Gaizka Insunza: «Me siento cómodo en el terreno alejado de lo real»

Padre de familia, miembro del grupo Audience y profesor de la Escuela de Ingeniería de Bilbao, el multi- instrumentista guerniqués Gaizka Insunza, cuarentañero él, lanza en estas fechas un disco de aire bastante navideño, aunque no era su intención cuando lo grabó hace cuatro años, en plena pandemia. La novedad se titula 'iez' (el año pasado en euskera), tiene el sello de la discográfica independiente BideHuts, es su segundo trabajo a su nombre, y en esta entrevista Gaizka incide en que al grabarlo perseguía «canciones crudas, frágiles, sin efectismos».

Son sencillas pero no vulgares, y crecen con las escuchas serenas (otra recomendación de Gaizka). Resuenan a Dylan ('Kalofornia'), al folk de cámara ('Kantu bat zuretzat') o al blues navideño también de cámara ('Behin ta berriz'), o al rockabilly doméstico celestial de Santo & Johnny ('Toki bat niretzat'), flotan por oníricas, otro adjetivo que utiliza Insunza ('iez'), parecen bandas sonoras sugestivas al gusto de la fílmica Amelie ('Ez dekit ezer'), y son comparables con Amen Dunes y con Joseba Irazoki.

Hola, Gaizka. El nuevo disco tiene 8 cortes, comienza con 'Kalifornia' y acaba con otra pieza titulada como una ciudad californiana, 'Pasadena'. ¿Has estado ahí?

Nunca he estado en California, y por lo tanto tampoco en Pasadena, pero creo que ambas canciones funcionan como metáforas oníricas. Ya sabes, el sueño californiano. Y sí, es bastante premeditado el empezar el disco y cerrarlo con esas referencias. Me siento cómodo en ese terreno alejado de lo real, en ese discurso de crear universos propios, en especial cuando el proceso creativo es totalmente unipersonal, sin banda ni feedback, muy privado y personal. Es algo parecido a la canción 'In my room' de Brian Wilson con los Beach Boys, por citar una referencia relevante y, además, californiana.

Ya, también la citaste en la entrevista de tu primer disco en solitario, homónimo y editado justo antes de la pandemia. ¿Sueles viajar regularmente a USA? Estudiaste ahí y has ido con tu banda principal, Audience.

Estudié tercero de BUP durante los años 1994 y 1995. Desde entonces mis visitas han sido más bien esporádicas. Las últimas tres veces he ido por la música. En 2012 grabé el álbum 'Dreaming of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars' con Cápsula, en Hoboken, New Jersey, con John Agnello de productor. Aproveché esa experiencia para abrir puertas y en 2013 repetimos en el mismo estudio y con el mismo productor para grabar el 'Big Affair' de Audience. Y en 2016 volví con Cápsula para tocar el Ziggy en directo en el (festival) SXSW de Austin.

¿Y has visto conciertos en USA? Cuéntanos de alguno pequeño y de alguno grande, en pabellones o estadios.

En Ohio vi a Aerosmith, durante la gira del 'Get a grip', y creo que los teloneros fueron Ted Nugent y Collective Soul. En Nashville vi a Kiss, y creo que telonearon Skid Row. Y en Indiana vi a Tom Petty: she grew up in an Indiana town, ja, ja… (canta el principio de su canción 'Mary Jane's Last Dance'). Todos ellos fueron en grandes estadios. Bueno, el de Tom Petty en un recinto cerrado, no tan grande como los otros dos. En el SXSW de Austin vimos en una sala muy chula a Iggy Pop con Queens Of The Stone Age, y era uno de sus primeros bolos para presentar el disco ('Post Pop Depression', 2016), si no el primero…. También vi a The Woggles en un bar, y fue increíble.

Oye, no divaguemos, que estamos aquí para hablar de tu segundo disco en solitario, titulado 'iaz'. ¿Por qué?

Se titula 'iaz', que significa «el año pasado» en euskera. Es un disco que en muchos sentidos mira al pasado, y de hecho fue grabado hace cuatro años. Me refiero a que los referentes de los que se nutre, el modo de grabarlo y presentarlo, no se corresponden con las principales corrientes de hoy en día. No busca la inmediatez que define nuestros días, y exige una escucha más activa y reposada. No es efectista. De hecho, en algunos pasajes puede resultar hasta frágil.

Del primer disco escribí en la entrevista que hicimos en 2020 que me recordaba a Los Bichos, Marah, Jesse Malin, David Lynch, El Diablo En El Ojo, Santo & Johnny o unos Atom Rhumba suavitos. En este, que se grabó poco después, durante la pandemia, pienso que han cambiado un poco los sonidos. Santo & Johnny a veces los percibo por lo onírico, pero es más dylanita este cancionero, de folk de cámara, de banda sonora tipo 'Amelie', de ambientes oníricos… O de Joseba Irazoki más sereno.

Mis referentes principales no han cambiado, y supongo que con el tiempo se han ido ampliando: más soul, más jazz, música más relajada en general. Mucho de los 50, pre rock and roll, doo woop… En lo que respecta a la producción del disco, tuve referentes más claros. La grabación se llevó a cabo al completo en Gernika, pero en tres lugares: entre mi casa (el piano), el local de Audience, y el estudio de Iñigo Etxebarrieta, el técnico de sonido. Cuando Iñigo me pidió alguna referencia para enfocar la producción, le pasé el 'Rough and rowdy ways' de Dylan, que se acababa de publicar.

Ajá… Luego lo oigo de nuevo.

Ese disco juega mucho con los silencios, o los espacios. Son interpretaciones muy sueltas, donde las notas se alargan y se arrastran. Con arreglos que se entrelazan, generando y liberando tensiones. Buscaba algo de eso… Otra referencia en esa línea fue Joe Henry, que había publicado el 'The gospel according to water' en 2019 y yo lo estaba escuchando bastante. En ambos discos las canciones se presentan crudas, frágiles, con una producción sencilla, sin efectismos. También quería eso.

Dices que es un disco sencillo. ¿Has tocado tú todos los instrumentos?

Mi amigo Rubén, de Audience, ha contribuido con su acordeón en las canciones 'Iaz' y 'Pasadena'. El resto de instrumentos los he tocado yo, sí. Y ya que menciono a colaboradores, el arte y diseño del CD es obra de mi amigo Iban Sainz.

¿Por qué apenas se te ve en las fotos promocionales? ¿Por decisión artística de la fotógrafa, para que no te reconozcan los alumnos de la universidad...?

Yo creo que sí se me reconoce. Tenía claro que las fotos tenían que ser en casa, sentado al piano, porque encajan con el relato del disco: intimidad, aislamiento, universo propio... Hicimos una sesión y escogimos las dos que más nos gustaron.

¿Y los coros los has metido tú todos, por pistas?

Sí, así es. Pero como te decía antes: he intentado presentar las canciones de un modo crudo, sin artificios, y en ese sentido no hay segundas voces en las melodías principales. Quería que funcionara con una única línea melódica y una voz, sin duplicar voces ni nada. En ese sentido, solo hay coros al estilo doo wop, tipo 'auuuu…', en 'Iaz' y en 'Behin ta berriz'.

¿A qué le cantas?

Al contrario que en el aspecto musical, en el que soy disciplinado y bastante ordenado, soy más caótico a la hora de escribir las letras y siempre llego al estudio con etxeko lanak (deberes). En este disco, al ser todas las letras en euskera, el reto ha sido aún mayor, ya que el inglés me ha servido como máscara durante muchos años. También se da la circunstancia de que el disco se grabó durante la pandemia, en 2020, un momento de incertidumbre y aislamiento que se cuela en algunas frases y que me permitió profundizar en ese concepto de universo propio del que te hablaba antes.

Ya.

En general, intento que las letras funcionen en el contexto de la canción. Me importa mucho como suenan con la música. No están concebidas para ser leídas fuera del contexto musical. Y no le veo mucho sentido a sobre-explicar las letras de las canciones. Por ejemplo, 'Kantu bat zuretzat' podía encajar en la clásica canción de amor, o de relación íntima. A pesar de grabarla en 2020, hubo una última sesión en 2024 para dar el visto bueno a las mezclas y hacer la masterización. En esa sesión decidí introducir risas y otros ruidos de mi hija Enare, nacida en 2023. Ahora la canción significa algo totalmente distinto para mí.

Ya, se entiende. Me parece un disco muy navideño, por sus atmósferas a veces arrulladoras. ¿Era la intención?

Ja, ja, ja… No era mi intención, pero no me lo tomo mal. Me gustan los discos de Navidad. Muchas canciones pop podrían encajar en ese formato o sonido navideño. 'Wouldn´t it be nice' de The Beach Boys, 'Be my baby' de The Ronettes, 'Do you belive in magic' o 'Daydream' de The Lovin´ Spoonful... Se da el caso de que tanto The Beach Boys como Phil Spector tienen sus respectivos discos navideños.

¿Estuviste el finde en la Azoka? Como comprador me refiero, porque tu sello BideHuts no puso stand este año.

¡Me fui de vacaciones con la familia!

Muy bien... ¿Y habrá conciertos de presentación de este disco, 'iaz'?

Seguro que algo haré, pero será en 2025. Y sin urgencias. No tengo prisa.

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