
Libros en viaje de ida y vuelta por Bilbao
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La capital vizcaína acoge algunas librerías donde, además de adquirir textos interesantes, se puede ejercer una labor solidariaLlueven libros. Las cifras editoriales aturden. Cada año, 90.000 títulos nuevos llegan a las estanterías de nuestro país, lo que supone una tirada anual ... de 200 millones de ejemplares. Los lectores se enfrentan a una oferta mayúscula de ensayo y ficción, aunque el 36% de los españoles nunca pasa de ojear la portada, en el mejor de los casos. Pero hay más. Quienes prefieren sumergirse en los clásicos o recuperar obras antiguas con una escasa inversión tienen la posibilidad de acudir a las librerías de segunda mano con ánimo generalista y precios 'low cost'. La capital vizcaína acoge algunas donde, además de adquirir textos interesantes, se puede ejercer una labor solidaria.
El expositor de Libros en Movimiento es un aliciente para quienes ascienden por la calle Bailén. Habitualmente, el pequeño mueble situado en las escaleras de entrada exhibe algún reclamo, quizás una novela o un autor famoso que invita a entrar en este pequeño local atestado de volúmenes de toda condición. Desde hace una década, el establecimiento fomenta el libre trasiego de literatura. «Recibimos donaciones y las archivamos, catalogamos y entregamos de forma gratuita, aunque aceptamos donativos», explica Iñigo Velasco, gerente de la Asociación Norai, impulsora de este proyecto.
La integración social de colectivos vulnerables en el área de San Francisco es el propósito de esta entidad, surgida en una comunidad de base radicada en el mismo edificio. La librería abre de lunes a sábado gracias al apoyo de once voluntarios. Además, mantiene diez puntos de lectura en residencias de mayores y albergues y nutre una pequeña librería en Camerún.
La narrativa y los libros infantiles y en euskera son las tres áreas más surtidas del local. «Muchos llegan de mudanzas. No aceptamos diccionarios y enciclopedias porque la gente no se los lleva». El boca a boca y el tráfico de esta céntrica calle han difundido su servicio, también utilizado por los turistas que recalan en Bilbao la Vieja. «Todos los días entra gente y deja y se lleva libros, ya hay usuarios habituales que vienen todas las semanas». Además de fomentar el movimiento de ejemplares, esta organización con nombre de pieza de amarre para barcos tiene otros propósitos sociales y culturales. «Proporcionamos asesoría fiscal y contable a los pequeños comercios, y clases gratuitas de música a más de 400 niños con el programa Etorkizuna Musikatan».
Las peticiones para obtener la novela 'Patria' se fueron sumando en los establecimientos bilbaínos de 'Re-Read'. «Tardamos entre tres o cuatro años en que llegaran volúmenes y tras satisfacer a los demandantes conseguimos uno que pudimos colocar en el escaparate», recuerda Natalia Pérez, propietaria de dos locales en la villa, uno cerca de San Mamés y otro en El Arenal. «Fue todo un hito, pero no duró mucho». Esta cadena de librerías de segunda mano nació en Barcelona hace once años, ya cuenta con más de cincuenta entidades por toda la península y ha llegado recientemente a París.
Quienes se hicieron con la obra de Fernando Aramburu pagaron 4 euros, menos de una sexta parte de su precio habitual, aunque también pudieron abonar 6 euros si adquirieron dos o 12 si compraron cinco, y estas cantidades se aplican a todas las unidades disponibles. La distribución del espacio es similar a la de las librerías convencionales y sus baldas acogen unos 10.000 volúmenes. «Nos llega la Biblia, el Kamasutra y el Libro del Mormón».
El modelo comercial de esta franquicia se sustenta en las ventas de particulares, a los que aportan 25 céntimos por volumen. La novela ha de ser editada después de 1990, requisito que no debe cumplir el ensayo. Las entradas son abundantes y las compras se realizan en el mismo espacio, aunque también llevan a cabo recogidas a domicilio cuando la biblioteca supera el centenar y se cuenta con ascensor. «Estamos dando citas para finales del próximo mes de marzo».
«Debemos concienciarnos de que los libros pueden tener muchas vidas», incide Pérez. El flujo es tan intenso que las vitrinas se cambian diariamente y la variedad se antoja la norma. «Recibimos cosas muy chulas, que son en sí un objeto», indica y recuerda que recibió hace escasas fechas una edición desplegable de 'El principito' y las obras completas de Lovecraft, anotadas e ilustradas. «Era precioso y yo le propuse a la dueña que lo vendiera a través de internet. Si no quieres un libro, regálalo, véndelo, en cualquier caso, hay más opciones que abandonarlo en el contenedor azul».
Los libros no sólo instruyen y entretienen, también ofrecen una oportunidad para recuperar nuestra vida. Libu, una iniciativa de la asociación Zubietxe, dedicada a la integración de personas en riesgo de exclusión social, nació para dar trabajo a sus usuarios. «Elegimos ese modelo porque la cultura nos enseña lo que no hay que repetir o lo que debemos mejorar», aduce Gerarda Porrua, responsable de este comercio del Casco Viejo.
Concienciar sobre el consumo responsable es otro objetivo. «Supone una apuesta por el reciclaje, por reducir este hábito que nos lleva a acabar con todo». Muchos libros acaban en la basura mientras hay lectores que buscan sin éxito obras descatalogadas. Sus abundantes fondos proceden «de jóvenes, mayores y familias con hijos pequeños a los que les cuentan que esos libros pueden pasar a las manos de otros niños».
Un libro vale tres euros, un par, cinco y un comprador se lleva a casa cinco por diez euros. La oferta incluye películas, revistas, cedés y los compradores se llevan otros títulos de regalo. Pero el concepto de Libu desborda el sentido comercial. También acoge recitales de poesía, cuentacuentos, un ciclo de teatro social, un taller de collage y otros de escritura en el que coinciden clientes, personas con enfermedad mental y otras con problemas sociales. Cada semana entran unos 600 títulos. «Ahora bien, esto no es un almacén, sino una librería, con su organización y secciones. Aquí creemos que los libros son compañeros de viaje y cuando no están con nosotros buscan un dueño nuevo». A pesar de las dificultades que supone sobrevivir con un planteamiento tan generoso, reconoce que resistirán hasta el último aliento. «Que no sea por dinero, mientras nosotros podamos seguiremos porque hay otras historias detrás».
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