El escritor, en la playa de Arrigunaga, el paisaje más añorado de su infancia, que aparece con frecuencia en sus novelas. Bernardo Corral

La publicación de una novela inédita celebra el centenario de Ramiro Pinilla

'El hombre de la guerra', una obra sobre un caserón de Getxo con fondo en la Guerra Civil, llega a las librerías el 6 de septiembre

Domingo, 27 de agosto 2023, 00:55

Entre la tromba de novedades que caerá este otoño, como todos, destaca una novela de Ramiro Pinilla, 'El hombre de la guerra' (Tusquets editores). Es ... un libro con una relevancia especial, un inédito que escribió en los años setenta protagonizado por un 'niño de la guerra' residente en Londres desde hace tres décadas, que regresa a su Getxo natal por la muerte de su tía Flora, su familiar más cercano.

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A su vuelta se encuentra con su prima Regina y con que el ayuntamiento ha ordenado derribar la casa de su infancia, Mallatu, porque impide hacer una nueva urbanización: un tema muy de Pinilla, la violencia de lo nuevo demoliendo el espacio vital, sentimental y político, de quienes lo habitan o lo han habitado.

Urko Pínaga, el protagonista, empieza a indagar qué hay detrás del derribo y cuál fue la verdadera personalidad de su tía, así como la relación con su prima. La indagación es su oficio. Se gana la vida en Londres como autor de novelas policíacas.

Pinilla vuelve a las librerías el 6 de septiembre con esta obra, en unas fechas también especiales, a una semana de que se cumplan -el 13 del mismo mes- los cien años de su nacimiento en Bilbao, efeméride que se celebrará con un acto en la Biblioteca de Bidebarrieta.

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Es un momento idóneo para recordar en síntesis la trayectoria del escritor vasco, fallecido en 2014, que despuntó desde que ganó el Premio Nadal por 'Las ciegas hormigas' en 1961. Maquinista naval que dejó la profesión por su dureza, continuó trabajando en una fábrica de gas y por las tardes escribía los relatos de las colecciones de cromos de una empresa. Le echaron por ganar el premio: sospechaban que no dedicaba todo el tiempo a la tarea encomendada y que lo empleaba en su propia escritura.

Quedó finalista del Planeta con 'Seno' diez años después. En esa década, desengañado con el funcionamiento de las grandes editoriales, fundó Libropueblo junto a su amigo José Javier Rapha Bilbao. Vendían sus volúmenes a precio de coste y con frecuencia en la calle, sobre una mesa plegable de madera. Editó y dirigió la revista 'Galea', contra cuya sede atentó ETA en 2000, y tuvo una segunda vida literaria con la publicación, y el éxito, de la trilogía 'Verdes valles, colinas rojas' a partir en 2004, si bien la primera parte se publicó en Libropueblo en 1986.

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María Bengoa

Resalta la fuerza con que están caracterizadas las mujeres, «algo muy habitual en sus novelas»

«La guerra sin concluir»

Tusquets sacó la trilogía por recomendación de Fernando Aramburu, autor de la casa. La editorial fue publicando sus obras y recuperando las ya publicadas, hasta llegar a esta, en la que el escritor vuelve a dos de sus temas recurrentes, la «guerra sin concluir» (la Guerra Civil) y Getxo, donde vivió en su casa Walden, nombrada así por el ensayo de Thoreau sobre su experiencia de vida libre en una cabaña construida por él mismo. Pinilla también la construyó con sus manos, con la ayuda de un albañil, de lo que se sentía especialmente orgulloso.

El autor fue demorando la publicación de 'El hombre de la guerra' por estar involucrado en otros proyectos, como la serie policíaca protagonizada por Samuel Esparta, según revela María Bengoa -compañera de Pinilla, colaboradora de EL CORREO y escritora- en un texto incluido en el volumen. «De hecho, la tenía en una carpeta que ponía '¿Otro caso de Samuel Esparta?' Se planteaba aprovechar el argumento para la serie que estaba escribiendo, que le gustaba mucho, pero a mí me parecía que era desaprovechar la profundidad de la novela. Entonces publicaba casi un libro al año y era muy difícil hacerle hueco», relata.

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Recopilación de imágenes de Ramiro Pinilla E.C./R.U./Mitxel Atrio/L.A. Gómez

María Bengoa la leyó en 2008. Luego el original desapareció. Lo encontraron en el trastero, en noviembre de 2022, los hijos del autor, Begoña y Ramiro, en cuatro copias mecanografiadas listas para mandarlas a las editoriales.

Bengoa sitúa la escritura del libro entre 1972 y 1974, por los parecidos estilísticos y temáticos con los libros de cuentos 'Recuerda, oh, recuerda' (1975) y 'Primeras historias de una guerra interminable' (1977). El autor le dijo que el personaje de Pínaga estaba inspirado, en parte, en su amigo José Javier Rapha Bilbao. A principios de los setenta había regresado de Londres, donde había trabajado durante seis años como corresponsal de la Agencia Efe. Era escritor y fumaba en pipa, como el protagonista. Tenía la casa familiar, Goñibarri, en Getxo, y como Mallatu estaba amenazada por una expropiación. Pero también hay cosas del propio Pinilla, un niño de la guerra como el personaje, que en julio de 1936 tenía 13 años.

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Juan Cerezo

«Me dio la impresión de que estaba recién escrita, y muy bien acabada»

Secretos

«Es una novela que habla mucho de los secretos, de los de su tía, de los de su prima, de los del protagonista, de los que todos tenemos», incide Bengoa. La compañera del autor resalta la fuerza con que están caracterizadas las mujeres, «algo muy habitual en sus novelas».

El manuscrito llegó a la editorial a principios de 2023. Lo envió la hija del autor, Begoña. «Daba la sensación de que la novela estaba recién escrita y muy bien acabada, con algunas correcciones a mano», revela Juan Cerezo, director editorial de Tusquets y el editor que creyó en Pinilla y le dio una segunda vida literaria con la publicación de la trilogía 'Verdes valles, colinas rojas'. «Le viene muy bien la estructura de relato de intriga que le dio Ramiro, en torno a una caserón lleno de misterio. Hay algo que no se sabe, algo que viene de la Guerra Civil», detalla.

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El protagonista

Urko Pínaga es un niño de la guerra que vive en Londres y que se dedica a escribir novelas policíacas

Cerezo publicó a Pinilla por recomendación de Aramburu. Le llegaron las mil páginas del primer volumen de 'Verdes valles, colinas rojas', titulado 'La tierra convulsa', y apostó por ellas, hasta hacer de la trilogía uno de los grandes fenómenos literarios de las letras españolas del siglo XXI. «Me apoyaron mucho Beatriz de Moura y Toni López Lamadrid (antiguos dueños de la editorial). O, mejor dicho, apoyaron al novelista que tan bien sabía unir la realidad con el mito y la comicidad. Mostraba un universo en ebullición y eso, por lo general, solo lo puede construir un escritor una vez en su vida».

El editor vino a Getxo para conocer el espacio vital de Pinilla. «Vi los palacios, estuve en Arrigunaga, la playa que tanta importancia tuvo en la infancia de Ramiro. Paseé con él por La Galea. Más que apreciar los lugares que no conocía, lo percibía todo a través de la trilogía, no me podía despegar de ella, y este es un indicio infalible de su calidad».

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El 'gallinero', los manuscritos y el rito de culminación

Al trastero de Walden, donde encontraron el manuscrito de 'El hombre de la guerra', Ramiro Pinilla le llamaba el 'gallinero', por razones que tienen que ver con la historia de la casa. Según relata María Bengoa en su texto, cuando ganó el Nadal criaba unas cincuenta gallinas, que llegaron a ser doscientas. El negocio no funcionó. El pienso subía y los huevos bajaban, solía decir el autor. El gallinero se convirtió en un almacén para documentos, libros, revistas, aperos de labranza para su huerta, juguetes... «Y unas bolsas de basura con las más de tres mil páginas manuscritas del original 'Verdes valles, colinas rojas'». De 2003 a 2014, envolvía cada manuscrito y sus versiones en un paquete de papel de estraza atado con una cuerda. Llevar las novelas al gallinero era un «rito de culminación».

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