La Coral presenta la grabación de 'La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo' de Valentín María de Zubiaurre
Compuesta en 1874, había permanecido inédita hasta el año pasado, cuando se estrenó en Italia con motivo del 150 aniversario de la Academia de Roma
La Sociedad Coral de Bilbao ha presentado la grabación en CD de 'La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo' del compositor vizcaíno Valentín María de Zubiaurre. La ópera, considerada su obra maestra, fue estrenada en marzo del año pasado en Italia con motivo del 150 aniversario de la Academia de España en Roma; compuesta en 1874, hasta entonces no se había interpretado jamás y posteriormente ha podido escucharse también en Madrid, Bilbao y Garai, los escenarios de la vida del autor. Esta producción supone un reto porque, según Enrique Azurza, director artístico de la entidad, implica «recrear una música que nunca se había escuchado». A su juicio, resulta increíble que no haya sido objeto de ninguna iniciativa dada su calidad y extraordinaria exigencia vocal.
La presentación supone un hito en más en el viaje conjunto entre la institución bilbaína y Zubiaurre. «Hemos recuperado el itinerario del autor, que fue becado por aquella institución y ejerció de maestro en la Real Capilla de Madrid», aseguró Iñigo Alberdi, director de la Coral, quien también que ese camino conjunto «sólo ha comenzado» y que prosigue con el estudio de, entre otras piezas, dos obras sinfónico-corales y un encargo que llevó a cabo para el convento de las monjas clarisas de Durango.
El oratorio fue escrito en 1874 en la capital italiana y fue grabado durante el mes de noviembre de 2022 en el convento de Santa Mónica de Bilbao, bajo la dirección de Azurza. Este acto culminó un minucioso proceso de investigación emprendido por la musicóloga Otilia Fidalgo, también responsable de las notas incluidas en el disco. La composición también resulta de capital importancia en la recuperación de la música del siglo XIX, especialmente en su capítulo religioso. La composición está formada por nueve movimientos que describen la Pasión de forma emotiva. «Cada aria, dúo o terceto implica una creciente complejidad y los solistas asumen papeles heroicos», afirmó el experto. «Se trata de una ópera con todas las de la ley».
El texto está escrito en latín, característica excepcional para su tiempo cuando ya era habitual que se acudiera a lengua vernácula. No se trata la única nota distintiva ya que también destaca la convivencia entre la carga religiosa y profana de la partitura, o el equilibrio entre las diversas influencias recibida, desde la 'grand opéra' francesa al estilo alemán o italiano. Además, destaca la conciliación entre las exigencias del texto litúrgico y el dramatismo que imprime a la obra.
El acto contó también con la participación de Bingen Zupiria, consejero vasco de Cultura y Leixuri Arrizabalaga, diputada foral de Euskera, Cultura y Deporte como representates de las entidades públicas colaboradoras en el proyecto. El primero destacó la generosidad de los descendientes del compositor, una familia con una intensa vocación cultural, que cedieron los fondos del autor a Eresbil-Archivo Vasco de la Música. «La aportación de doscientos texto originales implica un gran esfuerzo de catalogación», señaló Zupiría. Arrizabalaga, por su parte, destacó la capacidad del arte para perdurar a través del tiempo y, en este caso, «traspasar las fronteras e internacionalizar a nuestros autores».
Valentín de Zubiaurre se formó en Bilbao y ejerció como cantor de capilla en la iglesia de Santiago. Fue el primer artista pensionado por la Academia de España en Roma, aunque no finalizó su beca porque ingresó como vicemaestro en la Real Capilla de Madrid en octubre de 1875. Curiosamente, la portada del disco ha corrido a cargo de Manu Muniategiandikoetxea, artista vasco becado por la Academia el pasado año.
La estancia en Italia resultó fructífera porque le permitió componer este oratorio. Firmó la versión para órgano durante su estancia en Milán, así como el borrador de la partitura orquestal. A finales de 1874 se trasladó a París donde finalizó la obra, según la documentación aportada por la Sociedad Coral y, poco después, accedió a su cargo en la capital española. En 1878 sustituyó a Miguel Hilarión Eslava, su titular, y permaneció durante cuatro décadas en el cargo, aunque siempre permaneció vinculado a su Garai natal.
