
El arte de curar con viñetas
Medicina gráfica ·
Los cómics son una herramienta para profesionales y pacientes que permite abordar cuestiones sanitarias de modo didácticoSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Medicina gráfica ·
Los cómics son una herramienta para profesionales y pacientes que permite abordar cuestiones sanitarias de modo didácticoLa riqueza del lenguaje del cómic está por explorar en muchos ámbitos, pero algunas tendencias se abren camino y calan con especial fuerza, como es ... el caso de la Medicina Gráfica, un movimiento que está dando interesantes frutos en el mundo de las viñetas. Hablamos del empleo de la historieta en el medio sanitario, tanto para profesionales como para pacientes, que cuentan con numerosos títulos relacionados con el tema que invitan a la educación y reflexión, ya sean novelas gráficas u otro formatos, incluyendo la ilustración y el humor gráfico. «Algo complejo, arduo o difícil de explicar se convierte en material amable que se apoya en dibujos y textos sencillos», explica Mónica Lalanda, coordinadora del movimiento por estos pagos.
«Pongamos como ejemplo una infografía creada para explicar qué es la esquizofrenia o cómo se cuida la piel si recibes radioterapia. Aparte, están todos los cómics creados por personas que sufren una enfermedad, o que acompañan a quien la sufre, y que, dedicándose al mundo del noveno arte, deciden contarlo a través de este medio. Nos cuentan la vivencia de la enfermedad desde lo emocional, desde la experiencia y el sufrimiento. Justo la parte que más duele de la enfermedad y la que los médicos no podemos medir con ninguna prueba ni análisis y a veces ni siquiera nos hacemos conscientes. Además pueden ser un gran acompañamiento para quien sufre un padecimiento similar».
Medicina Gráfica es un término acuñado en 2007 por el médico de familia y autor de cómics galés Ian Williams, haciendo explícito el potencial de la viñeta como una manera excepcional de formación y comunicación en el ámbito sanitario. «El cómic ofrece unas posibilidades enormes», señala Iñaki Gutiérrez, médico y dibujante, autor de 'Apuntes médicos. Dibujos desconfinados', sobre la Covid-19. «Puedes describir una enfermedad con un cómic, recoger la vivencia de una enfermedad o explorar la relación médico-paciente, con las dificultades, empatías y procesos que se viven en ambas direcciones. Medicina Gráfica siempre ha habido, aunque no se hubiera explicitado ni acuñado».
Hay un claro auge de esta corriente, una vez etiquetada. «Sin duda el cómic va adquiriendo el lugar que siempre le ha correspondido», responde Lalanda, médico de Urgencias en Castilla y León e ilustradora, licenciada en Medicina por la Universidad de Valladolid. «Cada vez se publican más y mejores libros y los que hablan de enfermedad también crecen. Pero el concepto de Medicina Gráfica, más que un auge espontáneo, tiene detrás a un grupo de profesionales apasionados que vemos en esta área un paso adelante para mejorar la comunicación».
Desde 2017, varios profesionales sanitarios han unido fuerzas trabajan con empeño y de manera altruista buscando, descartando, revisando y reseñando propuestas que les parecen de utilidad (medicinagrafica.blog). Mantienen las redes sociales muy activas y han organizado varios congresos nacionales, además de montar un Máster en Medicina Gráfica en la Universidad Internacional de Andalucía, entre otras iniciativas académicas. Conformados oficialmente como la SEMGRAF (Sociedad Española de Medicina Gráfica), compaginan la sanidad con el dibujo.
Hay artistas que han contado historias sobre la enfermedad, bien por interés o por cercanía a ella: Paco Roca ('Arrugas'), Miguel Gallardo ('María y yo'), David Ramírez ('Conviviendo 19 días')… También hay creadores que comparten lo vivido, como Josune Urrutia ('Hoy no es el día') o María Hernández Martí ('Que no, que no me muero'). Para Lalanda, que recurría el dibujo para explicar conceptos a los pacientes, el punto de inflexión es «cuando me zambullo en el mundillo de la ética médica y descubro que el material que se utiliza para enseñar y aprender es muy aburrido y buscando otros modelos descubro que los colegas anglosajones usan un concepto nuevo para mi: Graphic Medicine. Me entusiasmé».
En 2016 publicó el código ético de los médicos en formato cómic, 'Con-Ciencia Médica', y partir de ahí «ha sido un no parar». En 2017 decidió dejar la medicina asistencial para dedicarse solo a ejercerla a través de la comunicación. «Tras 25 años de fonendoscopio, mi herramienta médica son ahora mis pinturillas», resume. Más allá de coordinar el movimiento Medicina Gráfica, se dedica a crear material para pacientes o para profesionales sanitarios, ya sea de divulgación médica o en relación con el profesionalismo y la ética.
«El que existan sociedades, congresos o editoriales sobre esta corriente, hace que sea más accesible y reconocida, y se creen obras específicas», resalta Gutiérrez. «Muchas de estas obras no salen del circuito sanitario, pero cada vez existe más material formativo o de compartir experiencias para pacientes o familiares en formato cómic. Como médico del sistema público de salud de emergencias extrahospitalarias, trabajo en un entorno muy específico del que soy un testigo excepcional de momentos muy críticos para la gente, y además en un entorno laboral donde el término equipo cobra un significado imprescindible. Eso es lo que trato de reflejar en mis dibujos».
La Medicina Gráfica aporta una nueva vía y un nuevo perfil de audiencia. «Un cómic puede informar, puede criticar, puede hacer aflorar al enfermo más allá de la enfermedad, pero lo hace desde la belleza estética y desde la grandeza de contar una historia», subraya Lalanda, «médico, madre y pintamonas», según reza la biografía de su perfil de Instagram.
Iñaki Gutiérrez recomienda títulos indispensables como 'A toda pastilla', de Josephine Mark; 'Una posibilidad', de M. A. Giner Bou y Cristina Durán; 'El Duelo', de Paula Cheshire, o 'Seguir dibujando', de Coco. Osakidetza le invitó, a finales del pasado año a impartir un taller con el título 'El cómic como herramienta de alfabetización sanitaria', junto al guionista Koldo Azpitarte, también médico, y Mikel Bao. «Aún está por llegar el ensayo en medicina gráfica», resalta. «Por otro lado, aunque hemos avanzado, aún hay camino por recorrer en cuanto al reconocimiento del cómic como medio adulto por el público en general». «En un futuro próximo espero ver mucha investigación en este área», añade Lalanda. «Y entrada a todos los ámbitos, por ejemplo, a la universidad, a los grados de Ciencias de la Salud. También su presencia en congresos médicos y por ejemplo, la obligatoriedad de abstractos visuales en las revistas de impacto».
Hasta llegar a este punto, el colectivo deberá luchar contra los prejuicios. «Si en el mundo de los adultos sigue habiendo un cierta suspicacia contra el cómic como medio infantil o poco serio, esto se multiplica en el medio sanitario, donde todo ha de ser serio. Pero lo importante es mantener la rigurosidad científica y el respeto e ir derribando barreras, con tiento, despacito. Estoy convencida que es cuestión de tiempo. El cómic y la infografía son medios insuperables de información y divulgación».
SaludArte es una editorial especializada en Medicina Gráfica, con lanzamientos como 'El cáncer de mamá', 'Un mal médico' o 'Vivir también es urgente'. ¿Qué debe tener una buena viñeta «medicinal»? «Tener algo que contar y tener las herramientas visuales mínimas para hacerlo», contesta Gutiérrez. «Como para hacer cualquier tebeo, hay que aprender y saber narrar, un mínimo de legibilidad gráfica. No se diferencia de saber hacer un cómic de aventuras o de humor, salvo que la temática es, o especifica o intencionadamente, sanitaria. Paco Roca no pensaba en términos de medicina gráfica al crear 'Arrugas', pero encaja en el epígrafe».
«Una base sólida, una buena evidencia científica y rigor absoluto», son las claves, según Lalanda. «Debe estar libre de conflicto de interés, como toda buena comunicación médica. Los documentos y artículos de los que nace han de ser pasados por un embudo y luego por un colador para quedarse en píldoras de información clara, sencilla y carente de toda jerga médica. Estas frases deben ir acompañadas de dibujos que no solo aporten de forma estética sino también que participen en aclarar ideas y simplificar conceptos. Y estudiar cuidadosamente la audiencia para que el tono sea correcto».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Asesinato en Barakaldo: «Se ensañó golpeándole con una piedra en la cabeza, tenía la cara reventada»
Luis López, Eva Molano y Andrea Cimadevilla
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.