Berri Txarrak, vibrar por la música, temblar por el futuro

El título lo dice todo. Dardara en euskera significa vibración o temblor. «Recoge el sentido de la película, cómo vibra la gente por la música de Berri Txarrak y también el temor que refleja, sobre todo al líder de la banda, Gorka Urbizu, el futuro que tienen tras anunciar en 2019 que 'Ikusi Arte Tour' era su última gira antes de un parón indefinido», resume su directora, Marina Lameiro.

El proyecto partió del grupo tras ver la respuesta de las fans, cuando las webs de venta de entradas se colapsaron al dar a conocer que las de Pamplona serían sus últimas actuaciones. Hacer un homenaje a esos seguidores, por un lado, y mostrar qué hay detrás de esa pasión fueron las razones que llevaron a los tres integrantes de la banda a realizar la propuesta a Lameiro. «Me pareció una idea buenísima. Pero también es cierto que la película iba a resultar cara y compleja de producir», explica la realizadora. Por eso entraron Arena Comunicación y Txalap.art, además de los apoyos de EiTB, el Gobierno de Navarra y el Instituto Etxepare, entre otros. La distribución corre a cargo de Atera Films.

Lameiro rechaza que 'Dardara' sea una apuesta segura para llenar los cines con los seguidores de Berri Txarrak, que, como se demuestra en la cinta, están repartidos por todo el mundo, porque «no consiste en mostrar el DVD de la gira, con imágenes potentes y muchas canciones. La película es totalmente contraria a eso. Espero que sorprenda».

Si hay algo que destaca en el filme, además de las reflexiones de Urbizu, es el protagonismode algunos fans. La forma de contactar con ellos ha sido diferente. Aparece una alemana, propuesta por los miembros de la banda, porque les sigue por todos los conciertos que dan en su país. En el caso de los mexicanos, los eligieron cuando vieron que eran los que más emocionados estaban durante una de sus actuaciones. También intervienen estadounidenses y japonés. Los elegidos en los directos en España fueron aquellos más entusiastas que se encontraban en primera fila.

Si algo muestra 'Dardara' es que hay un espíritu Berri Txarrak. «Es algo que me preguntado muchas veces: qué tienen para desatar esa pasión. Tocan muy bien, y sus letras son buenas, pero por encima se impone la fuerza increíble que despliegan y contagian. Actúan igual ante 20.000 personas en Kobetamendi que ante 50 en una tienda de discos». Ese de Bilbao, el 14 de julio de 2019, fue el concierto más multitudinario ofrecido por una banda euskaldun en la historia.

El largometraje refleja como Berri Txarrak es parte fundamental de la vida de muchos de sus seguidores, como el chico que está haciendo la transición de género y le pide al cantante que escriba con su caligrafía una frase de una de sus canciones para hacerse un tatuaje porque representa lo que él siente. «Por un lado es un honor ver que a alguien le llega tanto lo que has escrito y así lo entiende Gorka, pero también es una responsabilidad muy fuerte», dice la directora.

Lameiro también tuvo presente «a aquellos que no son fans de Berri Txarrak o que no saben que existen». Para ello ha intentado mostrar «la universalidad de un tema como es la situación de un creador que en el momento más alto de su carrera decide parar, que sigue a su instinto pese a que todo indica que debe hacer lo contrario».

Fueron 70 los conciertos de la gira y muchas horas grabadas. Tantos conciertos y tantas horas fueron haciendo mella en el equipo a medida que se acercaba el final, «a los que estábamos en la película y a los que acompañaban a Berri Txarrak. Hacia el final había como una pesadez que no existía al principio. Cuando comenzó la gira, aunque todos sabíamos que era la última, parecía que no eran muy conscientes, pero en los últimos conciertos apareció la tristeza, especialmente en el penúltimo porque todo se terminaba pero había que guardar energías para el día siguiente. Fue agridulce. Con el de clausura, aunque había cierta melancolía, se impuso la explosión de energía», recuerda la realizadora navarra.