Larga vida al Casals
Nuevos tiempos, nuevos artistas. El Cuarteto Casals necesitaba una viola tras el regreso de Jonathan Brown (su viola durante más de veinte años) a su ... América natal. Sus miembros fundadores, Vera Martínez y los hermanos Abel y Arnau Tomàs, acudieron hace unos meses a la joven violista Cristina Cordero, formada como ellos en las aulas del Reina Sofía, y de esa unión nace un Casals distinto y renovado que debe volver a cultivar el repertorio que tan bien se le ha dado durante tanto tiempo. De ahí que en sus primeros programas los clásicos estén presentes como la raíz de un árbol: nada se puede construir sin ellos.
Si había dudas sobre este nuevo Casals, todas quedaron disipadas en el concierto del miércoles en la Filarmónica. Mantiene intactos el rigor y la vitalidad de su estilo, la lucidez de siempre y el afán de contarlo y de vivirlo todo sin llevar la música al desbordamiento. Es como si renovarse le permitiera llegar a su madurez con las manos llenas. El 'Segundo' de los op. 20 de Haydn tiene siempre una parte de regreso y en manos del Casals tuvo otra de descubrimiento por el contraste entre la energía positiva de sus movimientos lentos y el dulce reposo del lento. En conjunto vislumbró a lo lejos el 'Tercero' de los Razumovsky de Beethoven, que tiene un pie en el pasado pero otro apuntando directamente al futuro: su misteriosa apertura, con esas extrañas armonías flotando en el aire, era como un paisaje inventado por el Casals, pero enseguida el Allegro vivace se adentró en tonos más claros y luminosos que los cuatro músicos tradujeron con un sonido amplio, casi sinfónico, moldeando un universo musical completamente único. Solo Beethoven podía sonar así, igual que solo Shostakovich podía sonar como lo hizo su 'Noveno' cuarteto, no el más oscuro y perturbador de la serie pero tan profundamente humano como todos los suyos.
Cuarteto Casald
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Obras Obras de Haydn, Beethoven y Shostakovich
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Sociedad Filarmónica. 27-XI-2024
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