La gloriosa imperfección de Lil' Jimmy Reed
El vetusto guitarrista de Baton Rouge resucitó con crudeza el genuino blues negro y eléctrico en una sala Azkena admirada
Por cuatro salas de conciertos anduvimos picoteando el jueves: buenos fueron los bolos del getxotarra Garbayo en solitario acústico en el Fnac, el del cantautor brasileño Leo Minax en cuarteto en el Bilbaína Jazz Club y el de los hillbillies vascos Moonshine Wagon en el Kafe Antzokia en la fiesta de presentación del Festival de Cine Fantástico Fant, y muy bueno el que nos ocupa, el primer pase del bluesman Lil' Jimmy Reed en una sala Azkena con más de cien asistentes mixtos, contentos y acalorados que le abrían hueco admirados cuando el viejo músico bajaba a cantar y tocar entre el respetable.
Lil' Jimmy Reed -en realidad llamado Leon Atkins y, según algunas fuentes, nacido en 1930 en una chabola en Baton Rouge, Luisiana- empezó a tocar la guitarra a los 6 años y la leyenda asegura que a los 18 años sustituyó en un concierto al gran bluesman Jimmy Reed (Dunleith, Mississippi, 1925 - Oakland, California, 1976), demasiado bebido para actuar, y su vida cambió y se rebautizó como Little Jimmy Reed.
Lil' Jimmy Reed actuó en Bilbao en espléndida forma física y estética. Flaco, larguirucho y con cabello cano y frondoso afro, salió a escena hecho un pincel: de negro y con adornos como punteras de plata, cinturón también plateado, anillos, collar con broche de diamantes… y diente de oro. El calzado estaba bordado y la americana colgada en su taburete también era de fantasía. Armado con una guitarra Gibson Lucille, como la de BB King, y escoltado por tres músicos madrileños, dio un primer pase de 56 minutos para 13 piezas, contando la introducción instrumental de sus escuderos con el boogie 'Shake your hips' de Slim Harpo, el bluesman palúdico también de Baton Rouge.
A la antigua usanza, indómito y con decisión eléctrica, Lil' Jimmy Reed, uno de los últimos mohicanos del blues negro genuino, cantó con fondo, sopló con recursos una armónica que tenía colocada sobre el pecho con un soporte, y punteó estupendamente todo el rato. De estilo tan básico como el de su tótem Jimmy Reed, Leon Atkis llegó más allá del riff básico; no en vano, su versión del 'Big Boss Man' de Reed estaba rozando lo verbenero cuando le inyectó punteos pletóricos y la levantó.
No pudo levantar un rutinario 'Hoochie Coochie Man' de Muddy Waters que pecó de canónico, pero lo demás fue la verdad del blues que ya no se da, el que pertenece al pasado, el que se idealiza, a veces en el Azkena gloriosamente imperfecto: así, en el 'How blues can you get?' popularizado por BB King, el guitarrista español fue por un lado, en otro tono, y se le cambió la cara al bluesman sureño, pero entre todos levantaron el tema con la pasión amplificada de Jimmy Dawkins.
En la casi hora del primer pase se pudieron paladear numerosos momentos cimarrones y auténticos, desde el ataque de Elmore James (Lil' Jimmy Reed no frotaba slide, pero su sonido agudo era igual de penetrante) hasta la pereza rítmica del propio Jimmy Reed, con los solos cortantes del de Luisiana y el riff entrecortado del madrileño. Roquearon aparatosos como Hound Dog Taylor en 'Let me love you baby', y los títulos más reconocibles no parecieron recreaciones: 'Honest I do' de Jimmy Reed (y popularizado por los Rolling Stones) sonó a protosoul de Luisiana, el 'Down In Virginia' de Jimmy Reed fue trotón y feliz walkin' bass (al líder se le quedó cara de contento, de satisfecho), y un 'Papa's Got a Brand new bag' de James Brown muy distinto a lo conocido (en plan el sello Fat Possum, tan salvaje) y unido a un '(Night time Is) The Right Time' de Ray Charles ejecutado en crudo. ¿Cuándo se muera toda esta gente qué va a ser de nosotros?