A la izquierda, abrigo en faya dupión negro de Balenciaga junto a un traje de Demna en gabardina de lana naranja de 2021. Arriba, vestidos en negro, entre ellos la capa de noche 'Chou' de Balenciaga, A su lado, a la derecha, modelo de Demna de encaje negro bordado con cuentas de cristal, azabache y chenilla. A la derecha, vestido de terciopelo de Demna inspirado en Divine y que lució Isabelle Huppert en la gala del Met de 2021. EFE

El legado como inspiración

Balenciaga y Demna ·

El museo de Getaria presenta una selección de 31 prendas que testimonian la conexión de la marca con la herencia creativa del modista vasco

Viernes, 23 de mayo 2025, 00:08

Una mezcla de pasado y presente, de clasicismo y modernidad: El abrigo de noche diseñado en 1956 por Cristóbal Balenciaga en faya dupión negro se ... expone junto a un traje en gabardina de lana naranja, que formó parte en 2021 de la primera colección de Alta Costura creada por Demna Gsvalia (Sujumi, Georgia, 1981) en la casa Balenciaga. La yuxtaposición con diferente cronología y distintos tejidos también propicia similitudes inspirativas y técnicas. Es lo que explica el discurso de la nueva muestra presentada en Getaria, 'Balenciaga. Las sutilezas de un diálogo', señalando la influencia creativa del 'couturier' vasco en quien ha sido hasta esta semana el último director creativo de la 'maison', ahora sustituido por Pierpaolo Piccioli.

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Abierta hasta enero, reúne 31 prendas, 15 creadas por el modista vasco y 16 diseñadas por Demna. Salvo un traje sastre que pertenece al fondo de Getaria, el resto procede del archivo de la casa Balenciaga -cerca de 1.000 piezas-, a cuyo frente está Gaspard de Massé, también comisario de esta muestra. Su montaje se ha instalado en la sala sexta del museo, como continuación de otras cinco que repasan la biografía y la obra de Cristóbal Balenciaga. La exposición se pudo ver el pasado mes de septiembre en la sede parisina del grupo Kering, en el antiguo hospital Laennec de la rue de Sévres.

Dividida en seis temáticas -cuello, mangas, cintura, espalda 'cocoon', color negro y perspectivas atemporales-, su escenografía diseñada por Ana Alcubierre sumerge al espectador en un logrado expresionismo, en el que unos imaginativos paramentos con ventanas atraen la mirada a los detalles de las piezas y a sus complejidades técnicas. Elemento clave para encuadrar la nuca y definir la silueta, el cuello y su importancia en Balenciaga también refleja en las creaciones de Demna la inspiración y la conexión con el legado del vasco. Uno de sus monacales abrigos-capa con cuello drapeado de 1951 concuerda con una capa de seda negra de Demna, cuya solapa fruncida forma un cuello que envuelve el rostro.

La manga como obsesión en la técnica de Balenciaga también prueba su perdurable influencia, incluso vinculando un abrigo suyo de mangas plisadas fechado en 1965, con una sudadera en satén de neopreno de Demna -auténtico 'streetwear'- que tiene unas mangas de tres cuartos. De las distintas soluciones de Balenciaga en torno a la cintura, desde la tradicional silueta 'reloj de arena' a la línea 'cocoon' o a la experimentación posterior, la dialéctica del contraste se expresa aquí con la presencia en una plataforma móvil de un traje sastre con chaqueta entallada de caderas redondeadas realizado en 1950, junto con el traje 'hourglass' de cintura marcada con el que en 2015 Demma debutó en la 'maison'.

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Sorpresa glamurosa es una de las piezas icónicas del diseñador georgiano: el vestido rojo en terciopelo elástico que está inspirado en la estrella LGTB Divine y que fue lucido en 2021 por la actriz Isabelle Hupert en la gala del Met. Otro momento clave es el encuentro con las elegantes volumetrías realizadas por el creador vasco en torno a la espalda, la línea 'cocoon', reinterpretada por Demna en tejidos modernos con voluminosas boombers, parkas, sudaderas con capucha y un forro polar. El negro como identidad cultural de Balenciaga o como color adecuado para potenciar las texturas y la exquisitez de los detalles pone asimismo en relación su célebre capa de noche 'chou' de 1967, con un simplificado vestido de Demma en neopreno negro.

Diálogos y perspectivas distintas pero atemporales, que también se hacen patentes en dos vestidos con estampados no tan diferentes: Uno de Cristóbal fechado en 1960, en shantung de seda con motivos florales; y otro de Demma del verano de 2017, de corte 'skater' y estampado de claveles. Dos visiones de desigual sociología y con diferentes materiales, aunque asimismo con un legado único. Todo ello, como dice Gaspard Massé, «en una muestra que es quizás al mismo tiempo la celebración de un diálogo atemporal y un homenaje a Demna, el diseñador que devolvió la Alta Costura a la casa Balenciaga.

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