«La documentación es la base, pero yo quiero que el lector se lo pase bien»

Luis Zueco (Zaragoza, 1979) ha montado toda una carrera literaria sobre una afición, interés o pasión, como se quiera, hacia los castillos y la edad medieval. Ese mundo que domina a la perfección le permite idear intrigas y meter, de vez en cuando, otros temas que también le fascinan, como el ajedrez. Hoy presenta en Astrolibros (19.00) su última novela 'El tablero de la reina', cuyo título ya da una pista de por dónde van los tiros o, mejor, las puñaladas.

- El ajedrez como hilo conductor. ¿Qué ha querido plasmar?

- Sí, es un hilo conductor. La novela está ambientada en el siglo XV y he querido tocar dos cuestiones. La primera es por qué el ajedrez es un juego de 1.500 años y está más en boga que nunca. Y la otra pregunta, más original quizá, es porqué se produjo un cambio radical en el siglo XV. Nosotros no jugamos al ajedrez original; ha ido evolucionando. Empezó con elefantes, no había figuras femeninas, las piezas se movían de manera distinta... Fue cambiando hasta el siglo XV, el último gran cambio. Jugamos al ajedrez que refleja aquella sociedad. Una sociedad feudal. Y entonces ¿cómo la figura más importante del juego es una mujer? Eso no concuerda con la época. El libro, a través de una intriga, intenta explicar cómo se cambian esas normas para que la reina sea la figura más importante.

- Y sin hacer 'spoiler' ¿cómo se llega a esa conclusión?

- Hay diferente documentación del siglo XV, la más antigua es un poema valenciano, donde aparecen los movimientos actuales de la reina, esto es de 1475. Luego hay otros escritos de finales del siglo XV, todos en la Península Ibérica, donde aparece ese poder. Porque anteriormente sólo se movía una casilla y era una figura defensiva. De repente se convierte en una figura ofensiva con los movimientos más importantes del tablero. Algo pasó en esa época que transforma el juego y que perdura, se exporta y se queda hasta ahora. En esos años aparece también la imprenta y todo cambia. La novela recoge ese ambiente a través del ajedrez y los libros.

- ¿Es aficionado al ajedrez? ¿Juega?

- Sí, soy muy aficionado, pero más que jugar me gusta la cultura, lo que es este deporte y lo que supone. Su influencia en la sociedad incluso en expresiones como 'jaque' o 'no te enroques', 'tablas'... A mí todo eso me fascina. Hay que decir que no es necesario saber jugar al ajedrez para disfrutar de su mística y del libro. También podría decirse que la protagonista de la novela es la época en sí, unos años o décadas de cambio. El paso de la Edad Media al Renacimiento, con transformaciones continuas en medio de guerras, peste, disputas territoriales, intrigas de corte... La novela tiene muchas subtramas.

- Le habrá costado documentarlo.

- Me llevó varios años, incluso antes de que saliese la anterior, que es de 2021. Empecé a recoger material antes de la pandemia, aunque para mí la clave era encontrar la época. Eso fue lo que más trabajo me dio. Podría decir que empecé en 2019. Luego, una vez puesto el contexto, me resultó más fácil desarrollar la trama. Resumiendo, han sido tres años de trabajo en serio.

- La protagonista será una reina, claro.

- Jaja, no, hay dos. Una es una niña, judía conversa, que tiene habilidad para jugar al ajedrez. pero es huérfana y en esa época tiene que buscarse la vida para sobrevivir. Y el otro protagonista es un cronista no oficial de la época, un ladrón de libros, desencantado con la corte y el poder. Pero se ve implicado en un asesinato, que tiene que esclarecer. Ahí se van ligando estas dos figuras.

- ¿En esa labor de documentación le ha llamado la atención algo relacionado con el ajedrez?

- Me he fijado en referentes femeninos. La clave en la novela la dan las mujeres. Son los movimientos de la reina los que mueven al resto, que podríamos denominar peones. En la actualidad ha habido jugadoras que se han rebelado contra las discriminaciones. Eso me ha inspirado, me inspira aún.

- ¿Es especialista en novela histórica?

- Sobre todo en la Edad Media. Desde el siglo XIII al XVI. La parte patrimonial de contrucciones, palacios, castilllos, escenarios bélicos. Eso es lo que más domino. Pero son novelas de todo tipo, en función de que me llame la atención un tema. Por ejemplo, la anterior está ambientada en el siglo XVIII y gira en torno a la medicina -'El cirujano de almas'-. Pero lo llevo a un lenguaje de thriller. No me gusta ejercer de profesor. Que quede una especie de ensayo. Quiero que el texto se pueda leer bien y fácil, rápido.

- Pero hay un trabajo de documentación.

- Sí, esa es la base. No podría escribir de una ciudad o una época sin tenerla dominada. Siempre puedes llenar algún hueco, pero tiene que haber un edificio sólido de datos contrastados. A partir de ahí, quiero que el lector se lo pase bien. Me gusta ponerme en la piel de la gente que vivió en esa época y explicarlo de forma sencilla.

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