Álvaro al micro y Pablo Alonso al salto. CARLOS Gª AZPIAZU

El periodista deportivo Álvaro Benito reactiva en Bilbao el punk-rock de Pignoise

El periodista deportivo ha reactivado su grupo de punk-rock comercial y de temática juvenil, tan juvenil como el público tricentenario que coreó a pleno pulmón en su buen bolo en la Santana 27

Viernes, 20 de mayo 2022, 07:33

Tres centenares de almas cantarinas se dieron cita este jueves en la sala Santana 27 para corear al son de Pignoise, el grupo del comentarista deportivo salmantino de 45 años Álvaro Benito, que se halla en la gira de su disco 'Diversión', el primero desde 2015, pues Álvaro fue despedido como entrenador de las categorías inferiores del Real Madrid (por sus comentarios críticos en la prensa al primer equipo) y ha vuelto a tener tiempo para dedicárselo al grupo creado allá por el 2000.

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Álvaro (guitarra y voz), sus compañeros oficiales de las fotos Pablo Alonso (bajo) y Héctor Polo (batería), más el cuarto miembro para los directos, Sergio Santabárbara (guitarra principal), dieron un concierto más que solvente de 22 canciones en 95 minutos que disminuyeron su pegada en el último tercio debido a la abundancia de medios tiempos a partir del 16º título, 'Entristecer', lo peor del lote, «una canción del álbum nuevo que es muy bonita», según presentó Álvaro.

Sergio, Álvaro y Pablo en la fila delantera. CARLOS Gª AZPIAZU

Primero enumeremos las pegas a su propuesta: como juzgó Azpiazu su repertorio es muy lineal, así como la voz de Álvaro (al que se le notó al límite en el tercer tercio), su lírica tardoadolescente (o retrojuvenil: el paso del tiempo y tal y tal) firmada por el salmantino no tarda en empalagar si se está fuera de la edad, y además las canciones son muy largas pues repiten estribillos y dan vueltas a lo mismo para enganchar, lo cual consiguieron Pignoise este jueves a tenor del tono cantarín y efusivo de su público tricentenario y de mayoría femenina. Además, entre las pegas podríamos añadir los tacos que se les escaparon entre canción y canción, y algunas charlas alargadas para parecer cercanos y llanos ante su parroquia (eso de que su manager había dibujado un 'nabo' –sic- en la hoja del setlist), maniobra 'quedabién' ésta última que ponen en práctica numerosos actuantes comerciales actuales ante aforos muy, muy jóvenes (se lo hemos visto hacer a Aitana, a Sofía Ellar, a Arnau Griso…).

No obstante lo cual, Pignoise dieron un buen concierto que bajó un escalón al final por la selección y el orden del repertorio y por la propia pegada acústica del equipo de sonido, más feble. Aunque hasta entonces Pignoise sonaron sólidos y más contundentes y claros que Bad Religion el viernes pasado en el Cubec. El arranque fue muy punk comercial noventero, conectando con el punk levantino de Shock Treatment y demás ('No sentar nunca la cabeza'), con el cromado melódico de los Dikers ('Ando perdido') y con la escuela californiana de Offspring, Green Day y tal y tal ('Todo me da igual').

El salmantino Álvaro Benito abrazando al respetable. CARLOS Gª AZPIAZU

Continuaron facturando rocks más maduros ('Una sensación', 'Sin ti', 'Doler'), lanzando confesiones ('Cama vacía', como las de Álvaro y Sergio, que lo dijo el líder al presentarla) y derritiéndose en dramatismos de querencia soul en cascada ('Sigo llorando por ti', un 'Huesos' un poco tipo Hombres G…), e intercalando más pildorazos eufóricos ('Por verte', un 'Quiero' que dio sopas con honda a Dani Fernández).

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La chavalería había cantado a pleno pulmón en muchas de estas canciones, y ya dio el do de pecho en la parte postrera del concierto, entre esa abundancia de temas más lentos (el citado 'Entristecer', 'Dame tres días'), aunque siempre nos quedaremos con los temas más eléctricos, vivaces y cañeros, durante este epílogo el rock vía Thin Lizzy 'Me quedo en el infierno' (¡con las dos guitarras dobladas!), el rock tipo El Canto del Loco 'Nada que perder', o el arrebato a lo Seguridad Social 'Estoy enfermo', interrumpido, o prolongado, con las dilatadas presentaciones de músicos y técnicos.

Lo dicho: hora y media pasadita para 22 canciones largas y redundantes de Pignoise, que sin estar mal no resisten la comparación con los tres cuartos de hora para 18 temazos directos de Tommy And The Commies la víspera en La Nube.

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