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La escritora Natalia Carrero.
Natalia Carrero y 'Otra': «El consumo de alcohol está normalizado e incluso banalizado»

Natalia Carrero: «El consumo de alcohol está normalizado e incluso banalizado»

La escritora barcelonesa ha escrito su novela 'Otra' con la verborrea alcohólica de su atormentada protagonista: «El alcohol es como la gasolina necesaria para revivir y que nos exploten en este capitalismo que nos fragmenta»

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Sábado, 12 de marzo 2022, 14:08

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Unas memorias que son unas confesiones sin filtro cuyo motor es la bebida. El alcohol. Una copa, un vaso, un botellín, una botella. Otro. 'Otra'. Así se titula la novela de Natalia Carrero (Barcelona, 1970), contada al ritmo de esos tragos que la mujer protagonista va echándose al coleto a cualquier hora del día y de la noche, sola o con otros, «y ella lo cuenta como si fuera algo intrascendente». Pero sabe que no lo es, y busca, mediante las palabras escritas, saber de dónde viene esa necesidad que es un hábito extendido. Y mientras busca, se van sucediendo los recuerdos y la crítica «con una escritura como la de la verborrea alcohólica, con repeticiones y vaivenes» y «con un humor que procede del rencor que Mónica, la narradora, ha ido elaborando con todos sus dolores vitales a lo largo de mucho tiempo».

Punto uno, posible raíz de tantas cosas: cuando era pequeña, su hermano mayor desapareció de su vida. Como si nada. Tenía una enfermedad mental y lo ingresaron en algún lugar. En casa, silencio. Alguien cobra su pensión, no él. De vez en cuando se cruzan una carta. «El libro comienza con una dedicatoria, que se convierte en un capítulo entero, de Mónica a este hermano. Es la historia sustraída de la enfermedad mental, la estigmatización y el apartar a esa persona de forma hipócrita. Antes ocurría más, pero aun nos falta mucha cultura en este tema», explica la autora sobre esa «injusticia» que no es algo solamente literario.

Punto dos: el silencio. El hermano hizo mutis por el foro -sin querer- pero en casa ya antes no se hablaba mucho. La madre aguantaba y callaba. Y Mónica ha aprendido a hacer lo mismo, aunque sabe que tiene problemas (y su narración se convierte en una denuncia de esos comportamientos burgueses y familiares). «Ha aprendido a callar tanto que cuando se pone a escribir solo puede hablar de sí misma». Habla de su frustración sabiendo que, para el sistema, el suyo no es un caso de éxito, sino de fracaso. «Es una mujer que no trabaja fuera de casa, y entonces es como si no contara. Se rebela contra eso, ataca como puede a un sistema que parece que la deja fuera, aunque la sigue conteniendo». Expulsados, como ella, hay muchos, tantos como sistemas «no oficiales o grandilocuentes, hay que abrir el foco y mostrar otras vidas que se escapan del lenguaje capitalista del éxito y el fracaso».

Punto tres: el alcohol. Mónica es su propio caso de estudio, en la intimidad de ese hogar en el que bebe a cualquier hora, como hacen muchas personas. «El alcohol es como la gasolina necesaria para revivir y que nos exploten en este capitalismo que nos fragmenta». Ella se analiza y de paso mira alrededor, donde encuentra todo un álbum de bebedoras (textos y dibujos sobre distintas mujeres) con el que cierra el libro. «Hacía muchos años que quería escribir sobre lo mucho que bebemos, porque el consumo de alcohol está normalizado e incluso banalizado», termina Carrero.

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