El Ministerio de Cultura asigna a Euskadi 8,1 millones de los fondos europeos
El Gobierno vasco critica que hayan impuesto en qué, cómo y cuándo invertir sin atender a la realidad de sus territorios ni a sus peticiones
El Ministerio de Cultura desgranó ayer las asignaciones por comunidades autónomas de los 165 millones procedentes de los fondos europeos dedicados a la cultura en ... el periodo 2021-2023, dentro del dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El País Vasco gestionará 8,1 millones de euros hasta 2023, y de ellos 2,7 durante este año, según anunciaron desde el ministerio cinco días después de que trataran este tema en la conferencia sectorial.
Los fondos se dedicarán a la modernización y gestión sostenible de teatros, auditorios, carpas de circo, salas de música en directo, de ensayo y otros espacios escénicos. Un segundo capítulo toca a la digitalización de las salas de cine, a la creación y fidelización de públicos, y a la adaptación de los nuevos hábitos de consumo.
Las comunidades autónomas se repartirán 10 millones de euros para enriquecer las bibliotecas públicas con unos 450.000 nuevos títulos. Habrá también dinero para la digitalización del patrimonio histórico y de los archivos estatales. Un mínimo de 250 empresas culturales podrán optar a los 25 millones reservados para el desarrollo de su potencial. Por último, se invertirán 20 millones en la consolidación y sostenibilidad de proyectos a largo plazo en la llamada 'España vacía'.
El Gobierno vasco ya expresó su rechazo a este plan el viernes, el mismo día en que se firmó el plan con doce comunidades autónomas a favor, seis en contra y una abstención. El viceconsejero de Cultura, Andoni Iturbe, critica «que se impusiera en qué, cómo y cuándo invertir pese a haber hecho peticiones previas en otras reuniones».
«Nosotros no tenemos el problema de los pueblos vaciados, pero vamos a recibir un dinero de Europa para invertir ahí»
Capítulos cerrados
Los capítulos del plan llegaron ya hechos y cerrados al primer encuentro de la conferencia sectorial con el ministro Miquel Iceta al frente, sin tener en cuenta las peticiones de encuentros anteriores. «Nosotros no negamos la validez de los fondos, que vienen de la UE, sino en que al final se ha gestionado todo como una imposición cuando desde hace muchos años tenemos las competencias de Cultura transferidas», añade Iturbe.
Imposiciones que se reflejan en los contenidos y también en los procesos administrativos. «Por ejemplo, obligan a que todo se haga mediante convocatoria pública, cuando para objetivos concretos podría ser más ágil la fórmula del convenio. También estrechan el tiempo de las convocatorias a 2023, cuando el plan de UE llega al 2026, y en algunos casos ponen como límite este mismo año».
En cuanto los contenidos, Iturbe censura que no se haya atendido a las circunstancias de comunidades autónomas como la vasca. «Hay una gran insistencia en el Gobierno central por la España vaciada, por los pueblos. Nosotros podemos tener otros problemas, pero no ese, porque las diputaciones trabajan sobre el terreno y las acciones culturales están descentralizadas. Sin embargo, vamos a recibir un dinero de Europa para invertir ahí», argumenta.
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