Doctor Deseo y cinco grupos vizcaínos más solidarios con Valencia

El tercer concierto múltiple celebrado en Bilbao por la iniciativa 'Som València' (Somos Valencia) para «recaudar fondos que se destinarán íntegramente a los afectados (de la riada) a través de la Fundación Horta Sud, una organización sin ánimo de lucro con más de 50 años», reunió este jueves a seis grupos locales/provinciales en la Sala Stage Live, que se llenó aunque no agotó el aforo a pesar de ser el cartel en apariencia más atractivo. Por cierto, al entrar en la página web vemos que van ingresados 415.000 €, la misma cifra de hace dos medianoches, o sea que no se ha actualizado.

Pues este jueves en la Stage Live, con luces generalmente malas (literalmente no se podía ver a los dos últimos grupos, pero quizá ellos lo quisieron así) y con sonido que apenas dejó distinguir las letras (¿en qué idioma cantó el cuarto grupo?), se sucedieron a gran velocidad (los cambios de escenario fueron rápidos) los seis grupos solidarios, contando como tal a la cantautora risueña Maren, que sentada y a dúo cantó 5 canciones en 20 minutos, de pop flotante con la voz retorcida a lo Björk, alternando el euskera con el castellano y dando lo mejor de sí en las dos últimas: 'Plastificar' (abrazos), una suerte de psicodelia adolescente, y 'En el túnel de lavado', pop surrealista.

Cuatro minutos después empezaron a tocar Vulcanizadas, cinco chicas lideradas por la pianista y vocalista Nerea Arrieta que en 25 minutos interpretaron 5 temas también bilingües, con solemnidad soul pop a lo Morgan ('Hermana' para empezar y 'Si no me encuentras para acabar'), blues vía Bobby Blue Bland trasladado a la feminidad vasca del siglo XXI ('Zenbat galdera'), soul noventero, más pop discotequero a lo Janus Lester ('Indarberritzen', mejor que en disco), todo en tono convincente y con acercamiento muy canónico, conservador, con dos saxos y un papel destacado de la baterista Virginia Fernández Reviriego. Hum…, parece que ellas fueron las únicas que se refirieron al desastre de la dana de Valencia, la razón por la que se había montado ese acto.

Los grandes cabezas de cartel fueron Doctor Deseo, cuando el sonido empezó a empeorar, aunque Francis y los suyos supieron conectar con el respetable durante su intervención de 4 piezas en 18 minutos con el sexteto al completo y con Francis como líder total, que cuando se soltó en el baile volvió a recordarnos a nuestro ídolo Woody Allen en sus pinitos. Abrieron con '¡Cuánto frío hace en Saturno', un himno de estadio pareció 'Me quedo aquí contigo' (esta canción es para decir te quiero reza el estribillo), y dos hits para acabar que fueron muy coreados por la concurrencia: 'Corazón de tango', con los móviles grabando, y 'La chica del batzoki', remozada con tramos de surf a lo Dick Dale.

Esa fue la cima de popularidad e interacción del cartel. Luego salieron TOC, cuatro jóvenes que en 17 minutos y 4 canciones en idioma ininteligible (era euskera) incrustaron a los Strokes en el brit pop de modo que gustarían a El Mentón de Fogarty (la primera, donde el cantante adoptó poses y gesto despectivo en plan Liam Gallagher de Oasis), en su siniestrismo desembocaron en el influjo de Hertzainak (la segunda), bailaron post-funk en paralelo a EzEzEz (la tercera), y más brit pop sirvieron para acabar, con el cantante bajando a cantar ronco entre el público (la cuarta y última).

Mal sonido (sobre todo para la voz) y luces de pena (en blanco y negro estroboscópico parecían) limaron el potencial de Chulería Joder, cuarteto mixto con una baterista (Myriam) punki muy buena y una vocalista (Iratxe) que apunta a figura de la movida regional, que pasa del gesto de susto al ataque espasmódico, y que lo mismo nos hizo pensar en Ana Curra ('Ez') que en las lideresas de los Plasmatics y de los Desechables (a esta en el rock radical vasco de 'Regular'). En su bolo intenso de 6 píldoras bilingües en 19 minutos los chulánganos rularon acelerados como los Dead Kennedys ('Hacer algo' para arrancar y 'Última hora' para acabar) y conectaron con la parroquia ('Tus amigos', cuando la cantante Iratxe bajó entre el público, que le hizo corro).

Mucha gente se fue después de la actuación de Chulería Joder, e inesperadamente no llegó a medio aforo el que atendió el bolo de los aún más punkis Rat-zinger, con otro baterista destacable y a la guitarra el héroe de las seis cuerdas Dann Hoyos. El cuarteto espetó 5 trallazos en 19 minutos, con más onda Dead Kennedys ('Bala per capita'), rock and roll cuesta abajo ('Amo el dinero negro'), metal gótico algo Parálisis Permanente ('Tu pasajero'), hardcore sin voz ('Indestructibles', la de somos anónimos), y un adiós con más rock and roll, ahora escuela Motörhead ('Santa Calavera'). Pocas luces hubo sobre el escenario también.

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