La eterna juventud de Los Brincos
El quinteto hoy liderado por el vocalista Miguel Morales agotó el aforo del Campos en la gira de su 60º aniversario, con la que regresará en diciembre de 2025 al mismo local
No quedaban entradas para ver este viernes a Los Brincos en el Teatro Campos, cuyas 805 butacas se llenaron de gente veterana, contenta y predispuesta, con leve mayoría femenina. Al acabar su show de 29 canciones en 109 minutos dijo un señor a una amiga: «Me lo he pasado como un enano. ¡Me sabía todas las letras!». Sí, y hubo cuatro canciones cantadas en comunidad por todo el teatro: 'Lola', algo a lo Fórmula V, 'Por un sorbito de champagne', la desenfadada 'Borracho', y la galaica 'Anduriña', que parecía de Mocedades. Hum…, su hit 'Mejor' no fue de las más coreadas, aunque ellos al presentarla afirmaron que cuando tocan ante públicos jóvenes la chavalería no conoce a Los Brincos pero sí esta canción que calificaron de «himno intergeneracional», que resonó a Los Byrds y que repitieron en el bis a modo de coda o reprise para acabar el encuentro.
Los Brincos (Madrid, de 1964 es su primer disco), motejados «Los Beatles españoles» (a la segunda 'Tú me dijiste adiós', en plan los Fabulous Four de los pinitos, los óptimos), supieron asimilar en su día esas influencias foráneas (pensamos en los Kinks, los Animals, los Beach Boys, Love o los Who durante su concierto en el Campos), y la vertieron en grupos españoles posteriores (Negativos, Flechazos, Cooper en solitario, Los Secretos, e incluso los garajeros Doctor Explosión).
Las tres primeras canciones de las 29 las tocaron vestidos con las capas que le caracterizaban en los 60, y a partir de la quinta actuaron con luces encendidas. Ellos dijeron que era para poder ver al público, pero quizá la razón era que estaban grabando en video el concierto. Miguel Morales (Manila, Filipinas, 1950, miembro de la banda desde marzo de 1968, la tercera formación) llevó la voz cantante y contó algunas cositas, recordando a miembros señeros, como Juan Pardo y Junior, que se largaron para funcionar en dúo, o Fernando Arbex, dueño del nombre del grupo desde 1966 y con quien se asoció en el año 2000 para reactivar la banda y lanzar el LP 'Eterna juventud' («ya tienes el titular», sugirió el amigo Óscar Esteban). Arbex murió en 2003, a los 62 años, y la empresa la heredó Miguel Morales, de 74 años hoy, que mantiene el repertorio clásico aunque un año, a ojo 2016, suspendió toda la gira porque le dio un infarto múltiple.
Pero aquí sigue, con su sombrero y su melena y barba canas que le confieren un aspecto a lo Willie Nelson. Contó que en 2025 hará 50 años de casado («más siete de novios») y en general hablaron poco más (la excepción fue el recuerdo de la chica Giulietta, amiga de Al Bano), y no hicieron chistes nostálgicos ni de geriátricos, exceptuando el comentario que se le escapó al final al guitarra solista Francis Cervera, que dijo en el bis: «Son canciones inolvidables que hemos cantado siempre. No nos pidáis otra que cierran la residencia».
Y sin ningún miembro de la alineación original en el quinteto, completada la alineación actual por Manolo García al bajo (marido de un de Las Supremas de Móstoles, lo contó él), el benjamín Jaime Celada a los teclados y Félix Arribas a la batería («60 años en Los Pekenikes, 60 años en Los Brincos, ¡120 años tocando!», le presentaron y lloramos de la risa sana), apoyados por una pantalla de fondo ora psicodélica ora reproductora de imágenes de Los Brincos de antaño, con el volumen justito y con varios títulos en inglés ('The train', 'I Try to Find' y 'I can't make it'), Los Brincos de Miguel Morales hicieron honor a su leyenda muchas veces, aparte de en las cuatro canciones más cantadas por el respetable.
También destacaron en la inaugural 'Flamenco', en la garajera 'Baila la pulga' (¿la habrán versionado los asturianos Doctor Explosión?), la lisérgica 'Nadie te quiera ya', las desarrollistas 'Pareces gitana' y 'Giulietta', la muy mod 'Renacerá', «la rumbita» 'A mí con esas', la rockabilly 'Bye, bye chiquilla', la enérgica 'El pasaporte', y abriendo el bis una potente 'Volverás a mí', del año 2000, del álbum 'Eterna juventud'.
Y por el contrario varias baladas muy progresivas no brillaron tanto: la «especie de bolerito» 'Es como un sueño', 'Esa mujer' (también del álbum del 2000), o 'A dos niñas', dedicada a las niñas prodigio Marisol y Rocío Dúrcal, ésta cuñada de Miguel Morales, y ambas parejas respectivas de Juan Pardo y Junior. Igual las baladas eran para recuperar resuello durante el buen concierto.