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Alberttinny, alias de Alberto Pérez (Calamonte, Badajoz, 1985), tocó en los populares Izal (Madrid 2010-22). Y cuando su líder, el vitoriano Mikel Izal, decidió parar indefinidamente esa empresa para volar en solitario, era de esperar que sus excompañeros lo intentaran por su cuenta. Y ... así tenemos ahora a Alberttinny, guitarrista de Izal, que ha debutado en solitario con el álbum 'Kintsukuroi', el cual presentó este sábado en cuarteto (más road manager y dos técnicos, vinieron siete en total en el equipini) en el Bilborock, ante 88 personas (faltaron una veintena de invitados). Y en su concierto de 12 canciones en 64 minutos (a 25 euros la entrada en taquilla) sonaron los 10 cortes del disco más una versión y un original aún inédito.
Alberttinny, que refleja una visión un poco negativa del mundo, un músico cuyas canciones a menudo son lamentos, un individuo que se definió como un 'rayado' (sic) porque «pienso que todo cuesta demasiado trabajo», agradeció la presencia de la gente «porque es importante apoyar un proyecto que empieza», se congratuló de la predisposición del público («es muy ilusionante que os sepáis las canciones»), planteó que el baterista Alejandro Jordá, ex Izal, el guapo del grupo de cuatro barbudos, «os sonará de alguna otra movida, ¿verdad?», y también sin citar nunca el nombre de Izal recordó que «en Bilbao hemos tocado desde el Cotton Club hasta el BEC, y en el Antzoki, pero nunca habíamos estado en el Bilborock».
Lo dicho, que el concierto fue de 12 temas en 64 minutos, y que cupieron los 10 del debut, 'Kintsukuroi', nombre pedante que despista y que se refiere a una antigua técnica japonesa de reparación de cerámica usando barniz de oro, según explica la hoja promocional. Alberttinny, nombre artístico de grafía complicada para significar Albertini, ¿no?, cantó con voz suavita en un concierto creciente, tocó guitarras acústica y eléctrica (con ésta emitió un par de punteos algo Dire Straits), expuso una imagen gris en lo estético (ah: vistieron de modo elegante los cuatro, como hipsters burgueses) y triste en las formas (las letras), y sin salirse del universo indie apuntó al ambiente de estadio (el final de 'Únicos') y usó folk andino ('Sobre los Andes'), entre canciones que remitieron a Shinova ('Kintsukuroi' para empezar), a un Vicente Navarro más orgánico ('Flores y velas' con sus rosas y crisantemos, la pieza inédita 'Pólvora en mis brazos' que paradójicamente fue la primera que el extremeño subió a las redes) y a unos Club del Río menos orgánicos ('Dulce memoria'), a Izal (en el último tema, el más pop de la velada, 'Causas perdidas'), y al Jeff Buckley litúrgico o de misal ('La luz', con guiño quizá inconsciente a Los Pistones).
Una melancólica liturgia elevada a la enésima potencia en su tema en solitario al completo ('Intuición', entre Band Of Horses y Club del Río), y también Alberttinny remitió de modo tácito al wokismo de capa caída ('Mi propio incendio') y de modo explícito a los haters de las redes ('Vacío') y a Fito, al que citó antes de la única versión de la cita, una a ratos psicodélica 'Abrazado a la tristeza' (grabada primero en su proyecto llamado Extrechinato y Tú, con Extremoduro, Platero y Tú y textos del poeta Manolo Chinato, de un salmantino de corazón extremeño).
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