Un crimen en La Arboleda, el regreso de Corto Maltés... Las mejores recomendaciones de series y novelas negras del mes

Nuestras recomendaciones de este mes tienen algunas apuestas que merece la pena aceptar. Entre las novelas que hemos leído, 'Una mujer cualquiera vuelve a casa', de Jo Alexander, y 'Tú no eres Sherlock Holmes', de David Llorente. Pero no nos quedamos ahí. En cómic, Díaz Canales y Pellejero recuperan a Corto Maltés, esta vez, en el México de las guerras cristeras. Imprescindible para fans del personaje y para todos aquellos que quieran una muy buena historia. Recordamos a nuestros lectores que con esta carta de enero cumplimos ya dos años recomendando lo que consideramos más interesante de las novedades mensuales. Lo que encuentras aquí es aquello que no nos importaría aconsejar a un buen amigo.

Lamentablemente, en el obituario tenemos que referirnos a David Lynch. Sus películas más oníricas y personales comenzaron siempre con una trama negra y, en cierta forma, su valentía y osadía abrieron la puerta a muchas historias que hoy nos parecen habituales. Pero él fue el primero.

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Estas son nuestras propuestas:

Páginas negras. Entre otros, un fantástico libro de cuentos negro, escrito por la autora Jo Alexander. Un homenaje a los clásicos.

Viñetas negras. Corto Maltés vuelve de la mano de Rubén Pellero y Juan Díaz Canales.

Entrevista. El guionista Díaz Canales nos explica por qué ha llevado a Corto Maltés hasta México.

Fundido en negro. Desde 'El rastro' a 'Asalto en helicóptero'. Vamos con varias recomendaciones de nuestras plataformas favoritas.

Detectives de antaño. El caso del escritor desaparecido de E.C.R. Lorac. Un crimen de la edad dorada contada por una escritora que reivindicó el papel de la mujer en el noir.

Obituario. David Lynch, un genio que siempre utilizó el noir como detonante.

Para muchos va a ser un descubrimiento este libro recién editado por Alrevés, con diez relatos 'noir'. Son magníficos, de una intensidad y precisión que permite al lector ser partícipe de unas aventuras, a cada cual más lograda.

Las mujeres son las auténticas protagonistas en todos los relatos y ellas permiten que Jo Alexander, con su prosa y sus tramas, siga la estela de los grandes escritores de relatos como Poe, Hammett, Chandler, Cain… Su lectura nos recuerda también a aquellas historias que aparecieron originariamente en las célebres revistas: Black Mask, True Detective Stories, Sunset Magazine y tantas otras.

Si te gusta el género negro-negro, no dudes en leer este libro.

El noir que ha cocinado Llorente no tiene aderezos ni condimentos. Es fiel a una receta original que una generación de autoras o autores mantiene con respeto. Sus maestros la crearon con mucha tinta negra -Chandler, Hammett, McCain, Irish y hasta un toque de Goodis-. La fuerza de los personajes compone los prismas de esta novela que no olvida dos cucharadas de crítica social, reflejando, sin duda, vivencias del escritor residente en la ciudad donde cocina la trama, destino de la emigración provocada por una crisis que siempre ha perjudicado a los mismos.

En una Praga oscura, nocturna, de callejas empedradas, recorridas por borrachuzos y descarriados, confluyen el psicólogo (analista de la conducta) de la policía en busca de un asesino en serie con otra investigación criminal comandada por una detective de la policía checa. Llorente cocina el guiso siguiendo la receta clásica, capítulo a capítulo, como el oscuro guiso de rabo de buey preferido por Vázquez Montalbán.

Te gustará si quieres un gran noir cocinado a fuego lento.

Ibon Martín, uno de los escritores vascos de noir más acreditado, nos invita a acompañarle en esta nueva historia. No les va a defraudar, es una de sus mejores novelas. La trama transcurre en la zona minera de Bizkaia, en un entorno que impresiona, permitiendo al lector disfrutar de unos lugares únicos descritos con intensidad y que encajan a la perfección con la historia criminal que la Ertzaintza intenta desentrañar. La investigación mantiene la tensión hasta el final y Ane Cestero vuelve a brillar, consiguiendo que el lector se sienta muy identificado con ella.

Te gustará si quieres un thriller de calidad para pasarlo bien.

El guionista Juan Díez Canales y el dibujante Rubén Pellejero están realizando una labor única en la continuación de las aventuras de Corto Maltés. En su creación más reciente, 'La línea de la vida', el marinero creado por Hugo Pratt viaja a México a buscar unas piezas arqueológicas y se verá envuelto en una de las guerras civiles. Como en los clásicos del personaje, el lector se sumergirá en conjuras, robos, aventuras, sueños, tiroteos y mucha historia.

Continuar las obras de Corto Maltés tras la muerte de su creador en 1995 es un reto. El trabajo original de Pratt marcó una cima en el cómic de aventuras pero Canales y Pellejero saben hacer algo más que un ejercicio de nostalgia. Las viñetas de 'La línea de la vida' son grandiosas pero la historia da un paso más allá reimaginando la biografía de algunos de los personajes clásicos, como Rasputín.

Te gustará si quieres leer un muy buen cómic y, además, regresar al mundo único del marinero creado por Hugo Pratt.

Juan Díaz Canales (Madrid, 1972) es uno de los grandes del noir en España. Es una opinión muy personal, pero tiene la altura de los clásicos. Su 'Blacksad' -las aventuras de un gato detective privado en un mundo antropomórfico- es una obra multipremiada que ha recibido tres 'Eisner', los Oscar del cómic. Para cualquier amante del género es una obra indispensable. Díaz Canales y Rubén Pellejero llevan años continuando las historias de Corto Maltés

¿Por qué México?

Desde hace algún tiempo acariciamos la idea de contar una historia de Corto durante la Revolución Mexicana y la ocasión parecía ideal, porque la selva, el sol y los espacios abiertos de México nos ofrecían un contraste perfecto con el libro precedente, Nocturno berlinés, mucho más europeo, sombrío y urbano. Sin embargo, durante los años de la revolución, Corto había estado en otros lugares y esto hacía imposible abordar esa historia, a nuestro pesar, porque no podíamos alterar la cronología del personaje. Afortunadamente descubrí las Guerras Cristeras; una revuelta apasionante de carácter social y religioso, bastante desconocida, que estalló a finales de los años 20 del siglo pasado y que por lo tanto, podíamos utilizar sin entrar en conflicto con otras historias publicadas por Pratt o por nosotros mismos.

El gran reto de escribir un guión sobre Corto Maltés tiene que ser ese momento en el que Corto está presente en la Guerra Civil española, como imaginó Hugo Pratt. ¿Te lo has planteado?

Bueno, con mayor o menor fortuna, ya nos hemos enfrentado a grandes retos. El simple hecho de retomar un personaje tan mítico ya lo fue. Después nos hemos atrevido a hacer una precuela de La balada del mar salado; hemos ido envejeciendo al personaje, que de momento ya ha pasado la cuarentena; lo hemos colocado en momentos históricos emblemáticos como el ascenso de los nazis en la Alemania de la República de Weimar... Resumiendo, cada nueva aventura es un nuevo reto y por eso estoy convencido de que tarde o temprano, tendremos que enfrentarnos al tema de la Guerra Civil.

Corto Maltés es tremendamente conocido para varias generaciones. ¿Cómo lo recibe la gente más joven?

Al estar considerado un clásico de la historia del cómic, una parte de los lectores jóvenes lo ven como un tebeo antiguo. Otros simplemente lo conocen por su aspecto icónico, es decir, a través de la imagen pero no de las historias. Pero en nuestra experiencia después de diez años encontrándonos con lectores de todas las edades, aquellos que rompen la barrera del prejuicio y descubren al personaje en profundidad caen seducidos por él. Es lo que tienen los clásicos.

El género negro en todas sus variantes es en estos momentos predominante en el mercado. ¿A qué lo atribuyes?

Yo no diría que Corto Maltés se inscribe en el género negro, sino en el de aventuras. Aún así, es cierto que algunas historias de la serie como Tango o nuestro libro anterior, Nocturno berlinés, sí que se podrían considerar género negro. En cualquier caso, pienso que el género negro apela a una de las características que mejor nos define como humanos, que no es otra que la curiosidad. Queremos saber por qué alguien es capaz de matar, de robar, mentir, engañar, de romper todos los tabús que en nuestra vida cotidiana rara vez osamos transgredir. Este es el gran poder de la ficción, la magia de hacerte vivir mil vidas posibles desde las páginas de un tebeo, un libro o una pantalla.

High Country es un noir pulcro, realista, con una gran interpretación femenina, Leah Purcell, la madura detective Andie Whitford que se traslada con su mujer y su hija a un territorio inhóspito en una Australia tan verde como peligrosa para sustituir al viejo comisario que llega a su retiro. De origen aborigen, las supersticiones de su pueblo y sus problemas familiares no consiguen apartar a Whitford de la investigación de una serie de desapariciones en los profundos y desconocidos bosques de la región.

La historia, basada en hechos reales, deja pistas, paisajes maravillosos, interpretaciones creíbles de una población rural atrapada por sus pecados, sus tensas relaciones y sus tradiciones. Llanto, engaños, emotividad y un lobo solitario representando a mundo salvaje que rodea a una carretera salpicada de misterios. Cada episodio crea la necesidad de ver el siguiente y el final da respuesta a las incógnitas

Te gustará si buscas una serie negra de impecable factura

La miniserie 'El rastro' está basada en una historia real. En 2004, un encapuchado asesinó a un niño y a una mujer en el parque de una pequeña ciudad sueca. El crimen se convirtió en uno de esos casos que nunca se consigue resolver y que puso en entredicho la eficacia de las autoridades suecas.

La ficción creada a partir de esos hechos cuenta la historia del policía que adquirió un compromiso personal con las familias de las víctimas y detalla cómo su promesa de encontrar el criminal se convirtió en una obsesión que acabó con gran parte de su vida. Una de las fortalezas de la miniserie es la historia de este agente y de sus fracasos. Es muy difícil no hacer spoilers de 'El rastro' pero una figura clave para la historia será otro individuo obsesivo y asocial: un experto en árboles genealógicos genéticos. La relación entre estos dos personajes y su búsqueda de la verdad es uno de los grandes pilares de esta serie.

Te gustará si quieres un 'nordic noir' delicado y en el que la psicología de los personajes pesa más que el efectismo de la historia.

'Hijos del éxtasis' es una especie de capítulo añadido a 'Breaking Bad' o 'Los Soprano'. Este true crime nos cuenta una historia menor del tráfico de drogas en Arizona, en el que se enfrentaron un broker británico y el hijo de uno de los capos de la mafia neoyorquina. La atmósfera es el auge del éxtasis en las discotecas de 'Acid house' que surgieron en los 90.

Uno de los personajes más increíbles es Salvatore 'Sammy the Bull' Gravano. Este matón era el asesino de la familia Bonano, la rama de la mafia que arrasó Nueva York en los 70 y 80. Gravano llegó a traicionar a sus patrones y aceptó declarar contra ellos en un tribunal. Aunque se acogió al programa de protección de testigos, una vez refugiado en el desierto volvió al mundo del delito, esta vez para ayudar a su hijo a introducirse en el tráfico de drogas. Y en ese momento recibió la justicia poética de ser traicionado por uno de sus secuaces. 'Sammy the Bull' encarna una de esas historias de códigos de honor rotos y relaciones paterno filiales basadas en el delito.

Te gustará si quieres un 'true crime' en el que resuena una tragedia griega menor en el mundo de las drogas.

Desde el 'Atraco perfecto' de Sydney Lumet, al no menos perfecto (y glamouroso) de Ocean´s Eleven, el inolvidable 'Rififi' y la intrigante 'Plan Oculto' y…. ¿Te gustan las pelis de atracos? ¿Te gusta el true crime? La sueca 'Asalto en helicóptero' nos lleva a un tejado en un Estocolmo que en septiembre de 2009 apareció en las televisiones de todo el mundo. El robo perfecto (o no tanto) tramado por un grupo de criminales que no dispararon una sola bala.

Mucho diálogo, conflictos familiares, sueños que nunca se cumplen, policías que hacen un trabajo tan profesional como poco conocido, con una dirección de actores y actrices tan creíble como meticulosa y un desarrollo de la historia tan convincente como realista. ¿Cómo acabará el atraco perfecto? No será el desternillante e ingenuo 'Atraco a las tres' (el de Fernando Galindo: «Un servidor….») ni la ensalada de balas de 'Reservoir Dogs' (Mr. White: «Vamos a trabajar…»). Nos contarán lo que pasó de verdad, narrado con precisión y sin florituras. Y merece la pena.

Gustará a quienes disfrutan de las películas de atracos. Como se sospechaba.

Edith Caroline Rivett (1884-1959), calificada como la maestra de la historia de detectives por los críticos, gustó de firmar con anagramas de su nombre (además de E.C.R. Lorac fue también Carol Carnac). Llegó a publicar casi 100 novelas y fue beligerante con el trato desigual de las editoriales ante la mujer escritora frente al varón, una cuestión que aparece reflejada en esta novela publicada en 1935.

Autores que dicen ser quienes no son: un escritor (¿escritora?) desaparece, dos detectives pugnan por defender sus teorias a medida que los capitulos avanzan entre el humor negro, punzadas críticas a los editores y la defensa de la novela policiaca escrita por mujeres. Todo es cuestión de perspectiva y saber desarrollar de manera simultánea el 'whodunit' (¿quién lo hizo?) con el ¿howdunit? (¿cómo lo hizo?). Estamos ante una trama inteligente y bien hilvanada, al nivel de las mejores plumas femeninas de la Golden Age (Christie, Sayers, Marsh, Allingham…). Un policial clásico e impecable.

Gustará a quienes devoraron (o siguen devorando) las novelas de doña Agatha y las novelas policiacas de la 'edad dorada'

Algún día se entenderá la influencia que película como 'Blue Velvet' o series como 'Twin peaks' tuvieron a la hora de revitalizar el género negro. David Lynch, fallecido el 15 de enero, fue uno de los cineastas con más personalidad de la historia reciente del séptimo arte y su narrativa onírica y perturbadora le dio una presencia irrepetible. Demostró que se pueden tener pesadillas estando despierto en la sala de un cine.

En casi todas sus películas el detonante de la acción es alguno de los cánones del noir. Aparece un cadáver en una playa o una oreja en un jardín. Alguien es asesinado o va a serlo. Sin embargo, él abrió la puerta a otro universo a partir de esos patrones y demostró el poder del noir para contar todo tipo de historias. Revisar películas como 'Mulholland Drive', 'Inland Empire', 'Corazón salvaje' o las citadas 'Blue Velvet' o 'Twin Peaks' es uno de los mejores homenajes que se le pueden hacer a este genio.