Chenoa, todo caña y ninguna balada en fiestas de Santurtzi: «Me voy feliz»
Alegre, exuberante, eufórica, variada e inagotable, la OT 2001 ofreció en quinteto eléctrico uno de los mejores conciertos del año, un trallazo de 69 minutos
Este lunes, desalentados tras conocer el vulgar y pueblerino cartel de los escenarios principales de la Semana Grande de Bilbao (tres nombres destacables, Coque ... Malla, Mocedades y Rozalén, ¡y dos los ponen a la misma hora!), nos plantamos en el concierto del día de las fiestas de Santurtzi. ¡Y ahí Chenoa ofreció uno de los mejores shows del año! Buf, el programa de 'Los Cármenes' propone también este miércoles a Rosario, quien probablemente esté mejor que Jennifer López en el BEC (y no lo escribimos por desmerecer a la neoyorquina, sino para que quien no pueda acudir al palacio de congresos de Barakaldo sepa que tiene una opción B más barata).
Centrémonos en Chenoa. No sólo estuvo bien el show de la hispano-argentina de 50 años, sino que nos gustó mucho durante bastantes pasajes. Si se miraba alrededor se veían sonrisas de todo el público, de los mayores y también de los cientos, quizá miles, de jóvenes reunidos en la explanada del puerto. Fue un bolazo en quinteto eléctrico (el guitarrista lanzó más punteos que un concierto de Loquillo), con volumen y claridad (jo, en Bilbao a ver si suena así de bien y de potente alguno de los de Abandoibarra). Y todo ello con una vocalización clarísima de la extriunfita (cuando animó a corear al respetable, muy presumida aseguró que ya afinaría ella), a un ritmo incansable y veloz, de 16 canciones variadas en 69 minutos. Y subrayó ella antes de la última, por si alguien no se había dado cuenta: «Madre mía, ¡qué relax! No ha habido ni una balada, señores. Este show es una caña, es una pasada. Me voy feliz».
Feliz, orgullosa y satisfecha podía irse la muy presumida, que por si acaso dejaba las cosas claras. Así, dijo una de las pocas veces que habló: «Estamos tocando con ganas porque nos dais fuerza. Es música en vivo, ellos tienen carrera -elogió a sus escuderos-. Lo que hacemos puede no ser tendencia, no estar en primera línea, pero luchamos por nuestro puntito roquero y popero. Aunque últimamente me veáis en la televisión, mi leitmotiv es la música, y el escenario es lo que me sana». Sí, habló lo justo, para tomar aire disimuladamente en un concierto que fue directo al grano y en el que las canciones fueron lo principal: al de treinta minutos de empezar pidió palmas por una única vez y al de 39 pidió ondear las manos arriba, y no hubo más. Bueno, unos coros ye-ye uo-uo que preparó rápidamente antes de 'Tú y yo', y que también le servirían para recuperar resuello.
Y este del lunes en Santurtzi resultó uno de los mejores conciertos del año. Acudimos con las expectativas altas, pero las superó. Recordábamos que en 2006 también dio en fiestas de Bilbao uno de los mejores bolos de ese año, uno cuya crónica titulamos 'Chenoa Baby Rocker' (por una camiseta que llevaba con lo de baby rocker), pero este de Santurtzi ha estado mucho mejor. Ni una balada cupo, pudo la caña pop pero a veces roquista, imperó una intensidad en la interpretación absolutamente verosímil por parte de ella (¡que cantaba soul con la chulería de la de los BellRays, ahí es nada!), la vocalización perfecta desnudaba las letras, el volumen era el justo y necesario…
De las 16 canciones, la de 'Rutina', la décima, pereció la menos redonda por parecer un poco hortera (un poco, ¿eh?), porque el nivel general resultó apabullante. Y para apabullamiento dos temas incandescentes: 'En el centro de mi amor', un funk sexual más explícito que metafórico, y 'Nada de nada', un rock algo Georgio Moroder en el que pensamos que sabía entonar como Lisa Kekaula, la californiana rechula de los Bellrays (en esta canta una línea también de buena puntería: «siento que me disparas al corazón»).
«Estamos que nos salimos»
Salió muy elegante, de diva con chaquetita que se quitó antes de la sexta canción para mostrar sus hombros desnudos. Así la vio la profesional Ania: «Va vestida de negro, con pantalones de cintura alta, top tipo corsé con tachuelas y americana». Y sin cambiar de indumentaria, sin perder el tiempo en nada, saltando y recorriendo la escena, cantó cosas tan variadas como 'Atrévete' para abrir fuego con una suerte de eurodisco a lo Mónica Naranjo empoderada (ahí se percibió que los coros iban con refuerzo pregrabado). También una suprema 'Last dance' de Donna Summer con sonido Filadelfia, el rock a lo Abba 'Dame' (era la tercera y al acabarla Chenoa Baby Rocker habló por primera vez: «Estamos que nos salimos. ¡Y se ha parado la lluvia y todo! Maravilla»), pop a lo La Oreja de Van Gogh ('Yo te daré'), y pop más duro que el de Marta Sánchez ('En tu cruz me clavaste').
Cual Paloma San Basilio del siglo XXI, o como una Raffaella Carrá ibérica y actual, Chenoa sonó superior a India Martínez ('Bailar contigo') y a La Mala (el reguetón 'A mi manera', «ni loca, ni sumisa, ni rapera», con cacho algo Amparanoia), pasó por el citado funk sexualmente incendiario ('En el centro de mi amor'), por 'Rutina' y por 'Nada de nada', y prosiguió con el también sexual 'Tú y yo', así como el feel good pop 'Todo irá bien' (al presentarlo sostuvo que los mensajes positivos sirven).
Se despidió en falso con el neoswing alegre y exuberante 'Soy lo que me das', y el bis lo doble lo abrió con el alud de 'It's raining men' de las Weather girls (el segundo tema en inglés de los 16 del repertorio). Y lo cerró con su primer gran éxito, 'Cuando te vas', el que sembró en su participación en la primera edición de Operación Triunfo, allá por 2001, con 26 años, cuando se hizo famosa junto a Bisbal y Bustamante, que ahí siguen también.
Ah, el próximo lunes 21 de julio a las 22.30 horas Chenoa estará actuando en la Plaza Porticada de Santander, que son fiestas. Gratis porque pagan el caché los cántabros.
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