«Una mujer ha traído todos mis libros en una mochila para que se los firme»
Fans de Gorka Urbizu, Karmele Jaio, Ibon Martín, Toti Martínez de Lezea, Jon Arretxe y las bandas Gatibu, Neomak y ETS, entre otras, abarrotan la Azoka de Durango
Además de ser el gran mercado de la cultura vasca, uno de los puntos fuertes de la Azoka es la firma de libros y de discos. No es habitual poder charlar cara a cara con nuestros escritores y músicos favoritos y, año tras año, las colas y multitudes se acumulan en Landako Gunea, que en esta 60 edición cuenta con 285 stands, el mayor número que se recuerda.
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Ayer tampoco faltaron las caras conocidas y bastaba con darse una vuelta por el espacio más famoso de la feria para toparse con escritores de la talla de Ibon Martín, Karmele Jaio, Jon Arretxe y Toti Martínez de Lezea, entre otros muchos. Además, los músicos euskaldunes que llegan con nuevos trabajos tampoco quisieron perderse la cita y fueron tantos los fans de Gatibu y En Tol Sarmiento concentrados frente a sus ídolos, que las colas llegaron hasta la calle.
«Me han llegado a pedir que escriba una frase de alguna de mis canciones para reconvertirla después en tatuaje y eso impone, sobre todo con la fea letra que yo tengo», explicaba un «estresado» pero «agradecido» Gorka Urbizu, en plena venta de felpudos, sudaderas y discos de la ya disuelta Berri Txarrak. Por si fuera poco, el trasiego de vinilos de 'Hasiera bat', su debut en solitario, y el EP grabado en el mítico estudio Abbey Road dan buena cuenta del estado de forma del músico de Lekunberri.
Las integrantes de Neomak también destacaron el «feedback con el público» en la presentación de su segundo trabajo, 'Lazturak orbain' e Iñigo Etxezarreta destacó que las pocas personas que han escuchado 'Konkista', el nuevo álbum de ETS, le han trasladado que las canciones «les han llegado». «Cada uno me cita un tema y eso es muy positivo», reconoció.
Pero detrás de ese vaivén de firmas y presentaciones, la feria también esconde anécdotas sorprendentes y adentrarse en ese puntito de locura tiene su encanto. Por ejemplo, Karmele Jaio, que presenta su último trabajo, 'Harrizko bihotza', vio cómo una mujer se plantaba ayer en su stand con todos «mis libros en una mochila». «Se los firmé encantada, claro». Y Toti Martínez de Lezea no deja de sorprenderse cuando dos de sus fans, «que son de Valladolid, se presentan aquí cada año para comprar mi último trabajo». Al escritor de Basauri Jon Arretxe, no le vienen a la cabeza historias sorprendentes pese a que lleva los últimos «30 años» tras los mostradores de la Azoka. No obstante, apunta que cada vez está «más a gusto» en su relación con el lector, y reconoce tomar consciencia de que «los años van pasando, cuando muchos de los que me parecen mayores me dicen que leían mis libros de niños».
Y qué decir de ese público fiel que, edición tras edición, abarrota la Azoka para, al margen de fotos y firmas, juntarse con los amigos, comprar productos de la cultura vasca o simplemente pasar un buen rato. Es el caso de Erlantz, Dani, Jaione y Andoni, que a pesar de llegar de diferentes localidades, tales como Urrunaga, Vitoria o Arantza, en Navarra, aprovechan esta cita anual para juntarse y ponerse al día.
El caso de los inseparables Arkaitz y Zigor es un poco diferente. Estos dos erandiotarras se conocieron hace ya unas décadas en la ikastola y han aprovechado para comprar un regalo a la madre del primero que «ha pasado una semana un poco mala». Asimismo Miriam, cuya banda sonora vital está compuesta por los temas de Gatibu, ha venido desde Laudio para tener un último recuerdo la banda de Gernika que en pocos días se despedirá para siempre de los escenarios.