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Carlos Cros dos horas antes de tomar el avión. ÓSCAR ESTEBAN
Carlos Cros, inasequible al desaliento

Carlos Cros, inasequible al desaliento

El empático trovador pop barcelonés presentó su disco 'La mejor defensa' en un FNAC tan tímido y despoblado como convencido y hasta subyugado

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Miércoles, 9 de mayo 2018, 12:15

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En la tarde de un martes mustio, gris e indeciso en el que ni siquiera vimos colas de clientes en las señeras pastelerías a mitad de precio, sólo una docena de espectadores (mayoría femenina) se dieron cita en el FNAC para ver la actuación promocional del cantautor pop catalán Carlos Cros, quien no se arredró ante las circunstancias: ordenó sentarse a varias personas que andaban curioseando los posters, animó a los compradores y paseantes a que entraran a verle en la salita (con poco éxito), logró que la audiencia más que corear musitara en un par de ocasiones («esto parece misa», observó), interpeló a un par de damas que se marcharon a la mitad del show preguntándoles si no les gustaba (había muchas señoras mayores, por cierto), y nunca perdió el entusiasmo, o sea que fue inasequible al desaliento.

Tras dar la víspera un concierto en Santander también en solitario y antes de tomar su vuelo a Barcelona a las 9.30, Carlos Cros, divertido, descarado y amable, con estética entre John Lennon, Errapel Biurrun y Juancho Bummer (lo decimos por la gorra más que nada), informó de que venía a divulgar su tercer disco, 'La mejor defensa' (sólo había a la venta una copia rebajada a 3 euros que le regalé a Oscar Esteban y que le autografió el artista; fui tan generoso porque Cros me dijo que ya me daría otro a mí, si no, ¡cómo perder tal joyita a ese precio!), y presentó los 7 títulos que interpretó en 33 minutos armado con una guitarra acústica Guild.

Todos fueron títulos paladeables, a veces reflexivos y bastantes amorosos (si no todos). En ocasiones latinos (a la primera 'La distancia', a la quinta 'Pretendes', ésta muy Depedro, con taconazos de Cros), esporádicamente con poso rocanrolero escuela Morís ('Nadie se resiste al amor', «que es una fuerza reparadora, imagino que en Bilbao tampoco se le resiste nadie», aventuró demasiado optimista en una pieza con scat vocal trompetista y cierta interacción con el respetable en plan Coppel) o acústico como los primeros Everly Brothers ('Cuando tú bailas'), sonando a pop portugués tipo J. P. Simões ('Nadie como tú', con dramatismo jazz y el segundo scat vocal de la cita, éste aparentemente trombonista) o dolidamente indie ('No más lágrimas', cuando nos animó a cantar el estribillo como «tucanes asiáticos en celo» y nos interpeló en vano como Coppel otra vez al espetarnos «¡levantaos!»), y una única versión, quizá lo mejor de la cita empatado con el tema de la resistencia amorosa (que no es del disco nuevo), que fue el 'Mediterráneo', de Serrat, muy atrevido y muy bien resuelto.

Antes de la serratiana Carlos Cros advirtió que «yo no me muevo con esta facha por las Españas», o sea en solitario (yo pensé que por la estética, por la copa), y prometió volver a Bilbao con banda al completo, «con sección de vientos, coristas, pirotecnia… bueno, esto es broma». Hum… ojalá se atreviera con la pirotecnia, al menos con alguna bengala.

Videoclip de la canción latinizada 'Pretendes' de Carlos Cros:

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