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BEOWULF
Viernes, 3 de abril 2020, 02:33
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Estoy en la cincuentena, y sin embargo estoy en cuarentena. Es curioso, porque mi amiga Maitena, que está en la cuarentena, no quiere entrar en la cincuentena. Hablamos mucho estos días sobre cocina: que si las croquetas llevan o no Maizena, que si es mejor echarles cayena, o que si no sabe si va a freír una docena o una decena, porque siempre le sobran. Le cuento que, gracias a esta cuarentena, todo el mundo ha arrimado el hombro para dejar la casa como una patena. Solamente nos queda el trastero, pero me dice mi mujer que mejor lo dejamos para otro día, que los trasteros (según dice la creencia popular) es mejor ordenarlos en luna llena. No me lo creo, pero para qué llevarle la contraria, si es la que está llevando con mejor humor esta cuarentena. Recién despedida de AENA, la acaban de operar de la vista, y va medio ciega por la casa, con el ojo hecho un poema. Qué pena, ella que pretendía pasar su baja tranquila en casa, sin gente a su alrededor y dedicada a sus cosas, menuda faena. La pobre, que además pensaba ponerse morena.
También hablo mucho con mi padre, que va a cumplir 89 años en plena cuarentena. Dice el hombre que quiere celebrarlo con una buena cena, pero le hemos contestado que mejor lo dejamos para otra ocasión, que no hay casi nada en la alacena. Hemos encontrado un bote de avena, casi vacío y con algún gorgojo en pleno festín. A mi madre casi le da un soponcio, ella que siempre se mantiene serena. Le da mucha pena estos días no presumir de su melena morena. Y como ahora no puede salir a pasear con su amiga Elena, se queda en casa y pone la antena, a ver qué dicen los vecinos. Como no entran ruidos de la calle, se oye casi todo. Supongo que mis vecinos también nos oirán, ayer tuvimos una escena y montamos una buena, es lo que tiene la vida en familia durante una cuarentena.
En fin, la verdad es que con esto del aislamiento, me gusta escribir en cualquier parte de la casa. Así que perdonadme, voy a tirar de la cadena. Y luego decidiré si le cambio al gato la arena, ¡¡qué suerte tiene él que está siempre en permanente cuarentena!!
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Estos son los relatos breves publicados anteriormente:
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