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El concierto de The Clash en Anoeta en 1981 y la disolución de Kortatu en 1988 fueron dos momentos clave para entender la 'movida' musical de Euskadi en aquella década. De todo ello queda constancia en las 842 páginas del libro 'Fiesta y rebeldía. Historia oral del rock radical vasco', reconstruida a partir de 71 entrevistas a muchos de los protagonistas que pusieron banda sonora con buena dosis de mala leche al panorama musical en Euskadi en los 80. «Tenía mucho material que ha habido que cortar, resumir y ajustar, pero aquí está, ha sido como hacer un puzle», señala el periodista Javier Jerry Corral, orgulloso del libro con portada de Niko Vázquez que de momento está a la venta en Power Records y en la web liburuak.org, y a partir del 13 de enero en librerías.
Aclara Jerry que el libro consta de dos partes diferenciadas, «una primera dividida en 12 capítulos que va contextualizando y desgranando temas, desde la crisis económica-industrial de aquellos primeros años 80; la influencia que pudo tener el punk anglosajón en el desarrollo del fenómeno; si hubo algún plan orquestado en la entrada de la droga; la intervención e influencia de la izquierda abertzale en la propagación del fenómeno; la opinión de la gente de la época que no estaba dentro del movimiento y a los que hemos llamado entre comillas 'disidentes' porque pertenecían a otros géneros... Y luego una segunda gran parte en la que hablan 16 de sus protagonistas, todos músicos de los grupos más significativos: Fermin Muguruza, Evaristo Páramos de la Polla Records, Roberto Moso de Zarama, Pako Galán de Eskorbuto, Loles de Las Vulpes, Jimmi de Tijuana in Blue, Pedro Espinosa de Potato, Txerra de RIP..».
– ¿Y hay respuesta definitiva para, por ejemplo, lo de la introducción de la droga?
– He encontrado respuesta prácticamente en todos los temas sobre los que he preguntado y las hay para todos los gustos. En este caso, para unos fue algo preparado, otros dicen que es una milonga y hay quien se queda en la duda. Era la intención original, ofrecer una visión muy amplia de las distintas realidades sociales que convivían aquí en aquellos años, como en cualquier lugar del mundo.
– ¿Qué es el rock radical vasco?
– Es una forma de etiquetar a una serie de grupos que coincidían en muchas cosas, pero no en todas. La propia influencia musical podía ser distinta, incluso el origen de los grupos. Pero había cosas en común, como lo que denominamos al principio del libro 'esa musa llamada cabreo', el de una parte de la juventud de principios de los 80 que veía que se iba a enfrentar a un futuro muy complicado, con una gran crisis a nivel social y político.
– Y hacía nada que habíamos dejado atrás la dictadura.
– Prácticamente acababa de fallecer Franco, pero había muchas huellas del franquismo aún o por lo menos había mucha gente que pensaba así. Y la transición democrática aquí no se asume como tal, mucha gente cree que todo era una prolongación de lo anterior o que todo iba demasiado lento. Por otro lado se estaba asentando esta recuperación de identidad vasca o nacionalista de la nación o pueblo vasco, etc. Entonces había una serie de grupos que coincidían en bastantes de estas cosas o que por lo menos vivían en ese ambiente. Aunque luego lo trataran de forma distinta, tanto en los textos como en las músicas.
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– ¿Cuáles son los tres o cuatro momentos claves?
– Uno determinante fue el concierto que ofrecieron los Clash en mayo del 81 en el velódromo de Anoeta. Hubo unas 7.000 personas y entre ellas, bastantes de los músicos que luego formarían parte de bandas englobadas en este movimiento, porque no es un género musical, sino que abarca o engloba distintos géneros con esas características que antes mencionábamos. Luego otro momento importante es cuando en octubre del 83 apareció la denominación como tal dentro de un manifiesto publicado en 'Egin' a raíz de las jornadas para pedir la clausura del polígono de tiro de las Bardenas, a ese momento en el libro lo llamamos 'año cero'. Hasta entonces había otras etiquetas previas, grupos como Zarama, Eskorbuto... que denominábamos rock de la margen izquierda. Y también fue muy importante que hubiera unas cuantas bandas que traspasaran el ámbito underground que hasta entonces había tenido el rock en el País Vasco, donde la mayoría de los grupos se desarrollaban en salas muy pequeñas, frontones, gaztetxes... pero hubo unos cuantos grupos punteros del RRV que conquistan las calles y escenarios mayores: La Polla Records, Kortatu, Barricada... Los años importantes van desde el 83 hasta rozar los 90.
– Y llega el declive.
– Sí, pedimos a todos los entrevistados un epitafio para ese momento. Hay puntos clave como la disolución de Kortatu y la formación de Negu Gorriak, un acto en sí muy radical en su momento porque era acabar con un grupo que tenía mucho éxito, pero pensaban que tenían que desarrollar un proyecto nuevo y distinto. Luego también cuando Hertzainak hizo un baladón como 'Aitormena', lo que para algunos marcó el final del ciclo. Y en los 90 surgieron otros grupos con otras influencias.
Pero en la historia musical de los años 80 en Euskadi hubo formaciones que quedaron fuera de esta denominación y vivieron todo aquello como un tsunami que los arrastró e incluso invisibilizó. «Sí, en el libro les hemos llamado entre comillas 'disidentes' o antagonistas, grupos y músicos de pop, metal, sinfónico... Están Los Santos, Lavabos Iturriaga, Mikel Erentxun, Baster... gente que coincide en la época, que pertenece a esa generación pero que sin embargo estaban en otras historias. Aunque podían estar de acuerdo con que era una situación de protesta o de rabia o de cabreo, sus letras reflejaban otras cosas. Porque al fin y al cabo esa es la historia de la música y de la humanidad. Hay unos que son más explícitos y otros que hablan de cosas más generales o más íntimas. Y luego están los estilos, unos más cercanos a lo que es una música más suave, elaborada, tranquila, etc... que conducen a otras formas de expresión. Y también hemos hablado con gente previa, como Ruper Ordorika, Fran Lasuen de Oskorri, Anje Duhalde de Errobi... Se lo propuse a Juan Carlos Pérez, de Itoiz, pero no le apetecía, nunca se consigue al cien por cien de los que querías entrevistar, o con Niko Etxart, que no lo logramos.
Jerry Corral contactó también para este libro con los músicos de la escena posterior, influenciados por nuevos movimientos que llegaban de fuera en los 90, como el 'grunge' y el 'indie', representantes por ejemplo del Getxo Sound, o los de San Sebastián, como Nuevo Catecismo Católico, La Perrera, Señor No, que tienen ya otras influencias...
«De alguna forma, a partir de los 90, casi todos los músicos tienen una mayor cultura musical y son algo más sofisticados, aunque hagan músicas agresivas en algunos casos». Aparece además la opinión de artistas más actuales, como Porco Bravo, Lendakaris Muertos, el colectivo Chill Mafia –«que puede ser un reflejo de aquel fenómeno trasladado a hoy con otras músicas muy distintas»–, Verde Prato, Tatxers, Vulk, Belako...
Ha viajado Jerry a Madrid y Barcelona para contar con los testimonios de Servando Carvallar, Jesús Ordovás, Ramoncín, Manolo De La Uvi, Manel de los Decibelios y dos personas que han fallecido durante el proceso de creación del libro, Morfi Grei, de La Banda Trapera del Río, y el periodista Carlos Tena, protagonista tangencial de esta historia porque fue quien llevó a Las Vulpes a cantar 'Me gusta ser una zorra' a 'Caja de Ritmos' de Televisión Española, con el escándalo posterior que culminó con la clausura de aquel programa, algo que queda reflejado en el libro.
– Hablando de Las Vulpes, ¿cómo trató el rock radical vasco a las mujeres, a las músicas?
– Una de las primeras que entrevistamos fue una artista de ahora, Ana Arsuaga de Verde Prato, que cuando hablamos con ella tenía 27 años. Y entre las respuestas que me da de su visión actual del rock radical vasco es que lo ve como un movimiento muy masculino.
- ¿Masculino o machista?
- Las dos cosas. De alguna forma, masculino aquí puede ser un poco eufemismo de machista. No es exactamente lo mismo, pero en este caso yo creo que se dan las dos cosas. Pero no solo en el rock radical vasco ni el rock en general, sino en toda la sociedad. Y se sigue dando, pero menos. De hecho, una de las grandes transformaciones del rock es que en los últimos años va desapareciendo esa masculinidad o ese machismo, como lo quieras denominar. Y hay que tener en cuenta que aquella música más agresiva, lógicamente, en principio, atraía mucho más al hombre que a la mujer. Ahí tenemos a Las Vulpes, Loles Vázquez está absolutamente de acuerdo, lo sufrió como todas las mujeres. Y Aurora Beltrán, cuando estaba en Belladona, y Marieli Poti, de Cicatriz en la Matriz, todas hablan en el libro. Hubo representación femenina, pero muy escasa.
– ¿Y qué hacemos con Eskorbuto, que siempre abominó de la etiqueta?
– A ver, una cosa es que ellos quisieran desligarse, y otra cosa, que se les englobara. De hecho, la etiqueta en aquella época a nadie le gustaba. Públicamente, nadie decía que le gustaba. De hecho, a la primera persona que recuerdo denominarse como rock radical, sin apellido de vasco, fue a Eskorbuto.
– Habrá habido momentos especiales, viajes en el tiempo que le habrán conectado con aquello que usted vivió...
– A Evaristo le hicimos la entrevista donde empezó toda la historia de La Polla Records, en un bar llamado Otxoa, allí en Salvatierra, Agurain. Fue muy bonito el arranque, el inicio, cuando íbamos a las ciudades o pueblos de donde eran los músicos. También en la casa de Pedro Espinosa y Elena López Aguirre de Potato, que son pareja y viven en Durana, a 7 kilómetros de Vitoria. Y la entrevista con Fermin Muguruza en la cocina de su casa... Todo eso está reflejado en el libro, porque en cada entrevista personal hay una pequeña presentación donde contamos esto. Como el día que pasamos en Mutriku, en un txoko de pescadores hablando con los Delirium Tremens, momentos muy chulos en los que en vez de ir a hacer una entrevista parecía que ibas a que te enseñaran su refugio. Muchos de estos encuentros han sido filmados para, quién sabe cuándo, poder hacer un documental.
Las 16 'voces de una revuelta' El libro, además de los testimonios de muchos otros músicos y conocedores del rock radical vasco, incluye entrevistas en profundidad a Aurora Beltrán (Belladona, Tahúres Zurdos), Andoni Basterretxea y Txufu (Delirium tremens), Claus Groten (Vómito), Evaristo Páramos (La Polla Records), Fermin Muguruza (Kortatu, Negu Gorriak), Jimmi (Tijuana in Blue), Josu Zabala (Hertzainak), Kaki Arkarazo (M-ak, Negu Gorriak), Loles Vázquez (Vulpes), Marieli Arroniz, Poti (Cicatriz en la Matriz), Mikel Abrego, Pintza (BAP!!), Niko Vázquez (M. C. D.), Pako Galán (Eskorbuto), Pedro Espinosa (Potato), Roberto Moso (Zarama) y Txerra Bolinaga (RIP).
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