Cuando perder a un hijo es un homicidio
Elizabeth Casillas e Higinia Garay abordan en 'Todas nosotras' el drama de las mujeres en El Salvador, donde la ley castiga cualquier aborto
El 'suceso' puede ocurrir tratando de llegar al centro médico más cercano, cosa que puede llevar horas. O en la calle, mientras se hace algún ... recado o se desplaza una al trabajo. Puede pasar en casa, sin tiempo para nada, sin la posibilidad (ni los recursos) de llamar a nadie. El 'suceso' es un mal parto que acaba con un bebé muerto, un feto que muere en el vientre de su madre, una emergencia obstétrica que en muchos lugares del mundo tiene solución, pero que en otros muchos significa una interrupción del embarazo que se da de forma natural. Por aquí, a alguno de estos casos, lo llamamos aborto, natural pero aborto.
Por El Salvador no se usa esa palabra para referirse a ninguno. Porque el aborto está prohibido, eso para empezar. No hay supuestos, aunque se pelea por ellos. Tiene muy mala prensa. Y muy mala pena, más allá del duelo, ocurra de forma natural o no. A muchas mujeres el 'suceso' les cuesta pasar años en prisión, décadas. 10 años. 17 años. Hasta 40. Porque cualquiera de las situaciones mencionadas se recoge en el Código Penal salvadoreño como homicidio agravado. Lo de agravado tiene su explicación por el parentesco.
El 'suceso'
Elizabeth Casillas e Higinia Garay, que han estado en contacto con mujeres que han vivido esta realidad, explican que por eso ellas usan 'suceso'. Ellas son María Teresa, Teodora, Mariana, Cinthia, Elsi. Esos son solo algunos de los nombres de unas historias personales que son una historia colectiva. La de todas las mujeres condenadas a prisión por homicidio agravado tras la pérdida de sus hijos, que es la historia que reflejan en 'Todas nosotras' (de Astiberri en colaboración con la ONG Mundubat; en euskera 'Emakume guztiok').
«El nivel de paranoia con el tema del aborto es tal que cualquier pérdida natural se considera homicidio. Ni siquiera se juzga como aborto», dice Garay (Bilbao, 1978), la ilustradora. Según el Código Penal, que una mujer interrumpa su embarazo -algo prohibido bajo cualquier circunstancia- se castiga con entre dos y ocho años de cárcel. Eso, en la práctica, no se aplica; se recurre al homicido agravado, penado con entre 30 y 40. «Porque desde principios de siglo en la Constitución salvadoreña se recoge que el embrión es un ser humano», completa Casillas (Bilbao, 1986), la encargada del texto.
«La desigualdad, eso es lo básico. Si tienes dinero, abortas y no vasa la cárcel, como aquí hace 50 años»
«Matas a alguien por la calle y te caen menos años», resume la dibujante. Y en todo el proceso, en todos los casos que han oído, leído, visto, no aparecen los hombres... más que para juzgarlas. «Las únicas culpables son las mujeres. Y es un país con muchas violaciones a menores y abusos dentro de la familia, donde los violadores no son juzgados. Esta es la historia de ellas, que tienen compañeros que van y vienen, que tienen el heteropatriarcado tan metido dentro...». Son además, en su mayoría, menores de 25 años, con un bajo nivel educativo y empobrecidas.
«Con dinero, no vas a prisión»
«La desigualdad, eso es lo básico. Si tienes dinero, abortas y no vas a la cárcel, como aquí hace 50 años». Ellas no saben ni por qué se las juzga... y son las asociaciones y las redes de mujeres las encargadas de explicárselo, de darles apoyo material y emocional. «A mí me emociona esa lucha conjunta, ese apoyo que se dan. Podrían olvidarse de todo al salir de la cárcel pero no lo hacen. A pesar de todo, se unen», explica Casillas.
«Somos unas privilegiadas», dicen las dos autoras de 'Todas nosotras'. La primera es más consciente si cabe porque escribía el texto mientras estaba embarazada de su hija. «Si tenía un problema, en 15 minutos estaba en el hospital». Por eso no pudo ir a El Salvador, un país que Garay ha visitado varias veces para documentarse sobre este tema -para escuchar a estas mujeres- y realizar trabajos como el documental 'Las mujeres decididas'.
Desde allí le mandaba información y audios a su compañera, con la que prepara un nuevo proyecto sobre la historia del aborto en general. «Es que sigue siendo un tema muy tabú y, cuanto más poder tiene la religión en un país, más», recuerda Casillas. «Es en el cuerpo de la mujer donde demuestra su poder». Ese sigue siendo el campo de batalla.
El libro
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'Todas nosotras' de Elizabeth Casillas e Higinia Garayo. Astiberri Ediciones. Bilbao 2020. 64 páginas. 13 €.
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Fundación Mundubat. Esta novela gráfica forma parte de un proyecto de esta ONG presente en El Salvador desde 1988.
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