagroso en el rock. ¿Han tenido que aguantarse mucho?
–Es que nosotros tenemos un grupo porque somos colegas y no al revés. Somos compañeros de viaje en la música y en la vida. En el momento en que hay algo que se interpone o surge alguna discrepancia lo hablamos y no nos mandamos a tomar por culo musicalmente. Hemos tenido nuestras movidillas, como todo el mundo, pero nunca se nos ha pasado por la cabeza buscar un sustituto. Nuestra idea de vida, el sueño que vamos cumpliendo, es envejecer los cinco unidos, juntarnos con los niños y los nietos que tengamos y contarnos las batallitas de rebeldía juvenil.
-Al margen de Marea ha publicado varios poemarios y relatos. ¿Le incomoda que le llamen poeta como le pasa a su admirado Robe Iniesta o a El Drogas?
h Yo soy un escritor de canciones de rock and roll, en todo lo demás que hago me siento un poco impostor, tengo ese síndrome. El mundo literario siempre me ha sido ajeno por parecerme autocomplaciente. Cada vez que me ha tentado he huido como de la quema. A escribir suelo entregarme por etapas un poco compulsivas, las palabras son infieles si no las agarras se van con otro, con Robe, El Drogas o Fito.
-¿Escucha o lee cosas actuales?
- En música estoy un poco al loro. pero lo que me gusta desaparece pronto. Cuando me pongo a escuchar música al final acabo en con los clásicos de siempre. En Literatura busco más, no soy tanto de releer a los clásicos. Ahí soy más gourmet, porque sé muy bien lo que me gusta. Lo que pasa es que cada vez más cuesta más encontrar un libro que se quede conmigo más de 10 o 20 páginas. Es lo que pasa cuando tienes más años y un gusto muy definido'
-Hay en Marea y sus otros proyectos una raigambre flamenca adaptada al rock. Sus letras abundan los términos gitanos y rurales. En eso se adelantó a la reivindicación de lo popular que ahora prolifera en la música popular hispana.
-Es nuestra identidad. En mi casa siempre se ha cantado. De mi abuela aprendí coplas y canciones populares que he incorporado. Cosas que ni aparecen en internet, por suerte aún hay cosas que el señor Google no controla. Con lo rural pasa lo mismo, somos más de pueblo que las amapolas y es nuestra manera de hablar, parte de una tradición oral que está en nuestra identidad. No es tanto una reivindicación de la España vacía como una manera de ser.
-Sigue colaborando sin parar con todo tipo de artistas y grupos. Este año ha cantado con Albertucho, La Piojera o el cantautor Carlos Chaouen. ¿En cuantos discos ha participado? ¿Lleva la cuenta?
-Calculo que en total más de 300, la peña flipa pero a mí me parece normal. Cuando era albañil la gente no me preguntaba por qué estaba todo el día poniendo ladrillos, Era mi oficio y punto Y siempre lo he hecho por la cara, hace poco me he enterado que la gente cobra por hacerlo pero a mí me da un poco igual. Me encanta joder los discos de otros, me lo paso bien.
-¿Tienen Marea voluntad de perpetuarse sobre los escenarios?
-Puede que no tengamos proyecto pero después seguiremos adelante siempre que no tengamos que sacrificar cuestiones personales a las que no estamos dispuestos a renunciar. Nuestra carrera nunca lo más importante, Pero también te digo que, aunque el rock esté en crisis si alguien nos viene a quitar el último ascua que nos queda la lucha será a muerte.
-¿Qué planes tienen para el año entrante? ¿Alargarán esta gira?
-No, se quedará aquí, no se prolongará por encima de los 60 bolos como la de 'El Azogue', que paso por todas las provincias españolas. El año que viene lo dedicaremos a historias personales como la que Kolibrí (David Díaz, guitarra) y Piñas (Eduardo Beaumont, bajo) tienen con el grupo Malaputa, que piensan grabar su disco en primavera y darse una vuelta.
-¿Cómo se ven echando la vista atrás?
- Pues no sé si estoy contento, orgulloso o insensible, hay un punto de inercia. Se dice que si se te ha pasado rápido es que lo has pasado bien. De acuerdo con eso, yo he debido disfrutar la hostia porque estos 25 años me han parecido 25 minutos. No me he enterado de nada, y no porque haya estado colgado que nos cuidamos mucho. Llevo una temporada de echar la vista atrás, veo que hemos dado más vueltas que Willy Fogg y concluyo que todo ha merecido la pena. Hace mucho que no me he levantado a las 7 de la mañana para aguantar a algún jefe hijoputa. No nos podemos quejar de nada.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.