Cuando Erandio sonó en Eurovisión
Hay gritos de guerra que también sirven en lugares de paz
En mi vida he ganado pocas apuestas. No creo en la suerte del jugador. He visto a demasiada gente perdiendo lo que no tiene. Así ... que solo lo hago por el Athletic, por el que puedo apostar que gana, sabiendo que no lo va a hacer. Y por algo que sé que es seguro. Como lo que hoy les traigo. No exagero si les confieso que he llegado a ganar comidas, cenas y riadas de copas con esta apuesta. Que Erandio ha sonado en Eurovisión. Todavía hay quien cree que es leyenda urbana. Pero es verdad. Justo antes de que arrancara la orquesta alguien lanzó un grito.
Como hay que hablar con fundamento, se lo pregunté en su día a Amaia Uranga. Por entonces no existía la IA, pero se podían manipular vídeos y audios. No fue el caso. El 7 de abril de 1973 alguien gritó en Luxemburgo «Aupa el Erandio», justo antes de que Juan Carlos Calderón y la orquesta arrancaran con el «Eres tú». No pintaba bien. La gente del festival es muy suya y que le rompas lo previsto genera, tanto ayer como hoy, una urticaria. Ayudó poco que en esas actuaciones previas Amaia Uranga parara a la orquesta porque no le convencía cómo se estaba desarrollando la actuación. A los responsables les cambió el rictus. Y a los de RTVE, casi les da un infarto. Pero a María Iciar Amaya Uranga Amézaga le importaba un bledo. Si era un ensayo, y no sonaba bien, se paraba y punto. Quizá por ello durante la actuación, en el segundo 32, el rostro de la bilbaina es de rabia. O desahogo. Por eso el grito erandiotarra tenía razón de ser.
La favorita era la anfitriona. Luxemburgo. Y los vascos optaron por hacer de vascos. Buen rollo con los rivales, sobre todo con los de Irlanda, y noches eternas de chufla y canciones. Que una cosa no quita la otra. Se puede ser serio en el trabajo y txirene en el ocio. Eso hicieron las voces del grupo bilbaino. La canción duraba 2 minutos y 55 segundos. Y ensayarla necesitaba el mismo tiempo. El resto había que emplearlo en pasar el rato. Lo que podía exasperar y provocar que en el momento clave hubiera fallos. Emilio Santamaría era el mánager de Mocedades. Les conocía bien. Sabía cuándo tocaba lanzar un ánimo al grupo. Por eso ni corto ni perezoso, y sobre todo con un par, soltó el mencionado grito cuando nadie lo esperaba, para que los receptores lo entendieran como un mensaje familiar. Así surgió. Lo pueden comprobar en Internet. Todavía se escucha en la grabación de la actuación, entre aplausos y aplausos. No crean que todo valía. Al revés. Pero Santamaría arriesgó. En aquel 1973 Israel cantaba por vez primera en el Festival. La seguridad era total y abrumadora, como recuerdan hoy los que allí estaban. Y no deja de ser curioso que en la edición de este año también haya tensiones con dicho país. Quizá por ello Santamaría relajó el ambiente con aquello de «¡Aupa el Erandio!». Un grito, por cierto, que nació de una tensión aún mayor.
El otxote Txipli Txapla grabó hace años el himno del equipo de fútbol de Ategorri. Los cantantes surgieron a raíz de una iniciativa del Colegio de Abogados de Bizkaia. Pero el grito era más antiguo. De la Guerra Civil. Al parecer, según cuenta la historia oral del pueblo, Erandio sufrió, como otras localidades, fusilamientos de uno y otro bando. Y a veces, como en este caso, de lo más surrealistas. Cierto vecino del lugar acabó delante de una pared y ante un pelotón. Lo absurdo era que quienes iban a disparar eran los presuntamente afines a su causa. Siendo hombre de derechas, y apoyando al alzamiento, nadie entendía cómo había acabado así. Los que iban a disparar eran los suyos. Visto el sombrío panorama el hombre no sabía que grito lanzar antes de que las balas atravesaran su cuerpo. Porque no iba a decir «Viva la República», pero tampoco le salía de las tripas soltar consignas a favor de su bando, teniendo en cuenta que le iban a fusilar. Así que se acordó del equipo del pueblo y exclamó aquello de «¡Aupa el Erandio!». Santamaría probablemente no sabía esta historia. Pero fue el grito perfecto. El que lanzó un hombre cuando ya no creía en nadie, salvo en sí mismo. Y por eso, con el paso de los años, todos recordamos dos canciones. La que habla del Erandio que es de Erandio y la de Mocedades en Eurovisión. Por cierto, ese año ganó Ane-Marie David. Nadie lo recuerda. Quizá porque no hubo alguien que lanzara un grito de guerra como el nuestro.
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