Un ultramarinos de Uribarri, transformado en una editorial de libros únicos
Se convierte en Bonito Editorial, el proyecto de palabras e imágenes de Elisabeth Pérez
Después de pasar una noche en la residencia con su tía, Elisabeth Pérez Fernández se propuso llevar a un libro las historias que le contaba ... . «Tenía algo parecido al alzhéimer y le ponía a cada cosa un punto surrealista. Era una mujer independiente, políglota, que había viajado mucho en los sesenta. Y yo dibujaba tanto sus relatos maravillosos como su contrapunto en su dura realidad», explica sobre su libro 'Memoria de un pez bueno'.
Para ella, los dos planos tenían que relacionarse y distinguirse. ¿Cómo hacerlo? Utilizando papel vegetal, transparente, para los recuerdos fantásticos de su tía y superponiéndolo al opaco y verjurado para el retrato de sus circunstancias concretas. Pesaba ya poco y la dibujó como una pluma que caía sobre una pista. El sonido de su voz se convirtió en un arpa en la garganta. La ilustración no tenía por qué ser un calco de la narración. Debía tener vida propia.
Como no había editoriales que hiciesen este tipo de publicaciones en dos papeles distintos, la artista y escritora baracaldesa montó la suya propia y la llamó Bonito. Viendo las portadas y abriendo sus páginas de su catálogo, no hace falta explicar por qué.
De ese título «mimado e impreso en Artes Gráficas Palermo (Madrid)», según pone en la ficha, salieron 500 ejemplares, de los que ya no queda ni uno solo en las librerías. No es el único agotado entre los publicados por esta editorial, cuya aventura empezó hace ocho años y que tiene su base de operaciones en el barrio bilbaíno de Uribarri, en una antigua tienda de ultramarinos de la que conserva sus baldas y cajones, y que ahora parece como salida de un cuento.
La realidad de Bonito es que funciona. Distribuye directamente a las librerías que se comprometen a mantenerlos hasta que se vendan. Así evita las devoluciones, una enfermedad para este tipo de libros porque entre las idas y venidas se estropean y ya no valen. A cambio, les ofrece un descuento.
Como las publicaciones tienen un proceso artesanal, la editora ha publicado sólo una decena de títulos. En Bilbao los tienen en las librerías del Bellas Artes y del Guggenheim, en Cámara y en Anti. También se distribuyen en Barcelona, Madrid y, dentro de un tiempo, en un local pequeño y próximo a la sede editorial, además de en la web (bonitoeditorial.com). La pandemia ha hecho que las ferias como la bilbaína Bala, que suele celebrarse a finales de año, hayan pospuesto sus convocatorias, y esa ausencia ha hecho mella en las cuentas de Bonito. Pero Elisabeth Pérez también da cursos y los organiza -por ejemplo, en BilbaoArte- y ha sido miembro del jurado del Premio Nacional de Ilustración, entre otras actividades, como la de educadora en el museo del parque.
Pertenece a una generación, la primera en el País Vasco, para la que ilustrar es una parte fundamental de su vocación, que algunos descubrieron en la Facultad de Bellas Artes porque para cuando ellos estaban en sus aulas ya existía una asignatura específica. Elisabeth Pérez cita los casos pioneros de la librería Garabat, que primero estuvo en la calle Dos de Mayo y luego en Carnicería Vieja, aunque ya ha cerrado, y de la editorial Belleza Infinita de Garikoitz Fraga, uno de sus apoyos. Hoy, los ilustradores vascos están en la cresta de la ola.
Fotos de vidas anónimas
Cada libro exige un proceso distinto porque es un objeto distinto. En el que recoge su poema 'Índigo', usó seis tintas en vez de cuatro (la habitual cuatricomía) y le pidió a la calígrafa Begoña Viñuela que lo escribiera a mano, para después digitalizarlo. En las imágenes aparecen fotografías encontradas en el 'mercatino delle pulci' de Florencia, retratos de vidas anónimas que por alguna razón conectaron con la autora.
Vivió siete años en la ciudad italiana, a la que vuelve con frecuencia, salvo ahora por la pandemia, y en ella aprendió técnicas antiguas de grabado. Además de publicar sus historias, también ha sacado con su sello 'Fragmentos de mi pensamiento', un ensayo ilustrado de la checa de 92 años Kveta Pacovoska, su amiga, una importante ilustradora que acumula premios de la altura del Hans Christian Andersen y del Gutenberg.
Entre sus novedades destaca 'Autónoma', fanzine llevado a libro de la autora portuguesa Mariana Miserable, sobre situaciones cotidianas de las personas que se lanzan a emprender un proyecto fuera del mundo asalariado. Está editado y producido por Estudios Durero, que también trabaja para el Bellas Artes y para el Prado reproduciendo cuadros con relieve para que los puedan apreciar los invidentes. De las obras de Elisabeth Pérez, acaba de salir 'Elton', la historia de un albanés que salió de su país escondido en un contenedor.
Un mundo muy amplio que se recoge en la los pocos metros cuadrados del antiguo ultramarinos de Uribarri en el que se idean libros pensados de uno en uno, en el que las palabras y las imágenes se van buscando y encontrando.
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