Dolores Redondo regresa a los inquietantes y sombríos valles navarros

La novelista donostiarra vuelve a la Navarra profunda con el aliciente de un nuevo personaje, la psicóloga forense Nash Elizondo, que sigue el rastro del cadáver de una joven desaparecida en la sima de Legarrea. Una mujer está en la cárcel por su asesinato y toda España recuerda el caso. El trauma del horror aflora a medida que la investigadora tira del hilo.

Brujería, leyenda y fatalismo se dan la mano en una trama en la que cobra protagonismo «una estirpe de mujeres que no se doblegan ni siquiera cuando son las víctimas», según avanza el sello editorial. El enclave de la sima de Legarrea es un telón de fondo cargado de significado para los navarros, ya que allí se perpetró un crimen múltiple poco después de estallar la Guerra Civil que hiela de espanto.

Todavía no se han aclarado los motivos que llevaron a una horda de asesinos a despeñar a una mujer y a seis de sus siete hijos, de entre 18 meses y 16 años. Los cuerpos se exhumaron en 2016 y se celebró un acto de homenaje a la familia, antes de enterrarlos en el cementerio del pueblo.

La crueldad es un personaje más en 'Las que no duermen NASH'. Tiene tanta entidad como los personajes secundarios que pululan en una historia que arranca con una leyenda y termina empantanada en una realidad que supera la imaginación. Dolores Redondo retoma así la fórmula de la 'Trilogía del Baztán', que le ha valido millones de seguidores en todo el mundo, después del éxito de 'Esperando al diluvio', ambientada en el contexto de las inundaciones de Bilbao en 1983.