El adiosito de Joan Báez en San Sebastián
La veterana cantautora hippie dio un concierto sincero, creciente y participativo hasta lo litúrgico en la playa de la Zurriola, en la jornada inaugural del 54 Jazzaldia, una meta más de su larga gira mundial de despedida
La diva hippie de la canción protesta Joan Báez (Joan Chandos Báez, Staten Island, Nueva York, 1941) anda de gira mundial de despedida, bautizada 'Fare Thee Well'. Tendrá cuatro paradas en España: el miércoles en el Jazz de San Sebastián, este jueves en Sitges (Festival Jardins Terramar), el sábado en St. Feliú de Guíxols (Festival de la Porta Ferrada, con entradas ya agotadas) y el domingo en Madrid (Universal Music Festival, en el Teatro Real).
Joan Báez en San Sebastián actuó en la playa de La Zurriola, con entrada libre, ante muchos miles de personas, más mayores y en menor cantidad que las que después congregó sobre el mismo arenal el inglés Jamie Cullum con su colosal mezcla de pop, rock y jazz. Báez ofició en la jornada inaugural del 54 Festival Internacional de Jazz de San Sebastián, que entre el miércoles 24 y el domingo 28 de julio desplegará 100 actuaciones en 15 escenarios, de las que más de dos tercios serán gratuitas. Presenciamos las 8 actuaciones del primer día, todas gratuitas y celebradas al aire libre alrededor del Kursaal, y de jazz-jazz fueron sólo dos, las de la big band Saxophone Con-Clave y el trombonista Dan Barrett. No obstante, se oyeron más lenguas extranjeras que en el pasado Bilbao BBK Live y el ambiente fue más limpio y melómano y el cartel más atractivo que el que tendremos, por ejemplo, en la Semana Grande.
A partir de las 8.45, Joan Baez en su tour del agur dio un concierto bonito, entrañable, sincero, creciente (al principio ella pareció muy inconsistente a la voz y la formación, acústica y cambiante hasta el cuarteto, no apretó lo suficiente), no político o panfletario (aunque cantara sobre Obama, sobre los refugiados y sobre el sindicalista y cantautor primigenio Joe Hill), trilingüe (inglés, castellano y euskera) y basado en las versiones: aunque se la etiqueta como cantautora, la ex novia de Bob Dylan apenas compone y nutre sus conciertos de versiones, como las que se impusieron entre las 21 piezas que sonaron en 81 minutos en San Sebastián, tres de ellas firmadas por Dylan, otra original pero inspirada en su relación con el premio Nobel ('Diamonds & Rust'), y algunas que rozaron la verbena o el grandes éxitos, pero pocas ('La casa del sol naciente' y el himno ateo de John Lennon 'Imagine', que chocó un tanto tras tantas canciones hippies con aire de liturgia y con las tres canciones de libertad basadas en el góspel negro y reminiscentes de los tiempos del reverendo Martin Luther King).
Fue un buen concierto, mejor que el del Euskalduna en 2015. Con un volumen justo (insuficiente para los que lo veían de lejos, más aun contando la brisa lateral), Joan Báez comenzó titubeante con un flojo y ralentizado 'Don't Think Twice, It's All Right' de Dylan, la ranchera vulnerable 'Llegó con tres heridas' de Joan Manuel Serrat adaptando a Miguel Hernández, el country también flojo 'Me & Bobby McGee' de Kris Kristofferson y más conocido por Janis Joplin, un logrado, crepuscular y fronterizo a pesar de la voz quebrada 'Deportees (Plane Wreck at Los Gatos)' de Woody Guthrie dedicado por Joan a «los refugiados y los inmigrantes», más otra evocadora y etérea y débil 'It Ain't Me, Babe' de Dylan.
A partir de ahí, de la sexta canción, la cita voló más alto y quizá Joan Báez calentó la garganta. La mentada 'Diamonds & Rust' la presentó como «una canción que escribí hace muchos años», sonó a fundamento del country alternativo sentímental y ambiental, y la interpretó a dúo con la joven corista. Uno de los grandes momentos lo logró con las canciones de libertad, uniendo la antiesclavista 'No More Auction Block' con 'Oh, Freedom'. Entonces propuso «debéis ayudarme con esta canción», y leyendo del atril se atrevió con el 'Txoria txori' de Mikel Laboa donde tarareó por encima algunos versos, pero no importó.
'The President Sang Amazing Grace', de Zoe Mulford, estuvo inspirada en la visita del presidente Obama a la Emanuel African Methodist Episcopal Church de Charleston, Carolina del Sur, un templo atacado por un pistolero de 21 años que asesinó a nueve personas en 2015. Obama iba a dar un discurso pero no encontró las palabras y entonces entonó el himno religioso 'Amazing Grace', una de las canciones favoritas de Elvis, si no la que más.
Con más cal que arena
Y la velada playera nada jazzera continuó con más cal que arena, con más sustancia ('The Boxer' de Simon & Garfunkel con la masa humana coreando «laila lai» en otro momento culminante, más canciones de libertad como esa 'Ain't Gonna Let Nobody Turn Me Around' dedicada a las mujeres, una logradísima y preciosa 'Gracias a la vida' de Violeta Parra que conectó con los parroquianos) que rutinas (un 'Suzanne' de Leonard Cohen con cierto forzado aire de oratorio, la autoindulgente y citada 'The House of the Rising Sun').
Y la velada playera nada jazzera continuó con más cal que arena, con más sustancia ('The Boxer' de Simon & Garfunkel con la masa humana coreando «laila lai» en otro momento culminante, más canciones de libertad como esa 'Ain't Gonna Let Nobody Turn Me Around' dedicada a las mujeres, una logradísima y preciosa 'Gracias a la vida' de Violeta Parra que conectó con los parroquianos) que rutinas (un 'Suzanne' de Leonard Cohen con cierto forzado aire de oratorio, la autoindulgente y citada 'The House of the Rising Sun').
Y quedaban los bises, el primero cuádruple con las bien resueltas 'Forever Young' de Dylan (el tercer cover de su ex, sí; si no llega a ser novia de Dylan en los 60 Joan no habría llegado tan lejos) y el 'Imagine' de Lennon coreado por la masa milenaria hasta en los arreglos vocales, una interrumpida 'Here's to You' de Ennio Morricone, y, tras halagar al «maravilloso público y las maravillosas vistas», la Báez lideró un campero y sentimental 'No nos moverán'.
Hicieron mutis los músicos y la gente pidió otra hasta que reapareció ella sola para cantar el tradicional 'Dink's Song (Fare Thee Well)', el título de su tour del agur, que contuvo la repetida frase en euskera «agur lagun». Acabó, Joan Baez dijo «thank you, adiosito», cogió su móvil del atril, y se fue. Quizá para siempre. Pero quién sabe: ya anda diciendo que los tiempos tan políticos que vivimos no han sido el mejor momento para abandonar la música.