Javier Díez Carmona: «Somos muy benevolentes con algunos delitos»
El escritor Javier Díez Carmona completa con 'Venganza' una trilogía en la que refleja «un Bilbao extremo»
Empezó con 'Justicia' y termina con 'Venganza', y aun así Javier Díez Carmona no tiene claro aún qué es lo que separa una cosa de ... la otra, cuándo se está buscando justicia y cuándo se trata de venganza por mucho que se vista la acción con unos cuantos buenos argumentos. Son los lectores quienes tienen que dar vueltas a estos dos conceptos como se las ha dado él desde que empezó, hace ya una década, a escribir (como un relato que creía que no llegaría a 20 páginas) las primeras frases de una trilogía en la que quería exponer algunos de los problemas que la llamada crisis de 2008 hizo aflorar en nuestras sociedades. «Una pérdida brutal de derechos, no solo de ingresos; un empeoramiento en la calidad de los empleos que se generaban; la especulación y los desahucios...», enumera.
Ahora ha puesto punto final a esta serie de tres novelas protagonizadas por un exmilitar cubano que llega a Bilbao en busca de su hijo y de su nieta y se ve metido en una ola de violencia. «Osmany está muy mayor el hombre y ya no puede seguir pegando tiros así«, se ríe el autor bilbaíno. «Él se empezaba a cansar o me empezaba a cansar yo. No descarto retomarlo en un futuro, tal vez con la precuela de su vida, pero mientras voy a intentar escribir otras cosas».
- Lo que ha hecho sufrir a este personaje, envuelto en tanta violencia que le pilla tan de cerca...
- La vida es dura y mis novelas también. Iba terminando y veía que no iba a quedar ni el apuntador. La novela refleja un Bilbao extremo, todo está llevado al extremo, pero en realidad visibiliza una realidad que existe. Toda la trilogía es así. Son las injusticias del sistema capitalista, el machismo y sus consecuencias trágicas, el blanqueo de capitales procedentes de redes de tráfico y prostitución, que es la mercantilización de ese machismo.
En 'Venganza' el blanqueo de dinero es una de las tramas fundamentales. Díez Carmona trabaja en una entidad bancaria y con lo que sabe sobre el sector ha montado una estructura criminal que convierte la pasta obtenida de la delincuencia en legal «de la forma más básica del mundo». Existen normativas y sistemas de vigilancia, pero a veces no se aplican. «Es muy obvio que existe con solo mirar un poco. Pero no sé si por desidia o por quiénes están implicados, se hace la vista gorda. Ocurre con algunos delitos, que somos muy benevolentes. Que un funcionario que gana 2.500 euros, por ejemplo, se esté construyendo un chalet que no podría pagar con esos ingresos y no se haga nada...», lanza.
Detrás del capital acumulado por la red de la novela está el abuso y la mercantilización de las mujeres. Otra historia que se sabe que existe y, a menudo, se deja correr. «Si se aplicaran las normas y ese dinero no pudiera ser utilizado, al tipo que está ahí no le interesaría dedicarse a ello». Por no hablar de los clientes, a los que no les importa formar parte de la trama. «Al final, mucha gente acaba siendo cómplice».
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