Diez años de la muerte de Paco de Lucía, el gran innovador del flamenco
El guitarrista y compositor gaditano Paco de Lucía murió en 24 de febrero de 2014 de un infarto mientras jugaba al fútbol con su hijo ... en Playa del Carmen durante unas vacaciones en México con su familia. El maestro, a quien Chick Corea llamó 'Dios', se marchaba dejando el flamenco profundamente transformado dotado ya de una enorme gama de innovaciones estilísticas y una exquisita obra de composiciones y colaboraciones musicales.
Eslabón clave de una cadena de innovadores que se remonta a Ramón Montoya, seguida por el gran Sabicas y el Niño Ricardo, Paco de Lucía marca un antes y un después en el lenguaje de la guitarra flamenca. Es «el primer flamenco ilustrado», escribe Manuel Alonso Escacena en su nuevo ensayo en el que define al virtuoso gaditano como un científico de su profesión que provee una metodología al arte flamenco.
«La importancia que tenía ya hace 40 años era espectacular. Paco se convirtió en un icono en el año 73, transformó la guitarra en un instrumento fundamental tan importante como como el baile y como el cante que siempre estuvieron por encima del toque», explica el promotor Julio Martí que trabajó con Paco de Lucía en numerosos proyectos y que ahora ha organizado el homenaje a Paco de Lucía en Nueva York.
Con el mítico primer sexteto el maestro introduciría las claves de una transformación que cambiaría todo: el semicírculo, el bajo eléctrico de Carles Benavent, la flauta y el saxo de Jorge Pardo, la armónica, el cajón con Rubem Dantas, la improvisación a la manera del jazz, y hasta los conciertos de flamenco.
«El primer disco que hice con él fue Interpreta a Manuel de Falla en el 78, lo recuerdo, una manera muy tierna,» señala el músico Jorge Pardo. «Nos llevábamos como 10 años de diferencia. Paco era como el hermano mayor en el sentido artístico, alguien con experiencia musical y ese virtuosismo que le caracterizaba. Pero al mismo tiempo era como viajar con la familia». Mientras fuera se agotaban las entradas, en España el sexteto tardaba en calar. Pero a pesar del éxito, explica Pardo, dentro de la banda no había una conciencia de estar rompiendo las formas: «había una inconsciencia total de juventud, supongo, no había una mirada reflexiva hacia lo que estábamos haciendo, todo era vivir y disfrutar el momento, pero estábamos enfebrecidos en lo que hacíamos».
'Friday Night In San Francisco', el álbum grabado en vivo de 1981 fruto de la colaboración de los tres gigantes de la guitarra del flamenco y el jazz-fusión, Paco de Lucía, John McLaughlin y Al Di Meola, fue un acontecimiento musical que definió una era que llegó a vender 7 millones de copias. El puntero mundo de la fusión rock-jazz despertaba a Paco de Lucía.
En una entrevista reciente, Al Di Meola recordaba cómo durante una gira de Return to Forever en Europa en 1974, Chick Corea les habló por primera vez de un joven nuevo fenómeno de la guitarra llamado Paco de Lucía. «Tienes que ver a este tipo, está haciendo cosas que la gente nunca ha oído antes», relataba Di Meola, que durante los conciertos en España se fue al Corte Inglés y se compró todos los discos de Paco de Lucía. «Inmediatamente me quedé impresionado. Por lo que sabía de flamenco, éste era otro nivel de velocidad, de claridad, de articulación, de ideas, de combinación de instrumentos de percusión… Me dejó simplemente boquiabierto».
Icono, maestro, intelectual musical, centrado en su trabajo y muy consciente de la responsabilidad que cargaba sobre los hombros, el carisma de Paco de Lucía cautivaba a su alrededor. «Solía decir (con guasa, era muy guasón) que los mejores momentos de su vida los había pasado cuando no tocaba la guitarra», señala Julio Martí refiriéndose a la gran presión personal que sentía por la figura que construyeron de él.
«Mi primer gran show con él fue en el Carnegie Hall en 1985,» cuenta Julio Martí, «y si algo recuerdo aparte del concierto que me causó una impresión grandísima, fue que cuando salimos había una muchedumbre esperándonos que nos acompañó hasta donde íbamos a cenar. Era el flautista de Hamelin, todo el mundo le seguía».
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