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Sobral exageró la gestualidad. Carlos Gª Azpiazu

El circo de Salvador Sobral

El ganador de Eurovision 2017 y superviviente a un transplante de corazón alternó en el Arriaga sus canciones trágicas y delicadas con una desconcertante y constante vis cómica que le empujó a imitar a un chimpancé

Lunes, 18 de noviembre 2019, 14:16

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Demasiada dilatación mediante teatralización, humor físico, monólogos, solos jazzísticos sin venir a cuento y la postura surrealista del a priori delicadísimo cantante Salvador Sobral se ... padeció el domingo en su concierto en un Teatro Arriaga con estupendo ambiente provisto por los 754 asistentes que ocuparon las mejores butacas. «La gente no ha pagado por esto», protestó un impaciente Azpiazu. Y el propio protagonista llegó a alegar en el perfecto castellano que habla: «Perdón, la gente igual esperaba otra cosa. Esperarían encontrarse con el cantante dolido». Y Sobral se autocaricaturizó con gestos desgarradores antes de proseguir: «Pero no. Lo del corazón es mentira. Ha sido una maniobra para atrapar público. Nooo… Les puedo mostrar la cicatriz ». Calculen el peso de las interrupciones y las distracciones: al de 21 minutos sólo había cantado dos canciones.

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