Albert Pla: «La humanidad me cae mal»
El artista catalán presenta en el Arriaga su espectáculo sobre los miedos: «No soy hipocondriaco, pero imagino accidentes»
El espectáculo que Albert Pla trae hoy al Arriaga, 'Miedo', compuesto a medias con Raül Refree, nació como un proyecto de canciones para niños. ... La idea fue cambiando, pero ese estrecho vínculo con la infancia no se ha perdido en el producto final: a lo largo del 'show', en el que el artista catalán interactúa con espeluznantes hologramas, van apareciendo críos a los que van a enterrar vivos, críos en circos de pesadilla, críos acechados en el parque... El resultado es un juego cautivador de inocencia y perversidad, que a veces se enfrentan la una a la otra y a veces van de la mano. También en el propio Pla se da a menudo esa dualidad. Muchos solo lo conocen por sus declaraciones brutales, esas afirmaciones demoledoras que quizá sean más una expresión de sinceridad sin freno que una provocación, pero a la vez es capaz de escribir canciones tiernas, juguetonas y delicadas, ajenas por completo a cualquier contaminación política.
– ¿Mantiene usted una conexión especial con su infancia?
– Con mi infancia, con mi adolescencia y con mi juventud, claro. ¡Con cada minuto que he pasado en este planeta! De niño me hice muchas preguntas: a unas me contesté, a otras no, y a algunas me contesté mal y cambié de idea. Es cierto que la idea de la que partimos era hacer canciones para niños. Nos salieron canciones de miedo para niños y se nos fue yendo de las manos, porque entramos a otros miedos que quizá los niños desconozcan un poco más.
– ¿Añora algo de la niñez?
– Correr. Correr mucho, ese placer de disfrutar de tu cuerpo, el éxtasis del cansancio.
– Si la Wikipedia no se equivoca, tiene ahora 52...
– 64 tengo, pero me conservo bien.
– ¿Lleva bien lo de envejecer?
– No está mal, sigo aquí.
– En sus canciones aparece muy a menudo la muerte...
– No soy nada hipocondriaco, pero sí que me imagino muchos accidentes. Pienso 'ahora podría abrise el suelo, ahora este ascensor se podría caer, ahora se me podría ir el coche y matarme'. Soy más de accidentes que de enfermedades. Pero el miedo es una tontería: convivo con él con humor y dignidad, porque, si no, no podría moverme, estaría escondido. El miedo y la valentía de afrontarlo se confunden.
– ¿Se le suelen ocurrir proyectos muy locos?
– Tengo diez o doce proyectos y sé que uno o dos, en general, se podrán llevar a cabo. Hago muchas cosas que luego no puedo enseñar porque no tengo tiempo o no he encontrado el formato ideal. ¿Proyectos locos? La primera vez que canté una canción para diez, ya me di cuenta de que gustaba a uno o dos. Uno siempre se cree que lo suyo es una tontería, una locura, un chiste, pero luego va tomando forma y se puede enseñar.
– ¿Y después le sorprende que a la gente le guste?
– No, porque veo otros espectáculos y joé... 'Miedo' lo puedo ver sin mí, en las pruebas de sonido, y sin mí queda genial.
– Podrían sustituirle a usted también por un holograma, como a los cantantes muertos.
– ¡Estoy en ello!
– Usted es un personaje un poco contradictorio. Por ejemplo, se define como asocial, pero colabora con un montón de gente.
– Yo no digo que sea asocial. Tampoco antisistema: soy anti este sistema. Así como los animales en general me caen bien y luego algunos me caen mal, con la humanidad me pasa lo contrario: en principio me cae mal y luego voy conociendo humanos que me caen bien.
Entrevistas y juicios
– Otra combinación rara: sus canciones tienen un componente importante de ternura, pero es famoso por declaraciones incendiarias.
– Son dos facetas que conviven en mí, pero una la cobro y la otra no. Una es mi profesión y la otra se distribuye gratuitamente por el país y no le doy ninguna importancia. En un juicio no defendería nada de lo que he dicho en una entrevista, pero a lo que digo en el escenario le doy bastante importancia.
– Una más: parece un hombre tímido, pero huye de la idea de cantautor con guitarrita y se expone en espectáculos más ambiciosos.
– Eso es por aburrimiento, o por curiosidad. En un escenario se pueden hacer muchas cosas. Me gusta mucho tocar solo en un escenario, o más aún con Diego Cortés, no pararía nunca de hacerlo. Pero, jolines, hay otras cosas que hacer. A mí no me cuesta, porque no tengo nada más que hacer en todo el día.
«No estoy en la izquierda ni en la derecha. No puedo hacerme de la CUP, porque me echarían por radical»
política
– Y la última: rara vez toca la actualidad en sus canciones, pero todos quieren saber sus opiniones, más que las de artistas más politizados.
– Nunca lo he entendido. ¡Yo creo que estoy en un mundo de putos locos! Por ejemplo, el juicio este lo miro por la tele y me vuelvo loco con esos marcianos: esa sala, esa gente preguntando esas cosas... No entiendo nada.
– ¿Usted ha votado alguna vez?
– Yo no, no, nunca voté. La única vez que lo intenté fue el 1 de octubre, pero me echaron a porrazos.
– ¿Qué haría falta para ilusionarle por la política?
– Que no hubiera políticos. A partir de la CUP, empezamos a hablar: de ellos me gusta que no tienen líderes, no creo que los necesiten. Pero tampoco los voy a votar. No puedo hacerme de la CUP, porque me echarían por radical. Yo no estoy en la izquierda ni en la derecha. Pasa como con la religión: soy ateo para los católicos, pero, como yo no soy católico, para mí no soy ateo. Soy apolítico, así que no soy de derechas ni de izquierdas.
– ¿Le preocupa el auge de la ultraderecha?
– Me parece lógico viendo lo que la gente ha estado leyendo, escuchando, viendo por televisión, aprendiendo en las escuelas... Los fachas han estado intentando convertir el país en un país facha.
«Cuando empecé, tenía modelos a los que no quería parecerme»
La carrera de Albert Pla arrancó a finales de los 80, cuando irrumpió en el panorama de los cantautores en catalán como una chocante anomalía. En 1992 debutó en castellano con el exitoso álbum 'No solo de rumba vive el hombre'. Desde entonces compatibiliza ambos idiomas y se mantiene fiel a su singular presencia escénica, una especie de bufón ácrata vestido con una túnica de arpillera.
– ¿Usted qué música escucha?
– No escucho música. Bueno, la que me van dando los amigos que también son músicos. No sé, el último de Sidonie, Joan Miquel Oliver...
– ¿No sigue, entonces, a ningún ídolo de su adolescencia?
– No tengo ídolos. A mí me gustaban muchas canciones, pero tampoco era un gran fan de la música.
– ¿No tenía un modelo al que quisiera parecerse cuando empezó?
– Más bien tenía modelos a los que no quería parecerme.
– Ya ha colaborado con Refree. ¡A lo mejor se convierte en la próxima Rosalía!
– Bueno, me sé pintar los labios tan bien como ella.
– ¿Le vería algo positivo al éxito global, a eso de arrasar en el mundo entero?
– ¡Yo ya arraso en el mundo entero! Vengo a Bilbao, toco en Barcelona, hago dos semanas en Santiago de Chile, tres días en Uruguay... En la China no tengo nada que hacer, pero no me puedo quejar.
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